Afortunados ignorantes

¿A que la mayoría de vosotros se ha quejado alguna vez de estas situaciones? "que si estoy muy cansado de tanto trabajar", "que vaya rollo, mañana tengo examen", "que vaya día más malo hace, ahora tendré que quedarme en casa", "que desgracia, hoy tengo lentejas para comer y no me gustan"...
Que mala suerte tenemos ¿verdad? las cosas no nos salen como nos gustaría.
Y yo digo pobres de nosotros, ignorantes, que no valoramos lo que tenemos. En un instante sabreis de lo que hablo con las respuestas a las quejas nombradas anteriormente.
Primera queja: Da gracias a que tienes un trabajo, y puedes permitirte el lujo de ganarte un sueldo todos los meses.
Segunda queja: Da gracias a que estas teniendo una educación y puedes permitirte el lujo de ser una persona con estudios.
Tercera queja: Da gracias a que tienes una casa, y puedes permitirte el lujo de dormir bajo un techo.
Cuarta queja : Da gracias a que tienes comida, y puedes permitirte el lujo de llevarte algo a la boca todos los días.
Muchos estudios realizados en personas con un nivel cultural y socioeconómico medio, osea personas como nosotros, han demostrado que nos quejamos la friolera de unas 20 veces diarias.
Pero esto en los países tercermundistas no ocurre, no tienen tiempo para quejarse, pues están demasiado ocupados intentando comer todos los días. A pesar de todo, ellos permanecen felices, siempre llevan consigo una rebosante sonrisa. Después de haber trabajado 15 horas, después de haber comido una vez al día o ni eso si quiera, después de haber dormido en el suelo... ellos están contentos. Y os preguntareis, ¿Porqué? Pues es algo que ni yo misma puedo entender.
En fin creo que deberíamos aprender a no quejarnos tanto, que somos muy afortunados y no valoramos lo que tenemos. Hay que ser más sensatos y ponerse en el lugar de los más desdichados.

Es afortunada, no es feliz...
Son desafortunados, en cambio, sí son felices...

 

Coincido plenamente; quizás porque nunca me gustaron los quejicas. Y además porque siempre he sabido que es una gran virtud agradecer hasta el simple hecho de estar vivo.
Un saludo y encantado de pasar.