Ahora Bien...

Ahora bien,
salgamos de nuestro estúpido asombro
y descubramos que hay leyes cósmicas,
que debemos respetar para cada situación,
relevante a nuestros “No progresos”...

¿Qué quiero decir con “No progreso”?,
simple, lisos y llanos problemas mentales que son,
en sí mismos, discapacitados.
Lo afirmo por que todos tienen una disconformidad
desplacida generacional, inmersa en ella.

Si, los inconvenientes mentales forjados
en nuestra mente, son discapacitados,
por que no se valen de si mismos,
necesitan de nosotros mismos para hacerlo o para crecer,
estoy en discusión perpetua con la mente humana por esta causa.

La mente cree tener salidas lógicas para estos entuertos,
yo discuto que no los tiene
y en su fuero interior alimenta estas desgracias invernales
para transformarlas en obstáculos vívidos
y que aparentan una autosuficiencia indiscriminada.

El hecho de que existan,
no les da la calidad de pertenecerse a si mismos
y tener autonomía, les declaro,
son desterrables con o sin solución por parte nuestra,
se los puede ignorar,
aunque luego intenten volver con mayor énfasis,
por eso es aconsejable desterrarlos con propiedad y definitivamente,
haciéndoles frente sin más ni más.
Punto.
Eduquemos nuestras perspectivas
y salgamos a la calle para encontrarlos desde su raíz
y arranquémoslos de cuajo, suena crudo,
pero para estas cosas hace mucha falta la acritud en nuestros sentidos, olvidemos quien sale lastimado,
no hay tiempo para ello,
además casi nadie está preocupado si por “Algo”
en verdad nos lastima y de seguro,
los que nos lastimamos somos nosotros mismos.

¿Estoy enojado?... si y mucho,
pero podría enmascarar mi enojo
diciendo que estoy cansado de ello.
La reflexión me salva o salvaguarda
de morir aplastado por los factores externos de la estupidez humana,
pasa el tiempo y seguimos cargando la melancolía
de no saber que hacer a tiempo,
cuando aún es tiempo
y aunque el lapso para esta solución,
no tenga límites,
ya que los límites a los problemas los ponemos nosotros mismos,
es cuestión de urgencia,
urge la tranquilidad de saberse tranquilo en el fuero interno
(Valga la redundancia).

Propongo asomarse a la ventana de nuestras revanchas,
para así, visualizar el campo de acción.
Una vez estudiado,
carguemos con las armas necesarias para,
aunque parezca que es para lastimar a otros,
limpiar el camino;
para que de esta forma lo logrado no tenga un sabor amargo durante
o mientras, aún, no sea un logro asumido.

Sí, los logros deben asumirse como los problemas,
son también logros que no se resisten a durar
y se rememoran a la hora de querer entablar
una conversación con nuestro propio ego.

Seamos sanos a la hora de parecer enfermos.​

 

Más bien parece una reflexión que un poema, estuvo bien reflexionar con vos.
Te felicito Sergio resulta grato leerte.

 

Si es una reflexión hecha poema, por que fue una de las primeras que edité y aún era inexperto en lo que es el portal
Un abrazo siempre
Gracias por leerlo