La noche en que parí una prosa

Esta noche el tintero se ha secado,
las hojas escasean y la pluma ha perdido su afilado brío,
y aun entonces en escases física, en pobreza
material, en tribulación perpetua, pero en riqueza verbal
y demencia literaria he de escribirte
y has de nacer prosa mía, ohh prosa mía¡¡¡¡¡
fractal de mi alma, consuelo de mi ser
amparo de mi sentir, crisol de mi querer,
he de crearte con la tinta carmín de venas ardientes,
pluma de humilde y etero espíritu
y con el papiro del aliento que sostiene y se
desprende de mi ser, veras la luz por vez primera,
tomaras vida y gritare a vientos tu nacer, mis ojos
verán tu llegada y millardos al leerte al calor
del aplauso y ovación te harán crecer, TU prosa mía
copula perfecta de pasión y locura, de amor y
desenfreno de odio y desencanto, tú la hija que no
pude tener, tu orgullo de mis noches, tu recelo
de poetas, tú la vida has de obtener, mientras
tanto tu vieja forma de piel marchita y corazón
resuelto si has de perecer creando a esta dalia
esta postrera musa, esta pequeña hija de mi ser
así pues ha de ser¡¡¡¡ tú prosa mía vivirás más
allá de la inhóspita mortaja del tiempo, en la
mente del poeta, en las páginas del soñador
en los labios del encanto encantador, y yo
al final de mis días recordare a la dalia, a aquella
musa que en la noche nació y que en su esencia
mi amor y locura prevaleció.

 

yo no veo una prosa, veo y leo un poema,
que fata de ordenarlo, pero poema al fin.