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para volar sin alas

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Melquiades San Juan, 25 de Abril de 2014. Respuestas: 1 | Visitas: 743

  1. Melquiades San Juan

    Melquiades San Juan Poeta veterano en MP

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    Esperamos a que venga el remolino, el remolino, el remolino... Que llegue ante que la lluvia. La lluvia nos vuelve fango, apestoso lodo del camino.
    Ojalá, ojalá, ojalá.

    Pasa la mariposa y los mira con soberbia. Sus alas de cartón pintado emiten un chasquido amenazador, como si fuera el trueno del un misil. Pasa sobre ellos y los mira como se mira a algo ordinario, comunitario. Son cartones sus delicadas alas, pero ella piensa que son alas de águila -piensan ellos, todos, los navegadores del viento.

    Esperemos que venga el remolino para alcanzar altura. Un remolino es como combustible de cohete, nadie sabe qué alturas ofrecerá un simple remolino. Sí, un remolino, todos soñamos con un poderoso remolino que nos brinde la oportunidad de elevarnos por las alturas y tener mucho qué contar en nuestra eterna vida.

    Sube el calor del aire al mediodía, ya se sienten alborotadas las moléculas del aire, sacan sus abanicos y soplan y soplan sobre sus panzas. Parecen pompas de jabón a punto de explotar, parecen pétalos del diente de león a punto de separarse de su núcleo. Es cosa de esperar, es solo un instante más y luego: luego...

    Una víbora trasparente raspa su panza sobre el suelo, lame los cachetes de la tierra desnuda: avisa, avisa. Bocanadas de viento se alojan bajo las alas del polvo. Quién dijo que las piedras pulidas por el viento no tienen alas. Paridos así, durante siglos, los hijos de ese matrimonio imposible en apariencia: del señor viento con la señora piedra.
    Dicen que cuando se aparean, el viento lame con su lengua de gato a la piedra, la hace gemir. Por las noches se escucha el alarido placentero de las rocas y los muros cuando pasa el viento y los preña, cuando nacen todos los polvos del mundo.

    Huele a viento, ya viene, ya se sienten los brazos de la madre que viene al arrullo de sus hijos amados. No son paridos de vientre, son hijos del los besos y la lengua que lame y pule. Madre quiere ser el viento, lame a sus hijos con la lujuria sutil de toda engendradora, les ofrece su vientre en forma de remolino y los chiquillos vuelan y gritan, festejan las alturas que se alcanzan sin alas.
    Polvos. Tiene mañas el polvo para alcanzar sus vuelos, y le viene de clase.
     
    #1
    Última modificación: 25 de Abril de 2014
  2. selenschek manfred

    selenschek manfred Hijo de la Luna

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    AMIGO MELQUIADES, estos versos tendré que leerlos varias veces por lo pronto te digo que me sentí parido por el viento,pero me acorde de mi madre y dije soy polvo de los llanos !un fuerte abrazo!
     
    #2

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