Ausencia 5

Las pelusas.
Las pelusas son sustancia de tu sombra
que los duendes me reavivan sin cesar,
son tus lágrimas que dudo haber soñado,
que en el viento que me ataca persistente
cobran vida y como ratas impiadosas
alimentan los recuerdos.
Nada sé de tu presente y tus pelusas,
ni si bailan o te corren por el sueño,
si las soplas o las barres o las lloras
con la angustia del dolor en que me sumes
al no estar.
Las pelusas que te nombran a los gritos
son mis sueños que caídos en desgracia
se destejen en madejas que en su trampa
estrangulan estos versos que te arranco.
Me los das,
envüeltos en sonrisa de Cheshire,
los escribo con la bronca de los dedos,
estos dedos que te esbozan en caricias
a pelusas de recuerdo,
a pelusas que me ahogan en su muerte:
a pelusas.

 

Bello poema. Me gusta como se lee
y el ritmo y la fuerza que se siente
en sus versos al irlo leyendo.
Grato leerlo. Saludos.

 

Gracias, Lourdes. No todo son sonetos, como ves.

abrazo
J.

 

Si, ya lo veo. Me gusta como escribes. saludos.

 

Ya le comenté a Evano el acierto que me pareció el que en su poema no citara le palabra Ausencia en ninguna ocasión, y sin embargo estaba ahí, latente a lo largo de sus líneas. Ya le dije a él allí que yo había tenido la misma idea y no descarto una nueva intervención con otro poema así, sin nombrarla, pues me quedé con el desconsuelo de no hacerlo.

Este poema tuyo es una belleza, Jorge. Solo en estos dos versos :

"...con la angustia del dolor en que me sumes
al no estar."

haces patente la Ausencia más claramente, en el resto del poema la soterras de tal manera que, como esa publicidad subliminal, se nos va quedando dentro aunque no la nombres; otro excelente acierto ha sido invitar al mágico gato de Alicia para que esté y no esté, para que aparezca y se difumine hasta que no quede más que su sonrisa : una muy bien traída metáfora sin duda.

Esta fórmula estructural en que nos has dejado tu "Ausencia", a primera vista podría parecer un poema de verso libre, pero no hay tal cosa, todo lo más versos blancos, sin rima salvo alguna alejada rima asonante a lo largo de sus veintitres versos, lo cual las hace inapreciables; en métrica sí que hay un patrón : mayoría de dodecasílabos 3-7-11 con algunos versos de pie quebrado de 8 y 4 sílabas. Tendré que irme a Caparrós por ver si encuentro alguna silva así, para bautizarte el poema.

Me ha parecido, te repito, un excelente trabajo poético, amigo.

Un abrazo.

 

Maese Musador:

¡Parece que las cláusulas te han llegado! jeje!
En envüeltos se delata la sonrisa de Cheshire...
Me gustan estos dodecasílabos
y pies quebrados con pies tetrasílabos ... jeje!
Así como las cosas patentanto esa ausencia...
Muy bien laborado, amigo mío.
Un abrazo.

 

Y, Juan, con una métrica bastante rigurosa se parece un tanto al verso libre. tanto que a los que escriben verso libre les salen a veces estas cláusulas de oído... He visto que se atribuye a José Asunción Silva la primicia de las series rítmicas basadas en la cláusula ooóo, en su famoso Nocturno III. A mí me resultan bastante naturales, tanto que suelo frecuentar los octosílabos con modelo 3.7 en mis romances. Hay, de hecho, un par de asonancias vecinas (entre "desgracia" y "trampa" ) en el poema, que advertí al componer pero resolví dejar.

agradezco tu comentario
abrazo
Jorge

 

Creo, estimado Maese, que muchos de los que componemos poesía con rima y métrica regular vamos, quizás secretamente, hacia el verso libre: estas series rítmicas son una especie de paso intermedio hacia ritmos más audaces. Pero el camino no es fácil y está sembrado de encrucijadas.

abrazo, y gracias por pasar
Jorge

 

AMÉRICA VALENZUELA 14.01.2011PREGUNTA: Estoy harta de barrer pelusas, sobre todo en el pasillo y debajo de la cama. Tengo entendido que es acumulación de polvo, pero si limpio todos los días, ¿cómo es posible?¿Qué son exactamente? DANIELA RIVAS.
Cada día pasa el plumero por las estanterías, barre las casa y una vez a la semana hace lo propio con la aspiradora. Sin embargo, prácticamente siempre hay alguna pelusa en un rincón, debajo de un mueble o enganchada a una alfombra. El secreto de la ‘supervivencia’ de las pelusas está en los movimientos que hay en la casa. Cuanto más nos movemos, más pelusas.
Para la formación de una pelusa es imprescindible un pelo. Al pelo se van agregando otros pelos, polvo, piel muerta, telarañas, fibras. Estos minúsculos ingredientes de las pelusas se van agregando por atracción electrostática. A medida que se unen nuevos elementos la pelusa va aumentando su tamaño.
Cuando se cae un pelo al suelo de una casa, éste adquiere una carga positiva o negativa, según las circunstancias. Esa carga es electricidad estática, que nace por el roce producido por nuestros movimientos, como los pasos, o corrientes de aire. Ese pelo cargado atrae a aquello que tenga a su alrededor con carga contraria.
[h=2]Efecto triboeléctrico[/h]Es lo mismo que sucede en el clásico experimento que consiste en frotar vigorosamente un bolígrafo de plástico con un trapo de algodón o un jersey de lana. El trapo cede electrones al boli y así, queda cargado negativamente.
Cuando acercamos el boli a la esquina de un trocito de papel, las cargas negativas del papel serán repelidas de esa esquina y quedarán las positivas. Como las cargas opuestas se atraen, la esquina positiva del papel se elevará volando hasta pegarse al boli negativo.
Este fenómeno en el que se cargan los objetos por rozamiento se llama efecto triboeléctrico. Los objetos se cargan porque están formados por átomos, que tienen una clase de electrones que están ligados de manera muy débil a los átomos. Estos son los que se intercambian entre objetos que se rozan y crean las cargas.
[h=2]La pelusa del ombligo[/h]Hay una pelusa que merece una mención especial: la pelusa que se forma en el ombligo. El científico y divulgador Karl Kruszelnicki realizó un estudio
sobre este asunto, por el que ganó el Premio Ignobel 2002.
Averiguó, entre otras cosas, que la pelusa del ombligo está formada por fibras de la ropa, mezcladas con piel muerta y algo de vello y que las mujeres tienen menos pelusilla porque su vello corporal es más fino y corto.
En 2008, el químico Georg Steinhauser publicó otro estudio al respecto en la revista Journal of Medical Hypotheses. Estudió una muestra de 503 pelusas de su propio ombligo.
Descubrió que el vello alrededor del ombligo actúa como una especie de anzuelo para la fibras de ropa y demás componentes de la pelusa. Para evitarla recomienda usar ropa vieja que desprende menos fibras o afeitarse la zona.

 

Es una poesía muy musical y bella, señor Jorge. Espero no le molestase mi post anterior, pero es que el mundo de las pelusas es muy interesante, por eso le dejé el artículo. Veo que eligió no incluir la palabra ausencia, y creo que es un acierto.

Un abrazo, compañero.

 

Sin duda, Sr. Vicente, las pelusas son muy interesantes, aún más allá de Tribilín. En el presente escrito sostengo de manera implícita que son materialización de eso que en portugués se llama saudade. Las del ombligo no sé, quizás sean una forma suprepticia del ego.

gracias por pasar
abrazo
Jorge

 

Saludos, Jorge, como siempre es un deleite leerte.

 

¡Una forma subrepticia, escondida del ego? jajajja... Me ha encantado esa frase, buenísima; y saudade, o anelo, nostalgia, también. Muy bueno.

 

Me alegro, Víctor, de que te haya gustado, gracias.

abrazo
J.

 

Me divierten, estimado Vicente, las chanzas con visos de seriedad, como la de tu anécdota del químico. Es todo un arte el de elaborarlas, bastante entretenido.

abrazo
J.

 

La fórmula, querida Isabel, fue dejarme atrapar por el ritmo que brinda la repetición de la claúsula «ooóo» en tirada rítmica, lo que veo especialmente perceptible en las secuencias de dodecasílabos del escrito, y escribir quizás más poseído que otras veces dejando correr la pasión; puede que a esta libertad contribuyera la prescindencia de la rima.

abrazo y gracias por pasar
Jorge

 

Yo también creo, Isabel, que ese es el tramo mejor logrado del poema. Hay una extraña conjugación de la sintaxis y la acentuación que me place. Quizás por eso decidí tolerar esa asonancia que, desde el punto de vista técnico, lo perturba un poco. Salió así...

abrazo
J.

 

Un bonito trabajo nos dejas amigo Jorge, donde la sutileza de
tu pluma marca la ausencia de principio a fin de tus versares.
Ha sido un placer poder pasar a leerte.
Besos y un abrazo. Tere

 

Gracias, Tere, me alegra que el poema te haya complacido. Está visto que la ausencia tiene tendencia a encarnarse, a manifestarse a través de objetos de nuestra cotidianeidad: en este caso, de las pelusas.

abrazo
J

 

La verdad es, Ligia, que el dominio de la técnica sirve, entre otras cosas, para cuestionar las formas y buscar nuevas. No es el caso de estas series rítmicas, aparentemente inauguradas por José Asunción Silva, pero es cierto que se apartan del molde más clásico acercándose al verso libre. Algo semejante a lo que pasa con las silvas polimétricas como la que tú has usado para este tema.

abrazo, y gracias por pasar
J