Aberración

El tañido solemne de las plomizas campanas de tu corazón reseco entreabren una grieta maldita en la que se cuelan los vejestorios engendros que tus sueños mortificados parieron en una compacta noche de San Agustín.Se alimentan voraces,con sus ojos ciegos encharcados en vinagre,de las arterias y las venas por las que apenas circula acorde la sangre viciada de tu cuerpo corrupto y envejecido.Entonces sueltas en la noche de plateadas estrellas y cimentada luna creciente un gravisonante vozarrón de dolor que vuelven mustias las rosas ensangrentadas que crecen arraigadas fuertemente dentro del cráneo cadavérico de tu decadente esqueleto:tembloroso de temor hacia la figura espectral del demonio que no dudaría un ápice en desnudarte con su mirar maquiavélico para a continuación inocular el veneno del odio más profuso hacia tu cuerpo de seda desgarrada.Desearías beber como un cobarde del rocío mañanero,pero nunca más llegará:tu alma podre y carcomida por la agusanada muchedumbre de la miseria comparece ante los tribunales fogosos de los severos genios de la tierra,esperando a que un veredicto con ponzoñoso aroma a agrio limón la hunda en el abismo tenebroso de la locura festiva que destroza en infinitos corpúsculos tu esencia radical.