A ti inmigrante

A ti que la vida te enseño sus colmillos,
te ató sin otra opción a tus limitaciones,
enseñándote el reverso del cuadro de la belleza,
difuminando la esperanza,
y poniéndote de rodillas con la incertidumbre atada a los tobillos.

A ti que el humo se coló por tu ventana,
que tus días son supervivencia,
manos callosas
y hambruna constante.

A ti que tus ojos lo han visto todo,
y que yo en ellos veo dolor,
que tu espalda se contrae
por todos los sueños que se han roto sobre ella.

A ti que has salido invicto del abrazo de la muerte,
que has caminado aún sin ver donde pisas,
a ti te envidio por tu amor de cristal.

Porque abrazas sin dobleces,
porque amas sin peros,
porque trabajas por los que quieres,
porque no tienes tiempo para miedos.

Porque tienes el honor tatuado en la frente,
porque aunque agachas la cabeza levantas el corazón,
porque aunque sufres el sabor de la injusticia,
sabes de la justicia del amor,
y aunque el mundo te haya dado la espalda,
sé que el cielo te espera con los brazos abiertos.

 

Es grato escuchar este homenaje cuando, por desgracia, son tan habituales los discursos xenófobos y racistas.

Me ha gustado mucho esta imagen:

Es muy visual; inmediatamente te imaginas la escena de los golpes sobre la espalda; exactamente la imagen de los latigazos, pero los sustituyes por esos sueños rotos que duelen más allá de lo físico. También consigues crear una gran imagen a partir de algo que probablemente está ya muy dicho, que es la idea de los sueños rotos, pero al presentarlos como sueños que se rompen sobre la espalda, la renuevas totalmente y le das una gran potencia. No sé si sería incluso más potente si fueran "sueños que te han roto sobre ella".

Me gusta también la manera en la que te diriges al inmigrante con una buena dosis de admiración. Eso llama mucho la atención; no me parece que sea para nada habitual. Y creo que es muy sano.

Con respecto al último verso, que quizá busca ofrecer algún tipo de consuelo, para mí hace mucho que pensar en recompensas más allá de la tierra no me sirve. Esos brazos tienen que abrirse aquí, en la tierra, en esta vida, como los tuyos.

Álvaro

 

Muchísimas gracias por tus comentarios, me alegra saber que has disfrutado! Tienes mucha razón con lo de los sueños que le han roto sobre la espalda.

Sin embargo respecto a los brazos que nos esperan si que es algo en lo que creo, que no debemos depender de los brazos de la tierra, ya que por circunstancias de la vida algunas veces nos fallan, pero debemos recordar que hay alguien en el cielo esperando siempre con los brazos abiertos, y que nos abraza aún estando en la tierra.

Un abrazo

 

Un poema que nos deja con esperanza, y en tiempos como estos es bueno saber que alguien mira más allá de si mismo. Un saludo hasta tu orilla

 

Estremecedor , hay esperanza y voluntad , todos somos humanos.
Un placer, saludos.

 

Buen homenaje a todos aquellos que se tienen que ir de sus casas para buscar un mundo mejor.Es comprensible en sitios que estén limitados los recursos e incomprensible en lugares donde hay de sobra pero el repartidor tira para su casa y bolsillo.Un saludo,Sandra.