Al rÍo cali

AL RÍO CALI

Eres desde tu nacimiento todo un acontecimiento.

En la montaña tus aguas fluyen heladas como si lo hicieran las hadas, desprendiéndose gota a gota de las peñas encantadas.

Formando una quebrada que busca desesperada por dónde debe bajar, impulsada por el farallón que oscurece la región con un gran nubarrón.

Al amanecer las lluvias te hacen crecer, fortaleciendo el caudal, que por la inercia atraviesa el raudal y se ve fortalecida al recibir otras aguas que te van dando vida.

Así llegas a la ciudad que te engrandece con su nombre y te aclama como a beldad.

Tus aguas embellecidas corren por la planada, parecen enamoradas del sol que para ti brilla y entre árboles y peñascos te deslizas repartiendo tus sonrisas.

Después de un lindo paseo por Santa Rita y El Liceo, llegas por El Conservatorio y continúas hacia el CAN, donde las gentes te admiran de afán.

De allí para adelante el recorrido es ondulante, parece que la belleza entristecida como una flor se marchita.

El recorrido es espantoso y el bullicio y el ruido horroroso, todo esto reunido te hace perder colorido, y empiezan las aguas negras como una maldición hiriéndote el corazón.

Al pasar por el ferrocarril ya vas herido a morir, desvencijado y vencido has perdido la postura, más pareces una basura.

Ahora no sonríes como el condenado, sigues tu curso de un color mono en el más crudo abandono y, como dijo el Creador,“Porque no saben lo que hacen los perdono”.

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