A Carlos Fuentes...Dónde quiera que esté...

Y ahora ¿qué hacer sin ti? Me dejaste en la orfandad eterna.

Tomaste un lugar en la cima del mundo pisando el fondo de la humanidad.

Sin tu presencia aquí, tendré que correr a mis libreros y devorar “La muerte de Artemio Cruz” para hacer más llevadera la posibilidad del regreso de un régimen autoritario en mis tierras.

Y recordar que “En la región más transparente” nada se oculta y todo se calla. ¡Aprender a escribir novela para hacer más llevadera la historia!...

“Todos lo hombres buenos son aburridos a excepción de Don Quijote de la Mancha…” Aseveraste en una ocasión reflexionando que la bondad no va de la mano de un canivalismo puritano; ni en contra de la evolución tras las caídas. Que se puede andar entre el fuego, sin la amargura de los juicios y las críticas, sin llevar en el cuerpo una sola ámpula.

¡Qué pérdida tan irreparable tu pérdida!

Se que ahora estás lejos del bien y el mal, pero de corazón quiero agradecerte por aquellas maravillosas noches //Cuando me vestiste con tafeta verde// Permitiste diera rienda suelta a mis juveniles pasiones y me bautizaste con el nombre de “Aura”. Sin importar que por las mañanas después de mis tórridos romances de niña, me viera al espejo como lo que realmente soy: Una anciana decrépita, fantasiosa y enamorada…©

Murió un ícono de la literatura a nivel mundial. Doloroso y emblématico este hueco que deja en todos los que de alguna manera descubrimos el amor a las letras, a través de la generosidad de sus corazón y talento. Este es mi humilde homenaje.

Descanse en Paz Carlos Fuentes.