La tormenta

-Amor, oí qué fuerte se siente el viento. La lluvia... es impresionante, cómo llueve... Cómo están las tormentas... cada vez es peor... Me da miedo este temporal... Pero ¿no oís ? es tremendo...
-Sí que escucho amor, claro que oigo el rugir del viento y de cómo cae la lluvia... Sí, es una tormenta fuerte... Pero ya hemos vivido otras como estas y hasta peores, quedate tranquila...
-Pero, ¿cómo me decís eso...? Tan ruidosas y fuertes como éstas... no, no recuerdo ninguna...
-Vení..., vení sentate a mi lado... Dale, no te hagas rogar...vení, hablemos un poquito, tranquilizate...
-Pero no, dejame, mirá si el árbol de afuera se llega a caer sobre la casa... Aquí mirando hacia afuera, por la ventana, por lo menos veo cómo se mueve...
-Decime ¿Si se llega a caer, lo vas a detener con solo mirarlo?
-No, claro que no, pero...
-¿Y entonces...?, dale vení, sentate a mi lado, dale Negrita sentate...
-Bueno, pero un ratito...¿Qué querés? Decime, me pone muy nerviosa la lluvia... Y hay ¡tanto ruido!
-Dale, vení acurrucate en mi pecho, como... como hace tiempo... Es cierto, hoy el viento se siente muy fuerte azotando los techos y los vidrios de las ventanas, y la lluvia es fuertísima, muy ruidosa... Pero a esta casa ya la azotaron muchos vendavales, pasamos por muchas tormentas y aunque a veces nos entró un poco de agua, siempre sobraron manos para secar y luego reparar el techo...¿Te acordás el año aquel, de ese viento que voló los techos, cerca de casa y que nos asustamos tanto???
-Sí, cuando los chicos comenzaron a asustarse y cayó granizo... que para distraerlos jugábamos a ver quién veía la piedra más grande en el jardín... claro que me acuerdo... Cómo gritaban... ¿Te acordás? ¡Qué escándalo hicieron! jajaja...
-Y decime, en comparación ¿esa no fue una tormenta más ruidosa que ésta?
-Sí, mucho más, tenés razón, pero no sé qué me pasa, hoy me da miedo, de verdad me asusta...
-¿Sabés qué pasa, amor? Que hoy estamos solos, vos y yo y la casa. No están los chicos con su alegría, sus juegos, llenando la casa de ruidos... Cuando estaban todos, la casa tenia sonidos especiales, sus risas, las peleas por tal o cual juguete, o la mayor peleando con las más chicas para que no le tocaran sus cosas de señorita, o los muchachos, que cansados de no poder salir a jugar por la lluvia, te rompían algo con la pelota y entre tus gritos y sus corridas escapando del chirlo, revolucionaban la casa... La casa estaba tan llena de sonidos amados, repetidos, que lo de afuera era minimizado, no existía. Estábamos juntos, nos cuidábamos, nos protegía esta casa que fue construida por ellos y para ellos, que fueron los que le dieron vida, calor y color a hogar... pero bueno... es la vida, debía de ser así, o ¿no?... Cada uno, a su tiempo, voló a su propio nido, construyó su propia casa, le puso sus propios sonidos, su calor, su color... Hoy estamos vos y yo, solitos, acá, sentados, abrazados, bien juntitos como hace... uhhhh, bueno hace mucho...
-¡Ya te olvidaste!!!!...
-Nooo, jajaja, era una broma para que sonrieras, claro, cómo me voy a olvidar si pasamos la mayor parte de nuestra vida juntos, ¡qué importa el número de años sumados! Son nuestros, todos nuestros, los construimos juntos, como esta casa...
-Sí, Gordito, pero estamos tan solitos...
-A noooo, no, solos no...fijate, allí sobre la mesita, ¿qué ves?
-¿Dónde?, ¿el retrato?
-Exacto...! ¿Quiénes son?
-Los chicos, con sus esposos y los nietos mayores... qué chiquitos estaban entonces...
-Y a vos te parece, Negrita, que con semejante equipo ¿podemos estar solos?...
-Ya lo sé... pero...
-Pero nada, mimosa... pensá cuando suena el teléfono y se oye: - Hola, má...? ¿No tiras todo a tu paso para acercarte a mí para que oiga también? O cuando aparece un email con la fotos de algunos de los nietos y me llamás ¿no salgo corriendo pisando a los perros, de atropellado para llegar a tu lado? ¿Y cuándo los vemos por la compu, no se nos llena la casa de sus risas? ¿No se nos llena el alma cuando les oímos sus vocesitas menudas y chillonas: "-Hola abuelo!!!", "Mirá, mirá a la abuela...." o cuando nos preguntan ¿cuándo vamos a ir a verlos...? Cuando sus vocesitas se acallan, ¿no nos queda la casa más iluminada, y perduran sus voces como un eco en nosotros y nos pasamos el día entero repitiendo lo lindos que están, que cómo crecieron , pero mirá qué charleta está éste, o ésta?... Estamos solitos, a veces demasiado callados, es cierto, pero no estamos solos del todo... aunque ellos no estén acá, siempre están con nosotros, porque son un pedacito tuyo y un pedacito mío...¡Son nuestros, amor!, y ahora tenemos esos pedacitos, también un poco nuestros, que nos llenan de alegría y que podemos malcriar y que pueden jugar a la pelota y romper todo en la casa... Y te arrancan risas y sólo gritas, para jugar con ellos... Eyyyy, ¿por qué tanto llanto? Dale, mimosa... tomá un pañuelito, secate esas lágrimas, no hay por qué llorar... mirame, ¿No tengo razón?
-Gracias...
-Shhhh, escuchá, ¿Oís?...
-No, ¿qué cosa?, no oigo nada...
-Vení , parate, vamos hacia la ventana, fijate... Paró de llover, ya no brama el viento, es apenas una brisa, mirá cómo poco a poco se asoma el sol... ¿Ves, mi amor? Siempre las tormentas pasan... ¡Si lo sabremos nosotros, ¿no?! Dale, andá a poner la pava, tomemos unos matecitos...o no, mejor andá a la compu y fijate si está alguno de los chicos, yo pongo a calentar el agua y te cebo unos mates... Dale, fijate... quizás estén llamando... ¡Apurate, amor, no ves que ya pasó la tormenta...!


Mónica Liliana Valle

 

No sé cómo expresarte Julia, y Mundo Poesía la alegría que me han dado, un regalo apreciado porque viene de personas que tienen la experiencia y la capacidad que día a día estoy buscando. Muchas gracias de todo corazón....!!!

 

Bellísima prosa, escrita con un cariño y una ternura amirable. A mi cómo a Julia se me han saltado las lágrimas al leerla. Enhorabuena por este galardón. Un abrazo.