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Abre La Ventana

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ANIE, 19 de Junio de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 804

  1. ANIE

    ANIE Poeta recién llegado

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    18 de Junio de 2006
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    Abre La Ventana​


    La luz en los ojos, la sonrisa franca, la bondad del aire mezclada en el color de tus mejillas.
    Estás enamorándote, Mariana, y tu corazón está libre de penas y tu mirada no pertenece a nadie; es la ventana que tienes abierta porque el cuerpo da una gran luz al alma y lo mismo hace el alma con el cuerpo; con un sistema de espejos se iluminan uno a otro.
    En poco tiempo se forma un halo dorado y cálido, y ese halo atrae a tu muchacho como la miel atrae a los osos.
    Las cosas que suceden en el amor no se acaban nunca en sí mismas.
    Hay sonidos, alegría basada en la complicidad, el corazón late con sentido, de un modo distinto, más que aleteos, vuela libremente como un ave contenta.
    Hay un espacio abierto, de un claro plácido y majestuoso con una encina verde, enorme, con las ramas abiertas como brazos dispuestos a recibirte.
    Eres la planta jovial, vital y yo soy ese árbol añejo que quiere cobijarte porque está quieto, siempre viviendo en la tierra del mismo lugar, con las raíces tan profundas cerca del corazón de la tierra pero su copa es la más próxima al cielo.
    La savia recorre su interior desde abajo hacia arriba y desde arriba hacia abajo, se expande y se retrae según la luz del día.
    Ahora, te estoy mirando dormida.
    Desparramado tu cabello sobre la almohada blanca, acaricio tu frente, percibo tu respiración leve y presiento que existe una rendija para que comprendas el minúsculo secreto del ciclo de las vidas, fatigoso secreto debido a su rígida incertidumbre.
    Quiero apoyarte, ahora más que nunca, porque quiero vestir a esa niña de colores, con la imagen borrosa a otra imagen de mujer, de fuego que estalla hacia delante, cuando te haces preguntas que yo me planteo y no puedo responder, cuando; cuando descubres que la impotencia, muchas veces, es un ogro voraz que te derrumba con una avidez terrible, en un cuento de hadas.
    Detrás de mi rutina cotidiana de mujer burguesa quiero ser un soldado para sacarte de las oscuridades inesperadas y precipicios profundísimos.
    No soy botánico paseando por un prado para elegirte las flores en un orden preciso pero sí elegir las flores amarillas, azules, una porque tiene perfume dulce, otra porque está al borde del camino.
    Y creo que conociendo tu fragilidad y tu fuerza a la vez de enfrentar los años que brillan en el almanaque, a veces sola, porque no podía entenderte, porque era muy difícil, había demasiados conceptos nuevos, berrinches, aturdimientos-
    No podíamos a veces transitar juntas pero ojalá yo hubiera nacido con la sabiduría suficiente para ser “una mamá completa”, sin errores ni desaciertos.
    Pero a lo largo de las bifurcaciones del sendero, encuentras otras y sólo depende de tu elección que haces en un segundo; aunque no lo sepas, entre seguir por el natural conformismo que tienen los jóvenes, mantenerse a flote en el agua con gestos inseguros y confesos o mantener la mirada hacia las estrellas y tratar de agarrar una con la mano extendida en la dirección exacta.
    Cuídate, Mariana. Quiero que seas una mujer que tenga deseos de cambiar las cosas equivocadas por cosas justas pero el primer cambio está en uno mismo; es la primera revolución y la más importante.
    Cuídate de todos los acontecimientos de la vida, regida a veces por la hipocresía. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se puede hacer.
    Cada vez que te sientas perdida, confusa y yo no esté a tu lado, piensa en ese árbol frondoso que jamás una tormenta sacará sus raíces de la tierra y en donde la savia corre sin esfuerzo.
    Y no te preocupes por los recuerdos tristes, los que dormitan durante mucho tiempo en una de las innumerables cavernas del recuerdo; están allí, incluso, durante años, decenas, durante toda una vida.
    Luego, un buen día, vuelven a la superficie, pero no temas, el dolor que los había acompañado está presente de nuevo, intenso y agudo, pero no molestará más.
    Y cuando se abran muchos caminos en tu vida, no te distraigas, quédate quieta, en silencio y espera adonde el corazón te lleve.

    SÉ FELIZ, hija mía, y en el aire percibirás el olor del otoño y el latir de mis pensamientos cruzando el cielo.


    ANIE
     
    #1

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