#11

No te imagino con otra compañía más que la mía. Dos meses que no sé nada de ti, y aún retozas en mi memoria. Seguimos cada uno nuestros caminos, los que por algún momento se enredaron, mas no se fundieron, y por ese lapso el tuyo me envolvió enriqueciendo mi existencia, floreciéndola. Duele, con agrado. Me marcaste con tu brasa, y la cicatriz me resisto a que se transparente. Tan bien complaciste a mi soledad, que remilgada, ahora tiene por cariño y expectativas una sola clase de sociedad: la que pueda estremecerla con sabiduría, con los por qués, con miradas profundas e inquisitivas que horadasen desde la retina y me cruzasen el cerebro. Las demás son monsergas, engaños, nubes de humo con los que juego a ilusionarme sin ilusión.
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Tiene su chiste en el momento. El chiste es que fue una masacre de sentimientos, y no tengo la intención de cometer ese mismo error, al menos, conscientemente. Gracias, por todo lo que hiciste, por la gran nada de escombros que dejaste en algún momento y por lo que forjaste conmigo en las conclusiones, cuando lo entendí por fin. Para Quien ose posarse sobre tu recuerdo tendrá dura faena, no cosechará el pienso verde de mi humor ni tendrá la constelación de mis raíces sin trocar su néctar en el acto. ​