Alejandro - EL COMIENZO

ALEJANDRO
EL COMIENZO
El comienzo, como saber realmente cual es, quisiera pensar que pasa cuando te vi por primea vez,pero no es así.Desde atrás en el pasado que estaba guardado en mi interior ajena a la realidad, una realidad que estaba consumida por lacotidianidad, había algo escondido, en ese pasado que despertó cuando te sentí por primera vez, surgieron las emociones ajenas, distantes, brotaron toda clase de capacidades ocultas, las perversiones, la locura, el deseo, la felicidad, saldrían de su agujero con tu ser.
No puedo remontarme a ese pasado escondido, pero puedo asegurar que de alguna manera ya estabas presente desde que poseo conciencia, que te esperaba ansiosa como las personas creyentes esperan un milagro en sus vidas, como todos esperamos encontrar los tesoros escondidos, cualquier golpe de suerte que te haga todo más fácil sin mucho esfuerzo, como se espera que la vida te encuentre con la razón de tu existencia y sea satisfactoria.
Te esperaba a cada instante, pensando muchas veces que tal vez no encontraría mi golpe de suerte, resignándome a vivir, haciendo nada para solo respirar cada día como lo hacen todos y es aceptable.
Tal vez el comienzo estaba en mi interior como algo deseado hasta el cansancio, como parte de mi agotamiento a la simplicidad, la obstinación a tener en cualquier instante el deseo realizado, desconociendo cual era ese deseo, apareciste.
Llegaste una mañana casi fría, estaba quejándome de caminar, esperaba que alguien apareciera y los rumbos en el camino coincidieran, por lo menos hasta un sitio más asequible. Le sumo mi falta de juicio con el tiempo, estaba más retasada que de costumbre, el ritual de levantarse para mí en las mañanas o simplemente llegar con tiempo se vuelve algo tedioso, me falta disciplina en ese asunto. El tiempo para mí a veces es tan muerto que quisiera dejarlo en su estado de inercia y no llegar nunca.
Te lance la mano haciendo un gesto para que me dejaras ocupar un espacio en tu trayecto y agilizarel camino para mí.Quería un cigarrillo, cuando caminaba apurada y cuando te lance mi gesto.Pensé inmediatamentecuando paraste en tu carro que el cigarrillo tendría que esperar hasta algún sitio distinto. Estabas impecable, de saco y corbata, una cara limpia muy bella, hablaste de una manera pausada casi cortante, pero amable al mismo tiempo. Tú manera de hablar inspiro en mi un respeto inmenso, ese respeto permanecería todo el tiempo como un enorme muro que no puedo atravesar, pero tenías cigarrillos. Ese muro se opacó con una cajetilla de Kent que no me gusta pero como única opción para mi ansiedad erael cielo. Cigarrillos en un carro, ajenos para mí, pero ya el primer paso estaba dado, habían cigarrillos, solo tenía que encontrar el momento apropiado para fumarlo sin que representara una incomodidad para ti.No me habías dicho tu nombre y el cigarrillo me distrajo lo suficiente, no pensé en quien estaba al lado.
Recuerdo cuando te dije“me regalas un cigarrillo, puedo fumarlo en el carro” me respondiste” Claro dale,préndeme uno también”, no recuerdo que decías antes de ese instante, me alegre mucho, las ansiedades estaban en ese momento compartidas, la conversación con los cigarrillos encendidos estaba esplendida.
Te sentía de muchas formas, libre, alegre, compasivo con muchas opiniones que diste, aun no me decías tu nombre, pero creo que cuando te miraba pensaba que había alguien muy importante al lado, muy interesante que no estaba a mi alcance.Me esforcé en habar lo preciso, en parecer que teníamos niveles semejantes, me esforcé en parecer graciosa, pero¿porque me esforzaba?
Note como comenzaba en mi interior a sentir agitación, estaba nerviosa, muy nerviosa. Me tranquilizaba pensando que dentro de lo inalcanzable de tu ser para alguien como yo después de ese momento simplemente no te vería mas, o te vería por casualidad y no tendría ninguna importancia, pero disfrute de esa agitación, la saboree el camino completo, sentía un tipo de felicidad, de bienestar, no tenía que caminar, podía fumar, reírme, parecer estúpida y no importaba, me sentía en el fondo alagada con migo misma, me sentía hermosa teniendo conciencia que tal vez no eraasí para ti.
En ese canino, en ese instante, sentí que el mundo estaba completo, el retraso con el tiempo, el afán, se acabaron en ese espacio de tiempo, sabía que llegaría a mi destino de cualquier forma, por un momento podía jugar con todo lo que sentía, jugar a tener posibilidades que no había tenido nunca, jugar a que estaba con una persona limpia en su interior, seria, jugar a sentir que podía ser hermosa para alguien tan bien bello.
Me sentía presionada, sentía miedo, sentía libertad, ¿Cómo se pueden sentir tantas cosas tan contradictorias al mismo tiempo? Seguía apaciguándome la idea que poseía en un grado de certeza muy alto “cuando me valla de este carro no importa, no lo verémás en mi vida”. No había posibilidad para ello, me reconfortaba y abuse de todomí ser para jugármela un ratomás.
De una manera despiadada con migo misma me lleve al límite de lo absurdo, no era yo, era una niña caprichosa y orgullosa, salió de mi ser algo que desconocía, pero estaba allí, hable como no lo hago, me reía como no lo hacía nunca, me puse a un nivel que no tenía, sin ningún interés solo le di rienda suelta a mi curiosidad por sentirme alguien másallá de mi misma.Nofingía, en el fondo estaba la callada, la que escucha sin atención, la que no tiene nada para decir, en mi piel había una batalla que no entendía de donde salía pero la deje brotarme, rasgarme toda, hablar sin que para mítuviera ningún sentido.
Tu no tenías como enterarte de lo patética que era la persona a tu lado, no tenías como enterarte de lo vano de mi ser. No hiciste nada que provocará en mi ese tipo de ración, solo eras un ser bello que no estaría en mi vida, así te veía, así lo pensé y así es.
Me llevaste hasta la oficina, no era tu camino normal para ir a la tuya, pero ibas a la casa de tus padres. No recuerdo por que ibas para allá a esa hora pero sentía que parecía una excusa, sentí que querías extender el tiempo hasta donde fuera posible para permanecer en tu carro un momento más. Antes de irme sentí que no quería bajarme de tu carro, también sentí que tu querías lo mismo, pero “hora de la despedida”.
Me iba a bajar cuando me pediste mi número de teléfono “para que saquemos a pasear a los perros” dijiste, yo me asuste, mi juego no era ese, ¿porque me pides el número de mi teléfono? no quería que me conocieras, sentí una pulsada en mi pecho, algo de dolor y melancolía, mi felicidad se veía frustrada.
Te di mi número de teléfono, me marcaste y guarde el tuyo, yo no te llamaría, no tendría como, tú eras el príncipe azul en un corcel blanco, impetuoso, yo era la cenicienta en mi realidad, en harapos, no te llamaría porque en la realidad no hay hadas madrinas. Yo no te llamaría jamás y a ti se te olvidaría en ese mundo que te consumía con princesas de verdad.Volvió la tranquilidad para mí y descanse de nuevo.
[FONT=Calibri]Pensaría en ti, si, como en los cuentos de hadas, me gusta soñar, pero sería divertido pensarte, hasta que tal vez mi absurda vida también me consumiera. Nunca se me pasaría por la cabeza que mi teléfono sonara y tu nombre saliera en la pantalla, tenía plena seguridad de ello, no te volvería a ver. Que descaso tan grande, volvió la felicidad a mí. Te recordaría como un príncipe azul muy bello que me monto en su corcel blanco por un instante haciéndome sentir como la princesa más afortunada del mundo, me reiría de ello. Comenzó en mí ser a surgir un tipo de felicidad que no conocía pero que había esperado por mucho.[/FONT]
[COLOR=#000000][FONT=Calibri]Comenzaba a realizarme en el país imaginario de la felicidad y los príncipes existían y se les podíaconocer por algunos momentos, cortos, manejas muy rápido en tu carro, pero existías, ya había tenido el placer de conocerte y de ser una princesa.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font]
[SIZE=3][COLOR=#000000][FONT=Calibri]Me baje de tu carro, ya sabía tu nombre, Alejandro, no me dirías nunca tu apellido, pero ya tenía tu nombre en mi teléfono como “Alejandro Santa Elena” por mi falta de memoria y para referenciarte con el sitio donde vivas y donde te conocí. Solo le faltaba a mi felicidad absoluta en ese instante que arrancaras tu carro y te fueras para siempre, Alejandro.[/FONT][/COLOR][FONT=Calibri][/font][/SIZE][FONT=Calibri][/font]

 

hermosas lineas.

Un abrazo.