Adiòs te espero en el infierno

Adiòs, te veo en el infierno de hielo:
el infierno seguramente no es fuego sino hielo
hielo seco que quema:
porque el fuego representa a la pasiòn amorosa,
estoy seguro que el infierno, en realidad, es puro hielo
y no, como suelen creer los enamorados
que como ardientes animales, bestiales suelen amarse en los lechos
mientras caen las hojas del otoño barridas por el viento
y las grandes ratas, en la noche recorren los largos cables de la luz
o acaso del telèfono, en busca de sus distraidas vìctimas
que conforman la cadena alimenticia, segùn los manuales escolares
y suelen ser blancas palomas que representan a la paz, segùn pablo picasso

en virtud de lo penosamente afirmado poco antes, anteriormente,
como un cierto indeterminado señor loco que tropieza con sus propias palabras,
que, a brazo partido, dicho señor, mayor, pelea, a brazo partido, con el propio lenguaje,
aùn tratàndose de la lengua materna que sin saberlo aprendiò en su triste infancia,
doy fe y sè por experiencia que dicho caballero no es otro que un serial asesino
que frecuentemente, por las noches, sale por las calles, despotricando contra el gobierno y
buscando a sus incautas vìctimas:
por regla general, jòvenes doncellas vìrgenes que, confiadas en su buena estrella,
estudian su celular
o escuchan mùsica, ya sea cumbia villera o una sonata de beethoven
lo cual es raro, convengamos

esto no es todo: no conformes con lo anterior, estos bizarros satanes
suelen apostarse allì donde no llegan o alcanzan las càmaras de seguridad
las càmaras tèrmicas, las càmaras legislativas

adiòs, es tarde y tengo sueño, debo irme a dormir, irme a acostar:
vuelven habiendo adormecido con cloroformo a un muchacho desamparado
o simplemente, mediante sutiles engaños, lo lleva a su casa donde, alevosamente
lo deguella, lo mete en una càmara frigorìfica no sin antes despedazarlo o incluso comerlo:
asì son estas infames pelìculas de terror clase b, habitadas por toda clase de màquinas
de tortura manejadas por un recòndito paràsito que sufre de càncer o una enfermedad
por el estilo: es realmente extraño còmo las gentes, en la actualidad, gozan
de estos terrorìficos films, en parejas, mientras mastican pochoclo u otras golosinas

o tal vez ya no concurren a los cines sino que arrinconados en sus casas
a manera de prisiones a causa de una triste y lamentable pandemia
observan dichos films tomados de la mano y cerrando los ojos en la peor parte:
nubes de moscas y otros insectos se arremolinan sobre un cadàver
en avanzado estado de descomposiciòn
mientras el mèdico legista filma todo para sus atribulados alumnos
quienes lo adoran por su simpatìa, su empatìa y su savoir faire
sus alumnos de medicina legal, en las mañanas de invierno
mientras comemos medialunas de manteca y de grasa
y sorbemos cafè con leche