A tus estaciones.

No sin antes decir si acaso el cielo se partiera , decir que fueron tus tormentas las que dieron sentido a la eterna labor de los cuatro reinos , feudos incorpóreos que tras los equinoccios que los preceden brindan cambios esenciales a la noble pasión que profesa la inquietante vida.

Coronaste la primavera como el resurgir de la nada , como madre del todo y purgadora de los rigores que su hermano el invierno año tras año deja tras de sí ; fundiendo sus nieves y dando brío a las canciones que alegres cantan los ríos rebosantes de caudal y exultantes por verte posar sobre los puentes que los cruzan .

De laureles el verano cubriste , como emperador y madurador de frutos es el alimento que la tierra reclama para sus hijos los mortales ... el altar donde rezan al astro rey los girasoles.
Ella es...el anhelar de una buena sombra donde poder rendir cuentas al suspiro de unos poros exhaustos y a un breve candar de ojos que nos permita soñar.

Pero sobre todo el verano es el precursor del más hidalgo de todos los reinados , paliador de causas perdidas y ejecutor de hojas caídas , consuelo de amores rotos...promesa de una nueva primavera.
Otoño contigo u otoño sin ti siempre fué y será tu preferida , la más cantada y a la vez llorada por el trémolo vibrar de tu garganta y aun así...por antonomasia bautizada y en boca tuya propia como la estación de la poesía y el amor.

Porqué tú eres así...como el sonido de las teclas de un piano afinado por el viento.

A.A.A.

 

Que bonita y romántica prosa, saludos,

 

Saludos Omaris...gracias