Al otro lado

Y yo sabía que él no era para mí pero no obstante me aferraba a su presencia todos los días, cada mañana lo besaba como si se desvaneciera poco a poco mientras lo sujetaba de la mano apretando sus dedos usando los míos como anclas de una tonelada. Mis días se hicieron cada vez mejores gracias a él, aunque no se lo decía seguido vivía asombrada de cuanto afecto podía sentir hacia un ser. Yo no se si era para él y no deseaba averiguarlo ya que él destino nos había entrelazado cual agujetas con doble nudo, de aquellos nudos de marinero que eran imposibles de desatar. El me quería y yo lo adoraba ¿acaso no era la más bonita coincidencia que pudiera pasarle a un mortal? el futuro me intrigaba y me llenaba de dudas, dudas que algún día serian resueltas y desenvueltas por el mismo trayecto de nuestras vidas, pero...no tenía prisa, ni en lo más mínimo, buscaba acelerar nuestro tan apacible paso, ya que atesoraba cada minuto que pasaba a su lado. Y yo sabía que el no era para mí, pero ¿por qué iba a privarme del derecho de amarlo?

 

"Anclas de una tonelada", "nudo de marinero".. ¡Interesantes imágenes!
Es verdad que no decidimos a quién amar...
Un hermoso poema.
Cordiales saludos.