A las armas y la honrar , rectos principios para el hombre de estado. I

No olvide, compañero, camarada y compatriota, que en tu desempeño como elemento de una gran nación, el cual se perfilan, con sutil determinación por luchar contra la temida deuda publica, y procura la salud y el bien estar de sus ciudadanos, el desempeño de la infancia ha de ser prolijo.

No olvide que al ascender, al cambiar de nivel, no pierda nunca de vista el suelo, porque vuestra naturaleza temporal, suele reparar en el, cuide de preocupaciones a su patrón, para ello haga un desempeño mental trinitario y uno.

Como padre de una gran nación, siempre ha de tener una buena reserva de oro , pulida y a cobijo, nunca confié en monedas ...., que lo nuevo nunca se saber a donde nos ha de llevar,¡ o quizás lo sepa todo el mundo !.

El hijo ha de recoger los frutos de esa gran nación, ¡ ya saben a que me refiero!, y ha de ser más que el padre.

El espíritu de justicia, si no estáis en comunión o estado de gracia, debéis postraros sumisos e incondicionales ante el , o vuestras almas arderán de generación en generación como una lombriz, descarnando a vuestros hijos.