Alcohol, hoy te digo adios.

Déjame contemplar ese matiz transparente que te caracteriza al nacer,
¿Qué grado tienes hoy?...no te puedo oler.
Me acompañaste a esos viajes largos que los hacías cortos entre música
y diálogos, del ebrio néctar de tu ser baje al infierno, donde sentí raspar
con espinas punzantes mi alma, dejándole en despojos, que al día siguiente
aun con dolor no lograba resarcir, y tu, callado, esperándome sabias que
volvería a tomarte para olvidar el infierno interior; total, contigo dentro
la sonrisa llegaría, cuantas veces en esos momentos me sentí la dueña
del mundo alejada de la realidad, sonriéndole a la muerte cuando me
acercabas en accidentes. En celebraciones debías estar presente animando
el ambiente; tantos años de fines de semana en aventuras y desventuras
hoy terminan, te alejo de mi con una sonrisa, sin rencores y sin males;
tal vez te vuelva a ver de la mano de alguien en algún bar o café pero
ya no te beberé, hoy prefiero vivir sola en sobriedad que contigo en ebriedad.

 

Me parece excelente y muy valiente tu decisión amiga.
Lucha por salir del alcohol que en verdad es posible y vive un mundo nuevo.
Felicidades de todo corazón por enseñarnos tu bella manera de escribir y tu bella alma.
besos de todo corazón.

 

para reflexionar, me gusta.Un abrazo y asi se piensa.

 

Ese volátil seductor de voluntades, encauzador de soledades; que mejor que darle un SECO ADIOS. Un gusto pasar.

Saludo y beso azulado.

 

Gracias por tu bello comentario Pilar.

 

Gracias por tu comentario e invitación.

 

Asi tal cual RosaBlue...seco adios, gracias por pasar y dejar tu comentario.

 

Buena decisión amiga , la vida se disfruta mejor en sobriedad !!! Estrellitas y un abrazo.

 

Siempre son tristes las despedidas... bueno, no siempre. Algunas veces hay que decidirse (y con una sonrisa) cambiar lo que nos hace daño.
gracias por tus pensamientos