A Hebe de Bonafini, por su reciente quijotada

Se cansa la primavera
de esconderse del invierno
y su verde
pinta sobre el aire claro
entre las ramas del sauce,
dulce y leve. (1)

Cansa a la madre la espera
de sus hijos condenados
cual Perséfone
que al regazo de ternura
en la lucha envejecido
ya no vuelven.

Cansa reclamar el trigo,
que no madura en derecho,
que Deméter
hoy nos muestra secuestrado
en la tumba de sus hijos
por la sierpe.

Sierpe que muta y retorna
de sus huevos en monedas
con sus leyes
escritas por los patrones
de rentas y beneficios
tan crueles.

Cansa que llamen justicia
a los frutos rutinarios
de papeles
los que condenan al hambre
por un simple reglamento
a la plebe.

Canta nuestra primavera
desde tu querida voz
con su verde
cuando haces tuyos los gritos
que en nuestros pechos se ahogan:
gracias, Hebe.


(1). Recuerdo en esta estrofa a nuestro entrañable Haroldo Conti, que describió en su hermoso cuento «Todos los veranos» este primer síntoma de la primavera: hoy el aire es verde en los sauces de mi tierra.
(2). Alguna noticia sobre la quijotada puede hallarse en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-306097-2016-08-05.html

 

Da gusto leer buena poesía, y más si en el fondo yace la denuncia de una injusticia.

Saludos cordiales.

 

Gracias, Vicente. Me alegro de que te haya gustado. Hebe se dio el gusto de patear el tablero, cosa que muchos querríamos hacer; su gesto de rebelión fue más simbólico que otra cosa, pero lo simbólico es relevante.

abrazo
J.

 

Gracias, querida Isabel, por tu elogioso comentario. He agregado al pie del poema un link a un periódico donde se narra el episodio al que me refiero.

La desesperación de Deméter ante el secuestro de Perséfone, su hija, bien puede compararse con la de Hebe ante la desaparición de sus hijos; fíjate que Deméter llegó a someter a los dioses al hambre para lograr el reencuentro. Deméter, diosa de la agricultura (el mito dice que ella enseño a los griegos a sembrar y cosechar), se asocia naturalmente con esa primavera del aire verde, primavera que la rebelión de Hebe auspicia y anuncia en lo político para mi patria.

Hebe cometió otra gran quijotada por la que está involucrada en un juicio: los hermanos Schoklender, parricidas, salieron de la cárcel al cumplir su condena y Hebe tuvo la generosidad y la audacia de confiar en ellos para ayudarla en una empresa de construcción de viviendas solidarias. Los hermanos la defraudaron, y están siendo juzgados por eso, con las Madres de Plaza de Mayo como querellantes. En esta causa es que Hebe se negó a comparecer ante el juez, generando el protocolo legal la orden de detención que no pudo cumplirse. El juez tuvo el buen tino de deponer su intransigencia, y ayer concurrió a la casa de las Madres donde fue recibido con cordialidad y pudo cumplir con las formalidades del caso.

abrazo
J.

 

Hola musador, me ha encantado tu poema a Hebe, por supuesto me refiero a la parte poética, sabes lo que pienso de esta vieja hija de puta. Esta bruja se alegró del atentado a las torres donde murieron miles de personas inocentes, personas que iban o estaban trabajando, entre ellos había 5 argentinos. Entonces cómo me vas a decir que las lágrimas de esta hija de puta merecen respeto.
Esta vieja ha sido llamada a declarar en un caso de corrupción, donde han desaparecido millones de dólares. Este tema es recurrente y todos sabemos que Hebe junto a sus hijos adoptivos, los asesinos Sergio y pablo schoklender crearon un proyecto “Misión Sueños Compartidos” para crear viviendas sociales, una fachada para robar descaradamente en nombre de los pobres de argentina. Estoy seguro que a ti esto no te interesa y lo tomas como una vendetta política, lo único malo es que las mansiones, los aviones y los lotes que estos hermanos compraron son pruebas irrefutables. Esta vieja se va a salvar creo por la edad que tiene pero el mal rato lo tendrá que pasar, se acabó en Argentina el pan de piquito, se acabó la impunidad, los que han robado bajo la sombrilla de un gobierno repúgnate están pagando y otros también pagarán, no te quepa la menor duda que pagarán.

 

Agradezo, estimado, tus elocuentes elogios.
saludo
j.

 

Lo que me maravilla es lo ingenuo que eres cuando te conviene. Estos angelitos para Hebe eran hijos adoptivos y Hebe no sabía que estos huevones vivían en mansiones, que tenían aviones, yates y el único trabajo que reportaban era de directores administrativos en la fundación “Madre de Plaza de Mayo”. No se enteró Bonafini hasta que se destapó el escándalo, entonces cada uno se echaba la culpa como si de tenis la cosa se tratara

 

Tus alabanzas me abruman en mi modestia, estimado: ¡gracias!
saludo
j.

 

Dejo el video. No tiene desperdicio. Dice que sigue pensando lo mismo la señora. Te digo José: si a pinochet lo metieron preso de viejo, ¡yo a ésta también la mando al talego!

 

Hebe de Bonafini merece respeto por su cruzada en la plaza de Mayo. Pero de "víctima" saltar a "agresora" es algo que no cuadra mucho con la "humanidad" que tanto reclamaba.
Se entiende el resentimiento, y en cierta forma se entiende las causas del odio, pero de allí a justificar el odio y soltarlo de forma pública incluso hay un abismo inmenso.

Declaraciones de Hebe de Bonafini en la Universidad Popular de las Madres de la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, 29 de septiembre 2001:

"Cuando pasó lo del atentado y yo estaba en Cuba visitando a mi hija, sentí alegría".
"No voy a ser hipócrita: no me dolió para nada... porque siempre digo en mis discursos que nuestros hijos serán vengados el día en que el pueblo, algún pueblo, sea feliz."
"Y creo que en el momento del atentado, un atentado sin ninguna declaración de guerra, alguien que declaró la guerra sin portaaviones, sin aviones, sin misiles, sino con el cuerpo, y no es muy fácil declarar la guerra con el cuerpo, por eso fue inesperado, porque tanta tecnología no le sirvió a EE. UU. Yo sentí que había muchos pueblos en ese momento que eran felices y sentí que la sangre de tantos en ese momento era vengada".
"Sentí que había hombres y mujeres muy valientes... que se prepararon y donaron sus vidas para nosotros. Y brindé por mis hijos, brindé por tantos muertos, contra el bloqueo -a Cuba- y por todo lo que me venía a la cabeza".​

Precisamente en esa universidad, creada al apuro y abierta en 1999, aún sin la aprobación del ministerio competente, fue el sitio de las declaraciones. Y allí mismo el 20 de noviembre de 1999 se presentó Sergio Schoklender, con una conferencia titulada: “El derecho a la violencia”.
Y en cuyo contenido se destilaban estas perlas:

“El mito más grande es esto de que la violencia es mala”. “Es cierto que el delito individual, ese delito callejero, es una de las pocas respuestas violentas que hay frente al sistema”. “Intentan hacernos creer a nosotros que existe una salida pacífica, que existe una salida no violenta. Esa salida no es posible”. “Nosotros tenemos que lograr transformar esa violencia individual en una violencia organizada. Tenemos que poder darles coherencia y organización a todos los estallidos sociales, no sólo al robo”.​

Las críticas contra los israelitas son abundantes y crueles ante las víctimas palestinas, pero pocos abren los ojos al ver las víctimas judías.
Una barbarie no justifica otra barbarie.
Tanto han criticado a la oposición civil a Maduro, e incluso han encarcelado tergiversando las leyes y las pruebas, imputando muertes provocadas por disparos estatales (de elementos del aparato policial y militar).

Claro, cuando las acciones son propias no es violencia, es "reivindicación". Y cuando el pueblo se defiende o reacciona es "subversivo, violento, antipatriótico, criminal y traicionero".

O como decían los angelitos revolucionarios mientras cometían asaltos a la banca, domicilios y personas. "Que no es robo". "Es la recuperación de los bienes que los capitalistas nos han desposeído".

 

Estimados: Hebe de Bonafini es, sin duda, un personaje polémico de la política de mi país. El que yo le agradezca su acto de rebeldía en este episodio no significa que reivindique todas y cada una de sus palabras.

Sin embargo, debo decir que dentro del amplio movimiento de defensa de los derechos humanos, por juicio y castigo a los agentes del terrorismo de estado, se distingue Hebe por unir permanentemente esta lucha con la lucha contra la desocupación y contra el hambre. El terrorismo de estado en mi país no fue expresión del odio abstracto, de la pura lucha ideológica: fue un recurso al terrorismo para establecer un proyecto económico de dependencia y hambruna. La claridad en este asunto destaca a Hebe.

La política de los Estados Unidos hacia América Latina durante la segunda mitad del siglo XX, promoviendo cuanto golpe de estado reaccionario hubo y políticas económicas al servicio de sus intereses aliados con las oligarquías locales, con intervenciones militares directas en algunos casos, ha generado justos odios. El atentado a las torres gemelas fue desde el punto de vista político en primer lugar un atentado contra los Estados Unidos. Personalmente, comprendo a aquellos cuya primera reacción ante el atentado fue una sonrisa: fui uno de ellos. Por supuesto, soy un ser pacífico y racional: ni justifico el terrorismo ni festejo sus éxitos, y además conozco sobradamente sus consecuencias. En este caso, aún recuerdo mi gran preocupación por las consecuencias de este atentado, que se vio desgraciadamente justificada: Estados Unidos usó este atentado para promover, ante su pueblo y ante la comunidad internacional, su intervención a sangre y fuego en diversos sitios, contribuyendo enormemente a crear la terrible situación que hoy se vive en medio oriente. Así, más allá de su lamentable saldo en víctimas humanas, el atentado contribuyó a promover las guerras y la consolidación en Estados Unidos de los sectores que con ellas hacen sus negocios, como el de los fabricantes de armas. Dicho esto y volviendo al eje del asunto, diré que mi sonrisa no me hace cómplice: el odio es un derecho de los pueblos. Que los que lo han sembrado a conciencia se hagan responsables. La sinceridad no es un pecado, tampoco.

Como podéis seguramente apreciar, el tema de este atentado es secundario respecto al asunto de mi poema. He respondido acerca de él solo por cortesía hacia los que lo suscitaron.

saludos
j.

 

Hasta donde recuerdo, el odio no se menciona en la declaración universal de los derechos humanos.

 

Una de las tantas pruebas de que yo no la escribí. Cabría, por otra parte, preguntarle a Obama que sentía cuando festejó el asesinato de Bin-Laden, por ejemplo.

saludo
j.

 

Pues de seguro sintió alivio. Pero en ningún momento alegría. Hay que recordar las raices islámicas de Obama.
Es mejor hacer la lectura de su declaración pública.

 

O sea, Jorge: vos y hebe pueden «sonreir» por el asesinato de inocentes norteamericanos, pero si alguien «sonríe» por la muerte de ese gran asesino de inocentes, es un cabrón. ¿Verdad?

 

Ya viene la parte buena, libélula. Ya viene lo bueno.

 

Jorge.

Yo estoy claro de la doctrina guevarista de la bondad del odio. El odio como arma contra tus enemigos políticos. El odio como medio para alcanzar el poder. El odio como medio para instalar y modelar un régimen a la medida.

Sin embargo, creo que los grandes hitos de la civilización no han sido alcanzados a través el odio. Muchos de los grandes fracasos de la historia, sí. Sólo hay que tener un poco de retrospectiva hacia el siglo xx para darse cuenta de eso.

Si el odio fuera un medio válido de lucha política, mein kampf sería la Biblia de esos justicieros.

¿no se ha aprendido nada de aquellas grandes mortandades?

Cuando te leo en este comentario, temo por el siglo xxi.

Saludos, Jorge.

 

Ni Hebe ni yo sonreímos por la muerte de esos norteamericanos, estimado. El motivo de mi sonrisa está, en todo caso, vinculado con otros significados del atentado, aunque es sabido que las sonrisas suelen ser involuntarias: admito que, en el primer instante, sonreí. En cuanto a lo de que Obama sea un cabrón o no, yo no dije eso, y si lo dijera sería por razones mucho más serias que la de gozar de su venganza. Solo comenté el hecho de que el presidente de los Estados Unidos, un hombre con muchas más responsabilidades que yo, sin duda, se permitió expresar en ese festejo su odio.

saludo
j.

 

Por lo menos hebe, de lo que se desprende de la forma que lo dice, de sus gestos, de su tajante reafirmación: ella sí que disfrutó, orgásmicamente, de la muerte de esas miles de personas que quedaron sepultados bajo los metales doblados del terror.

Todos los musulmanes que conozco censurarían con dureza a esta señora. Ni te digo el mismo Saladino.

¿Se alegrará esta señora y sonreirá por los muertos de cada mes en alemania y parís? ¿Sonreirá por los decapitados en siria e irak por daesh?

Obama no sonrió ni una sola vez al anunciar al mundo que osama bin laden había muerto. Seguro que en los juicios de nuremberg o tokio tampoco nadie sonrió. No fueron actos de venganza.

Saludos.

 

"... sin duda, se permitió expresar en ese festejo su odio..."

¿?

Una cosa es infundir odio o devolver odio con odio, pero la declaración de Barack Obama no presenta odio, ni tampoco alegría por la muerte de nadie.

Adjunto el discurso traducido al español, y el vídeo completo de dicha declaración.

Como dije antes, es preciso oír completas las palabras de Obama, y entenderlas antes de afirmar que fueron palabras de odio.

A continuación reproducimos la transcripción al español de la declaración del presidente de EEUU, Barack Obama, tras la muerte de Osama bin Laden. [DISCURSO ORIGINAL]

Buenas noches. Esta noche puedo anunciar al pueblo estadounidense y al mundo que Estados Unidos ha dirigido una operación que ha causado la muerte de Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda, y el terrorista responsable del asesinato de miles de hombres inocentes, mujeres y niños.

Hace casi 10 años que un luminoso día de septiembre se vio ensombrecido por el peor atentado contra el pueblo estadounidense de nuestra Historia. Las imágenes del 11-S son parte de nuestra memoria nacional: aviones secuestrados cortando un cielo sin nubes de septiembre, las Torres Gemelas desplomándose, humo negro en el Pentágono, los restos del vuelo 93 en Shanksville, Pensilvania, donde la actuación de heroicos ciudadanos evitó más dolor y destrucción.

Y sin embargo, sabemos que las peores imágenes son aquéllas que el mundo no vio. La silla vacía en la mesa a la hora del almuerzo. Niños que se vieron obligados a crecer sin su padre o su madre. Padres que nunca disfrutarán el abrazo de sus hijos. Cerca de 3.000 ciudadanos nos fueron arrebatados, dejando un vacío en nuestros corazones.

El 11 de septiembre de 2001, en nuestro tiempo de dolor, el pueblo estadounidense se unió. Ofrecimos una mano a nuestros vecinos, y a los heridos, nuestra sangre. Reafirmamos nuestros lazos en común, y nuestro amor por la comunidad y el país. Ese día, sin importar de dónde veníamos, a qué dios orábamos, o de qué raza o grupo étnico éramos, nos unimos como una familia americana.

Estábamos juntos también en nuestra determinación de proteger a nuestra nación y de llevar ante la justicia a los que cometieron este brutal ataque. Pronto supimos que los ataques del 11-S fueron perpetrados por Al Qaeda -una organización encabezada por Osama bin Laden, quien había declarado abiertamente la guerra a Estados Unidos y se había comprometido a matar inocentes en nuestro país y en todo el mundo. Y así fuimos a la guerra contra Al Qaeda, para proteger a nuestros ciudadanos, nuestros amigos y nuestros aliados.

En los últimos 10 años, gracias al incansable y heroico trabajo de nuestro ejército y nuestros expertos en contraterrorismo, logramos grandes avances. Desbaratamos atentados terroristas y fortalecimos nuestra defensa. En Afganistán, derrocamos al Gobierno talibán, que dio apoyo y un refugio seguro a Bin Laden. Y en todo el mundo, trabajamos con nuestros amigos y aliados para capturar o matar a decenas de terroristas de Al Qaeda, entre ellos varios de los que tomaron parte en el complot del 11-S.

Sin embargo, Osama Bin Laden evitó su captura y huyó por la frontera afgana a Pakistán. Y Al Qaeda, mientras tanto, continuó operando a lo largo de esa frontera y a través de sus filiales en todo el mundo.

Poco después de asumir el cargo, ordené a Leon Panetta, director de la CIA, hacer de la ejecución o la captura de Bin Laden la prioridad máxima de nuestra guerra contra Al Qaeda, al tiempo que continuaban nuestros esfuerzos por desbaratar, desmantelar y derrotar a su organización.

Entonces, el pasado agosto, tras años de duro trabajo de nuestros servicios de inteligencia, fui informado de una posible pista de Bin Laden. No era ni remotamente una certeza, y nos llevó meses seguir esa pista sobre el terreno. Me reuní repetidamente con mi equipo de seguridad nacional mientras acumulábamos información sobre la posibilidad de haber ubicado a Bin Laden en un complejo remoto en Pakistán. Y finalmente, la semana pasada, decidí que teníamos suficiente información para pasar a la acción y autoricé una operación para capturar a Osama bin Laden y llevarlo ante la justicia.

Hoy, bajo mi dirección, Estados Unidos ha lanzado una operación contra el complejo en Abbottabad, Pakistán. Un pequeño grupo de estadounidenses llevó a cabo la operación con extraordinaria valentía y capacidad. Ningún estadounidense resultó herido. Procuraron evitar víctimas civiles. Tras un tiroteo, mataron a Osama bin Laden y se hicieron cargo de su cadáver.

Durante más de dos décadas, Bin Laden ha sido el líder de Al Qaeda y su símbolo, y ha seguido planeando ataques contra nuestro país y nuestros amigos y aliados. La muerte de Bin Laden marca el logro más significativo hasta la fecha en el esfuerzo de nuestra nación para derrotar a Al Qaeda.

Sin embargo, su muerte no significa el fin de nuestro esfuerzo. No hay duda de que Al Qaeda continuará con los ataques contra nosotros. Por lo que debemos –y lo haremos- mantener la alerta en el país y el extranjero.

Al hacerlo, también debemos reafirmar que los Estados Unidos no están -ni nunca estarán- en guerra con el Islam. He dejado claro, al igual que el presidente Bush lo hizo poco después del 11-S, que nuestra guerra no es contra el Islam. Bin Laden no era un líder musulmán, era un asesino en masa de los musulmanes. De hecho, Al Qaeda ha matado a decenas de musulmanes en muchos países, incluyendo el nuestro. Así que su desaparición debe ser bienvenida por todos los que creen en la paz y la dignidad humana.

Con los años, he manifestado en repetidas ocasiones que tomaríamos medidas en Pakistán si tuviéramos la certeza de que Bin Laden se encontraba allí. Eso es lo que hemos hecho. Pero es importante señalar que nuestra cooperación antiterrorista con Pakistán nos ayudó a llegar hasta Bin Laden y el recinto donde se escondía. De hecho, Bin Laden declaró la guerra a Pakistán, y ordenó los ataques contra el pueblo paquistaní.

Esta noche he llamado al presidente Zardari, y mi equipo también ha hablado con sus homólogos paquistaníes. Están de acuerdo en que éste es un buen e histórico día para nuestras naciones. Y en el futuro, es esencial que Pakistán continúe unido a nosotros en la lucha contra Al Qaeda y sus afiliados.

El pueblo estadounidense no eligió esta lucha. Llegó a nuestras costas, y comenzó con la masacre sin sentido de nuestros ciudadanos. Después de casi 10 años de servicios, lucha y sacrificio, conocemos bien los costos de la guerra. Estos esfuerzos pesan sobre mí cada vez que, como Comandante en Jefe, tengo que firmar una carta para una familia que ha perdido a un ser querido, o mirar a los ojos de un miembro del servicio que ha sido gravemente herido.

Los estadounidenses entienden los costos de la guerra, aunque como país nunca toleraremos que nuestra seguridad se vea amenazada ni nos quedaremos de brazos cruzados cuando se mate a nuestra gente. Seremos implacables en la defensa de nuestros ciudadanos y de nuestros amigos y aliados. Seremos fieles a los valores que nos hacen quienes somos. Y en noches como ésta, podemos decirles a aquéllos que han perdido a seres queridos por el terrorismo de Al Qaeda: se ha hecho justicia.

Esta noche, damos gracias a la inteligencia y a un sinnúmero de profesionales de la lucha contra el terrorismo que han trabajado incansablemente para lograr este resultado. El pueblo estadounidense no ve su trabajo, ni sabe sus nombres. Pero esta noche, sienten la satisfacción de su labor y el resultado de su búsqueda de la justicia.

Damos gracias por los hombres que llevaron a cabo esta operación, ya que ejemplifican el profesionalismo, el patriotismo y la valentía sin igual de los que sirven a nuestro país. Y son parte de una generación que ha llevado la mayor parte de la carga desde ese día de septiembre.

Por último, permítanme decirle a las familias que perdieron seres queridos en el 11-S que nunca hemos olvidado su pérdida, ni hemos dudado de nuestro compromiso en hacer todo lo posible para prevenir otro ataque a nuestro territorio.

Y esta noche, vamos a rememorar la sensación de unidad que prevaleció ese 11-S. Sé que a veces se ha visto debilitada. Sin embargo, el logro de hoy es testimonio de la grandeza de nuestro país y la determinación del pueblo estadounidense.

La causa para asegurar a nuestro país no se ha completado. Pero esta noche, volvemos a recordar que Estados Unidos puede hacer lo que se proponga. Esa es la historia de nuestra historia, ya sea la búsqueda de la prosperidad de nuestro pueblo, o la lucha por la igualdad para todos nuestros ciudadanos; nuestro compromiso de defender nuestros valores en el extranjero, y nuestros sacrificios para hacer del mundo un lugar más seguro.

Recordemos que podemos hacer estas cosas no sólo por la riqueza o el poder, sino por lo que somos: una nación, bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos.

Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.​

Espero esto aclare cualquier duda.

 

La española Silvia de San Pio tenía 26 años y 7 meses de embarazo, aquella mañana del 11 de septiembre del 2001 se encontraba trabajando en una de las torres del World Trade Center.
Gabriela Silvina Waisman, Pedro Grehan y Guillero Chalcoff eran argentinos que aquella mañana también trabajaban en las torres. Mario Luis Santoro era un paramédico argentino y aquella mañana la tenía libre, cuando sintió el impacto del avión con las torres no dudó y corrió hacia el peligro, quería ayudar, era la pasión de su vida. Sergio Gabriel Villanueva era también argentino y bombero, había terminado su turno de trabajo cuando sintió la explosión, se volvió a poner su traje y corrió hacia las torres, dos verdaderos héroes, ejemplos de valor, de desinterés, de amor hacia los demás. Todos ellos murieron aquella fatídica mañana. Mientras desde Cuba Hebe de Bonafini se regocijaba.” El odio es la migaja con lo que se alimentan los infelices”, pero cuando ese odio pasa de lo humano, de lo lógico entonces se convierte en una enfermedad, y eso es lo que es esta vieja hija de puta, una enferma. Esta infeliz puso como antes expuse a dos asesinos a dirigir la fundación Madres de la Plaza de Mayo. Estos hijos de puta asesinaron a sus padres destrozándoles las cabezas con una barra de metal, al padre como no se moría le envolvieron la cabeza con una bolsa y le hicieron un torniquete hasta que dejó de respirar. Entonces que alguien me diga si esta vieja no es una enferma.

 

El musador también se alegró del atentado, ya este tema lo hemos tocado anteriormente y ha sido enfático, no sé a quién le teme musador que no ha querido en esta oportunidad explayarse, me decepciona porque siempre lo he considerado un talibán, no por la peste a camello sino por lo decidido en condiciones adversas.

 

¿Talibán? Mmm... suena a insulto personal, ¿no crees? Pero sabiendo lo respetuoso que eres de las reglas de este foro me inclino a creer que te refieres a alguna flor exótica que desconozco, ¡ay, mi ignorancia!
saludo
j

 

Tendrás que admitir jorge, que fueron los talibanes y radicales varios los que «sonrieron» alrededor del mundo el 11 se septiembre de 2001.

Yo tenía 13 años por aquel tiempo. Recuerdo que estaba en los pasillos del colegio -era parte de un comité que organizaba las elecciones estudiantiles- cuando vi en una pantalla que tenían en una oficina el humo que salía de una de las torres. Luego vi en vivo y en directo cómo el segundo avión se estrellaba en la segunda torre. No sonreí.

Saludos.

 

Yo tenía 50 años, lo vi en la vidriera de un negocio al pasar. Por supuesto, sin entender lo que pasaba (por un momento pensé que era una película). Y sí sonreí. No hice una encuesta, pero creo sinceramente que muchos no talibanes sonrieron, como primera reacción, ese día. Y te aseguro que ni Hebe ni yo somos de armas tomar: confieso haber cazado algún pajarillo con una gomera cuando tenía 15 años. Somos muchos en mi patria, América Latina, los que sufrimos en carne propia los desquicios alentados por los Estados Unidos. Realmente odio su prepotencia. Después llegué a la Facultad, donde trabajaba y trabajo, leí una serie de mails que me habían llegado sobre el tema, y tuve tiempo de reflexionar un rato y entender lo que se venía.
Yo, a los 13 años, no tenía idea de la política. Me enteré de lo que era a los 15 una noche que mi padre no volvió a casa, en la llamada «noche de los bastones largos» en la Argentina, en los comienzos de la dictadura de Onganía. Volvió a la madrugada: le habían roto dos costillas a palazos y luego había ido preso. ¿Por qué? Por ser profesor universitario y ejercer esa tarea con dignidad. Una de tantas que podría contarte, hay varias mucho peores. La prepotencia militar en América Latina en toda esa época era expresión de la prepotencia norteamericana, todo se justificaba con la guerra fría. Son cosas del siglo XX, sí, pero yo viví 50 años en ese siglo.

En fin, mi sonrisa me parece comprensible y no me avergüenzo de ella, aunque admito su irracionalidad: de ninguna manera justifico ese atentado, y mis ideas están en las antípodas de las de Bin-Laden, que fue socio de los norteamericanos inicialmente, por cierto. Lo que Hebe haya dicho al respecto corre por su cuenta: mi tema no trata de eso.

te saludo
j.

 

Gracias por el aporte, no había leído este discurso que efectivamente muestra a un Obama muy moderado en su regocijo. Creo que la invocación final a su dios fue un exceso de sobreactuación, sin embargo: las cruzadas fueron hace tanto tiempo... Yo no me refería a este discurso, sino a un episodio anterior cuando en la sala de situación de la Casa Blanca asistieron al asesinato: no he podido encontrar aún el artículo que narraba el asunto (hacía referencia a un brindis, si no recuerdo mal). Tampoco descarto haberme equivocado, mi memoria a veces falla: seguiré buscándolo.

No sé si habrás leído mi tema, pero es claro que esto tiene poco que ver.

saludo
j.

 

A Osama Bin Laden le hicieron una ceremonia funeraria en la cubierta del portaviones Carl Vilson, en el mar arábigo cerca de las costas de Omán. Se siguieron todos los ritos establecidos por la religión musulmana, su cuerpo fue lavado Y purificado, tras haber pronunciado la oración preceptiva un saudí nativo, se envolvió en un sudario y se arrojó al mar. Me muero de la risa con el musador, porque comparar a Osama bin Laden con el presidente de los Estados Unido en cualquier circunstancia es de una ignorancia mayúscula. Aquí es donde me detengo a cuestionar la educación en Argentina.

 

Tienes razón musador, cómo se te ocurre cuando sabes la estima que te profeso. Es mi teclado que no responde. Quise decir que eres como un tulipán en las inhóspitas arenas del desierto afgano.