a un estruendo rico

Oh,
la frenética búsqueda
de un poema, robusto, bello y
pequeño, como un arbolito japones,
me trae vagando por un bosque pelón.

Es difícil escribir
en la era de Trump,
y mucho más, sin tu querer,
y sin yo querer..

mi poema,
sin pasillos de nobel prize
ni los de una catedral,
ni apetitos por serenatas,
pero si de mil sirenas,
por sermones del suspiro
y un bello calzón
pues, llegó a ser.

Yo estaba,
mientras tomaba café,
pensando en un poema,
uno del que no se piensa en nada
o se escribe tan ralo que, de repente,
nos explica un de todo, aunque sin ganas.

Que bellas letras
se dan en una hermosa mirada,
en el inmenso silencio de una sonrisa
que es como un ruido de tanto en la memoria,
o el estruendo rico de unos calzones al bajar
del alto mar de las dulzuras.

Otro año
otros 365 días que,
como los atardeceres,
prontos se irán.

Podría quitarme la fe
y no creer en los misterios
si no en mi propio poder,
pero cada dia que ya no es,
aunque no sea un blanco poeta,
me sabe a glorias.​

Fidel Guerra
Spgfld, Or,
Enero, 2019.​

 

Y tus versos me saben a vino dulce, fuerte y con identidad, un abrazo