A tiempo

-Los quiero tanto, daría cualquier cosa por estar con ustedes, sé que lo ideal sería que estuviésemos juntos, pero como sabrás, estoy tan lejos porque quiero darles un mejor futuro, allá en nuestro país no hay posibilidad de mejorar.
-Yo también te quiero, pero! tienes que venir, tienes que venir!, no aguanto más, ven, ven Elvinio por amor a Dios te lo suplico, te necesito aquí cuanto antes, ¿cuándo vienes? Dímelo por favor, ¿cuándo vienes?
-Quiero ir mujer, en cuanto pueda me voy para allá, te prometo que pronto nos veremos, quiero que cuides a Elvinito, sé que él también me necesita, pero la vida es dura y estoy aquí por ustedes, ya lo veras pronto vamos a estar juntos, muy pronto, tú lo sabes muy bien, ahora me despido...mañana te llamo.
Delfina Monsanto de Marmolejos, quedó de momento aferrada al teléfono, como atrapada en un demandante pensamiento, sus trémulas manos daban la impresión que estaba asustada. Hacía 9 meses y medio que su esposo no venía, estaba notablemente turbada, en sus ojos se podía estimar su tribulación sin mucho esfuerzo, le aterraba sobremanera que Elvinio Marmolejos no llegara -a tiempo- no había ninguna posible forma de revelarle lo que sobrevenía de sus adentros, sin que esto no acarreara una inevitable alteración, que en defecto terminaría en algo muy desagradable, era una realidad muy compleja, que solo disiparía con la llegada -a tiempo- del inocente consorte. Solo ella y alguien más sabían la peliaguda dificultad en la que estaba enfrascada, cada microsegundo que pasaba desmejoraba su panorama. Ya había pasado mes y medio del desliz y lo evidente se iba desplegando de la forma más natural, eso la ponía entre la espada y la pared. Delfina vivía con Doña Bertilia Rodríguez vda. Marmolejos, (madre de su esposo), en una casona antigua, que todavía conservaba el esplendor de antaño. Tenía una alta techumbre que descansaba en unos perfectos remates que servían como desemboques pluviales, las puertas eran altas y desahogadas, la cocina estaba afuera (a usanza de la época en que fue construida), pero enlazada al pabellón principal, por medio de un zaguán; era el área más concurrida de la casa, allí se daban cita, jornaleros, amigos y vecinos, a la espera de una buena taza de café o para compartir los comentarios que estaban a la sobremesa. El patio tenía diversidad de árboles frutales y flores silvestres. Como toda abuela; Doña Bertilia velaba por el cuidado de su primer y único nieto a quien complacía todos sus antojos, como toda suegra; vigilaba con diplomacia los pasos de su nuera (gajes del oficio). Era una mujer respetable y muy querida en la vecindad, con una trayectoria impecable que se había mantenido a través del tiempo. Parece que en su juventud era muy hermosa, la imprevista muerte de Asrrael Marmolejos( su esposo), le había robado la otrora alegría, pero a pesar de todo era una matrona muy afable, eternamente sumida en una profusa contemplación, pero siempre orientada a manifestar una agradable sonrisa a sus semejantes.
Delfina era una mujer muy activa, estaba al frente de los quehaceres de La casona, tenían una pequeña crianza de cerdos, algunas reses y unas 75 tareas de tierra destinadas al pasto y al cultivo de vegetales, esto sumado a las remesas enviadas desde el exterior por Elvinio,( quien trabaja de taxista en la isla de Manhattan) servía para el sostén económico de la reducida familia. Por fortuna contaban con el apoyo de Elisandro Aguavivas, cómplice de infancia de Elvinio Marmolejos, quien recordaba al dedillo las particularidades del romance de estos amigos, siendo testigo, hasta del día en que se conocieron. Era una tarde de febrero, muy próxima al día del amor, Delfina trabajaba como dependiente en una tienda de artículos deportivos, los dos amigos habían llegado allí para comprar una caña de pescar. Ella estaba en una de las áreas de exhibición, Elvinio, quedó embelesado ante la belleza de esa mujer de tez oscura, inmediatamente se le acercó en guisa de conquista diciéndole estas palabras; ‘’quiero llegar a tiempo a tu vida’’, ella le sonrió muy coqueta y de ahí en adelante, comenzaron a corresponderse, lo que paso desde entonces hasta ahora ya lo suponemos. Llegaron tiempos difíciles y Elvinio se había marchado a EE.UU buscando fortuna, dejando a su esposa y su hijo de 7 años en casa de su quebrantada madre ; con su ausencia, Elisandro se familiarizó con la diaria rutina de la casona, convirtiéndose en una especie de empleado imprescindible y de confianza; se encargaba de vigilar los peones, llevaba y buscaba al pequeño Elvinito a la escuela, acompañaba a Delfina a todas sus diligencias, sirviéndole de chofer en una camioneta Nissan modelo 1983.Poco a poco la naturaleza humana fue preparando el escenario para Elisandro y Delfina ; a quienes entre íntimas conversaciones, inevitables cruces de miradas e insinuantes roces, le sobrevino la necesaria tentación y la final consumación de un secreto romance sin medidas.
En la solitud de su apartamentico, Elvinio marmolejos rumiaba el ruego desesperado de su esposa en su última conversación telefónica, sin distinguir cuán extraño era el tono de su voz, ni la rara insistencia con la que ella demandaba su regreso. Después de mucho reflexionar y calcular, se le ocurrió la magnífica idea (para delfina) de llegar por sorpresa, y reservó en American Airlines en el vuelo 645, fechado para el 15 del corriente mes. Curiosamente transcurría febrero, como cuando la conoció, y por medio de una compañía de esas que hacen entregas a distancia, le había enviado unas flores que llegarían precisamente el día del Amor, con una nota que decía…… ‘’quiero llegar a tiempo a tu vida’’, como recordándole aquellas palabras con la que se acercó a ella por vez primera. Delfina desdeñaba los tantos detalles con los que Elvinio le halagaba, nada de eso le interesaba, estaba en un comprometedor enredo del que no tenía oportunidad de liberarse, salvo que la providencia recurriera a su amparo trayéndole de vuelta y -a tiempo- su indispensable marido,en efecto, eso estaba por verse, pero ella ni remotamente lo sospechaba .Justamente las flores habían llegado con matemática puntualidad, Delfina estaba sola en la casona e ignoraba que al día siguiente sus culpas y temores se desvanecerían de la manera más simple y sin la menor alteración. En un embate de rabia tomó las dichosas flores y las lanzó al suelo, mientras exclamaba con enérgica voz - ¡flores, flores, malditas sean las flores! ¿Es que no entiendes que mi vida se va a desmoronar si no vienes?.
A veces los azares del destino nos inventan jugadas muy funestas, las flores habían llegado a su destinatario, pero paradójicamente al día siguiente, el vuelo 645 de American Airlines con salida del aeropuerto John F. Kennedy, con destino a una isla del caribe, se estrellaba en West Virginia, muriendo en el acto 205 personas, en la lista de pasajeros que habían abordado la aeronave se encontraba el nombrado Elvinio marmolejos. El informe llegó a oídos de Delfina a través de Elisandro quien sabía del retorno de Elvinio y a manera de pesada broma lo había ocultado hasta el último momento. La desleal mujer no podía asimilar aquella siniestra noticia llorando con desconsuelo y con un terrible cargo de conciencia, de repente la reducida familia se había llenado de duelo, el frágil corazón de Doña Bertilia, no pudo resistir tanto impacto y también falleció, dejando solos a su nuera, su amado nieto y por supuesto al bienaventurado e ingrato Elisandro Aguavivas. Delfina sin querer, o[FONT=&quot] quizás queriendo, se había convertido en la nueva matrona de La casona, Doña Bertilia y su hijo Elvinio, eran de los pocos miembros que quedaban de esa familia, no existia nadie que pudiera reclamar las propiedades y deliberadamente las cosas empezaron a transformarse en La casona. Siete meses después, Delfina Monsanto vda. Marmolejos daba a luz su segundo hijo, Elvinio no había llegado -a tiempo- para ser el padre del segundo nieto que Doña Bertilia Monsanto vda. Marmolejos nunca conoció.

MC JUNIOR

 

Hola mc, tremendo relatooooooo, es bella esa frase: "quiero llegar a tiempo a tu vida", arranacaste unos cuantos suspirosss, me hiciste sentir como protagonista de la historia, por momentos los recuerdos se arremolinaron en mi mente, como es la vida... uno no sabe lo que al final pasará, ya vez lo que pasó con doña Bertilia, el muerto al pozo y el vivo al gozo, ha sido un placer leerte mc... hace rato miraba esos peces queriendo llegar hasta la luna, andube curosiando por ahí. Te mando un abrazote mexicano, escucho la canción de Rosita Alvirez. jijijiji Saludos y cuidate mucho. Bendiciones
¡SONRIE

 

hola mujerbonita,agradezco que siempre comente lo que escribo,es una gran alegria para mi, para que te enteres empeze a hacer tu pieza de barro ,y la hago con todo el cariño que mereces, se que te va agustar, pronto la tendra contigo -a tiempo- salud y bendiciones . mcjunior

 

Buen relato... cosas de vida... Un placer mc junior. Muchas gracias por la lectura.

Saludos

 

Rosaela ,gracias ati por lees mi relato, es para mi un gran placer ,salud y bendiciones desde Republica Dominicana. mcjunior.

 

Hola mc junior, triste relato con un final de la que nadien desea, pero asi es la vida llene de alegria y a veces de tristeza, saludos cordiales.