Al final de la hoja

Pequeño hueco queda en mi gastado cuaderno, pequeño pero suficiente, suficiente para, con ayuda de mi bolígrafo, plasmar una gran sonrisa. Y es que quizás a veces sonreír es la mayor de las esperanzas, lo único que nos puede servir y quizás no exista ningún insensato secreto para hallar la felicidad, tal vez esta se halla en el propio camino de su búsqueda y a lo mejor y solo a lo mejor es, escucharnos a nosotros mismos, lo más inteligente.
Y puede ser, pero solo a lo mejor y de vez en cuando, que yo aparente ser un loco, o si, tal vez lo sea. Pero cordura suficiente en mi testa queda para afirmar que en mí circula por medio de sonrisas, carcajadas e impredecibles actos miles, una felicidad sin igual.

 

La pluma...te da muchos momentos mágicos…​

Algunos alegres…soñadores...ha otras inspiraciones,​

que te hace danzar...suspiros silenciosos…​

…………..​

​

Saludos.​

 

El humano de por sí, tiene tendencia melodramática y si se pusiese a pensar con ese pequeño rastro de loca cordura, se daría cuenta que dentro de sí, habita algo, digo algo indefinible que posiblemente se llame felicidad. Hermoso micro.

Saludos.

 

¡Buenísima reflexión! un gran relato, bienvenido poeta a este bello lugar de encuentro , amigos, y poesía...
saludos isleños para ti
Pincoya