a isidore ducasse

Surco pensamientos embarcado en una lengua,
En la majestuosidad del nublo, lo imposible
no deja de frotar dos piedras.

La calma de las letras, la bruma relaja.

El viento me vigila sin tregua.
Mi cómplice, mi hermano. Cuando me descuide,
cuando me deje llevar, me enviará
a las múltiples formas del coral, y las
ventosas del pulpo serán la gravedad,
en este nuevo mundo.

Y cebos en el cielo, como siempre hubo.

Y un nuevo cordón,como aquel Noviembre,
en el océano amniótico
que alivia mi fiebre.

Pienso en un bálsamo, denso,
como el aceite. Pienso, sentado
sobre las ruínas de algún antiguo imperio.
Ahora, efluvios del todo
recorren mis branquias
con una nitidez tan precisa
que encaja incluso en lo curioso.

Cuando el mar de fondo,
pose un dedo sobre mi hombro,
volveré a mi lengua, para sudarlo todo.

Esperaré aque los brazos de otro ciclón
superen mi embergadura,
para volver a un mar sin sal,
a una tirerra sin ataduras.

 

Excelsas imágenes, poeta. Con mucha imaginación y de muy buena calidad. Te felicito.

 

Gracias por la visita salvador y por las palabras que le cayeron, las recojo con mucho gusto

 

Una verdadera obra de arte. Es un poema de colección. felicitaciones.

 

Gracias por su comentario avelino, siga coleccionandome.