¿Ésto es todo?

¿ ESTO ES TODO...?


El rostro desencajado por el terror, los ojos anegados en lágrimas y agitando los brazos como si quisiese desprenderlos de su cuerpo, el joven llegó corriendo al Kiosco para arrojarse, literalmente, sobre Don Ignacio, su dueño.
_ ¡ Don Nacho..! ¡Don Nacho..! –balbuceaba.
Su voz brotaba a borbotones, a través de la garganta paralizada por la angustia.
El viejo lo apretó fuerte contra su pecho. Había sido amigo de sus padres, lo vió nacer a él, y cuando éstos fallecieron lo tomó bajo su protección.
_ Vamos... ¡Tranquilícese, m´hijo!, a ver, cuénteme lo que lo ha puesto así...
Sin desprenderse del abrazo, el muchacho lo miró desesperado a los ojos y comenzó a preguntarle:
_ ¡¿ Ud. me conoce, no es verdad, Don Nacho?! .¿ Ud. sabe que soy el Alberto Moreno, el hijo de su amigo Pedro? , ¡¿ no es verdad...?!
_ Sí, m´hijo, sí. ¿ Cómo no voy a conocerlo si soy su Padrino?.
_ ¡Entonces sabe que soy pianista y que pertenezco a la Sinfónica del Colón! . ¡¿ No es verdad...?!, ¡¿ no es verdad...?!
_ Claro, m´hijo... claro –suspiró resignado Don Nacho –y estoy muy orgulloso de eso...
_ ¡¿ Y entonces éstos qué son?! –gritó totalmente descontrolado, poniendo ante la apesadumbrada cara del hombre mayor sus brazos, terminados en sendos muñones.
El viejo dibujó como pudo una expresión de espanto en su rostro fatigado.
_ ¡Pero... que barbaridad, m´hijo! ¿Qué ha pasado con sus manos...?
_ ¡No sé... no sé! –sollozó el muchacho - ¡Anoche tuvimos función a sala llena, recuerdo que tocamos la Sinfonía para Piano y Orquesta de Haydin y que la gente nos aplaudió de pié... Luego salimos a celebrar con Clarita y unos amigos... Después la acompañé a ella hasta su casa y me vine a dormir..! ¡ Y cuando me despierto me encuentro con esto..! –la voz se le quebraba a cada palabra que pronunciaba.
_ A ver... tranquilicémonos, que alguna explicación tiene que haber...
_ ¡¿ Explicación para esto?! –se horrorizó el joven - ¡¿ Qué explicación puede haber...?!
_ ¡Ya sé!,-dijo el viejo, con cara de haber descubierto algo...
_ ¡¿ Qué... qué...?! –imploraba el otro.
_ Dígame, m´hijo, ¿ Ud. no recuerda que ayer, y antes de ayer y antes de antes de ayer le ocurrió exactamente lo mismo? ¿ Que se despertó y vió que le faltaban las manos..?
Con los pensamientos totalmente confundidos, el joven trató de hacer memoria.
_ Sí... creo que tiene razón, Don Nacho...¡¿Pero cómo puede ser que que todos estos días me pasa lo mismo al despertarme...?! ¡Dígamelo Ud. , Don Nacho, que es mi amigo..!
_ Es que todo lo produce su mente, m´hijo. ¿ Sabe lo que pasa? En realidad cuando Ud. cree que se despierta es que se ha dormido y comienza a tener la misma pesadilla... Y cuando Ud. es el pianista del Colón, es que ahí sí está despierto, ¿me entiende? Para ser más claro, en éstos momentos Ud. está durmiendo en su cama y soñando que pasa esto...
_ ¡¡Claro..!! ¡Debe ser eso, nada más que una pesadilla..! ¡Bueno, puede ser que me despierte pronto y que nunca más vuelva...!
_ Así a de ser, m´hijo. Y esta noche volverá a tocar en el Colón, acuérdese lo que le digo...
_ ¡Gracias, Don Nacho! –las lágrimas ahora eran de alivio - ¡Yo sabía que podía contar con Ud. ..!
Se fue más tranquilo, observando con curiosidad sus muñones, como si los viera por primera vez...
Recién entonces me animé a hablar:
_ Don Nacho, disculpe que me entrometa, pero no es la primera vez que soy testigo de todo esto. Dígame, ¿Nunca le va a decir la verdad al pobre muchacho? ¿ Que es manco de verdad y que nunca fue pianista..?
El viejo me miró con unos ojos llenos de paz y sabiduría. Pensó un momento y luego me contestó:
_ ¿Para qué voy a hacerlo?. Consulté con varios médicos y unos me dijeron que había que decirle todo y los otros opinaban lo contrario... De ésta manera, por lo menos tiene algo de felicidad cuando sueña con el Colón y que tiene una novia que se llama Clarita...
Se quedó meditando un instante más y luego prosiguió:
_ Además, ¿Quién me puede asegurar que no es verdad que es ahora cuando está soñando, y que tanto Ud. como yo y todo lo que nos rodea no somos nada más que producto de esa pesadilla..?
Terminó con una sonrisa pícara en su boca, que me dejó más confundido de lo que estaba.
Sin decir nada más me alejé caminando, mientras pensaba enojado en la incoherencias que acababa de escuchar...
“ ¿Habrá estado hablando en serio el Kiosquero o me estaba tomando el pelo?” –pensé.
¡Miren que creer en semejante necedad!
¡Con razón dejaba que el joven siguiera sumergido en sus fantasías enfermizas, si él estaba más loco que el pobre muchacho!
Traté de olvidarme de la conversación y disfrutar del paseo. Hacía un día maravilloso, a pesar de lo cual se veían pocas personas en la calle...
Por alguna incomprensible razón, los delirios de Don Nacho volvían una y otra vez a ocupar mis pensamientos.
En esos momentos estaba transitando por una plaza muy hermosa. Se notaba a las claras que la cuidaban con mucho esmero...
Decidido a agotar de una vez el tema del bendito Kiosquero y así poder dedicarme a mis propios asuntos, me senté un momento en un banco.
“¡A ver!” –me dije- ¡Si lo que insinuó este viejo loco es cierto, yo y todo lo demás seríamos nada más que un producto, residual digamos, de las pesadillas de un pobre desquiciado! Si esto fuera verdad, pensé con toda lógica, siendo un personaje secundario de esta delirante trama yo no tendría vida propia, ni siquiera un nombre...
Me eché a reír ante lo ridículo que sonaba eso.
Mi risa se cortó abruptamente cuando quise recordar mi nombre o algún hecho de mi historia personal...
¡ Mi memoria estaba en blanco... un vacío total y absoluto..!
Juro que gemí de terror. ¿Qué me pasaba? ¿Sufría en esos momentos de una amnesia fulminante, o quizás...? No quise ni pensar en esa posibilidad...
Pero, si no era verdad, si yo no era solamente un personaje secundario en una pesadilla recurrente...¡¿Quién era yo..?! ¡¿Dónde vivía..?! ¡¿ Cuál era mi nombre..?! ; ¡¿ Y mi vida.., cómo carajo era mi vida..?!
Estaba enloqueciendo ante tantos interrogantes sin respuestas. Pero eso no fue lo peor...
De pronto comencé a notar que todo a mi alrededor, lenta pero ininterrumpidamente, se iba disipando... disolviendo... como si cada cosa estuviera hecha de humo....
¡El árbol que estuvo allí! ¿Qué pasó con él?, ¡ Y esos edificios que se tornan transparentes, para desaparecer luego..!
Entonces, como un rayo me alcanzó la certeza: ¡Don Nacho tenía razón! ¡El mundo que me rodeaba era sólo un montaje para dar marco a los atormentados sueños de un muchacho..! ¡¡Y él se está despertando ahora!!
Antes de desaparecer con todo lo demás, sólo atiné a pensar una cosa:
¡¿Volveré a existir?!... ¡¿Me convocará nuevamente el joven a alguno de sus sueños?!
¡¿O ESTO ERA TODO..?!


FIN

 

¡¡Estupendo Hugo!! Un relato digno de este foro, y qué bueno que ando por aquí...
Siempre geniales tus inspiraciones, pasees por donde pasees en esta casa.

Abrazo!

 

Hola Ro, vecina oriental, gracias por tu generosidad en los comentarios.
Hugo

 

Gracias Julia, una vez más eres muy generosa conmigo.
Hugo

 

Inmenso hermano ¡¡

 

Gracias mil hermano querido, perdona la tardanza en contestar
Hugo