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A oscuras

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por ivoralgor, 11 de Noviembre de 2014. Respuestas: 2 | Visitas: 455

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Junio de 2008
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    Género:
    Hombre
    Dejé de morir cuando oí su voz
    que atravesaba el umbral de la puerta.
    Dijo: nada más vine a decirte adiós.

    Dije que ya no la volvería a extrañar, pero no he podido desde hace más de cinco años. Reincidí en la búsqueda de su aroma que me embriagaba, el horizonte de la cama que recibía los ímpetus de sus ganas, la caricia última de su sexo. Priscila intentó quemar esas huellas dispersas en mi piel. Déjame amarte, dijo esa noche que cedí a sus torneados muslos. Me sentía tan solo en medio de la multitud que aclamaba mi primer libro. Felicidades, Ignacio, se escuchaban en todas las bocas. Sonreí cual payaso de circo. Gracias, respondía una y otra vez hasta el hartazgo. La firma de los libros me dio un poco de alivio. Para Priscila, oí que dijo esa mujer de piel canela que duerme ahora en la cama del motel. Quiero verte la cara cuando me lo haces, dijo cuando entramos al cuarto. Soy tímido, mentí, apaga la luz. Quiero verte la cara, insistió y encendió una pequeña lámpara que estaba en el buró. La luz amarillenta jugueteaba con su desnudez. Cerré los ojos.

    Alexandra hurgaba siempre en mis pantalones cuando tenía ganas de hacer el amor. Vamos al cuarto, me ordenaba impaciente. Ella encendía las luces para verme gozarla. Te amo, Ignacio, te amo, susurraba en mis oídos antes de mordisquearme las orejas. Dejó de amarme porque se embarazó de su padrastro. ¡No quiero que me toques!, me reclamaba con los ojos anegados. ¡Largarte de mi vida!, insistió una y otra vez. Estábamos a punto de graduarnos como Ingenieros Industriales cuando una noche la violó el engendro de su padrastro. Su mamá me contó lo sucedido con el alma destrozada. Por favor, dijo entre sollozos, déjala, no quiere verte más. La amo mucho, señora, dije, quiero cuidarla el resto de mi vida. Es mejor que rehagas tu vida con otra mujer, sentenció, ella ya no es la misma y no lo será jamás.

    Una lágrima recorrió mi rostro cuando Priscila mordisqueó mi oreja. La embestía con ansias de escuchar el gemido prolongado de Alexandra. Despacio, dijo entrecortado, me lastimas. Le hice el amor a un recuerdo que hoy me quema el alma de nuevo. Cerré de nuevo los ojos y apagué la luz.

     
    #1
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  2. Solista

    Solista Invitado

    fluye la lectura en el relato, con pausas que le dan un respiro al lector, bueno leerte, los recuerdos que no mueren son una mala conjunción con la cama. Saludos
     
    #2
  3. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Junio de 2008
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    494
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    Hombre
    Te agradezco que hayas pasado por estas letras. Así es, son una mala conjunción, pero la ansiedad resulta ser la misma ó quizá creemos que es la misma.

    Saludos.
     
    #3

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