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Algo como una prosa larga y vacía

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por abcd, 17 de Octubre de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 479

  1. abcd

    abcd Poeta adicto al portal

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    Cuando te dicen, tu no sirves como persona, como escritor, tu conciencia social es nula, estás limitado a lo absurdo y onírico, tu no sufres lo cotidiano, tu no luchas con las palabras, no te quejas del mal tiempo, de la falta de dinero, de las enfermedades, de los violadores de la fe, de los abusadores del poder, tu no hablas con los que no se saben expresar, tu no sirves te dicen sin decirtelo. Yo podría responder, a mi que me importa lo que tu quieres leer, pero no, yo nunca digo nada, yo solo tengo una prisión que atormenta todas mis ansias. Pero sé que no me van a entender, porque ustedes necesitan del conflicto exterior, necesitan quejarse, protestar, encontrar las herramientas para herir cualquier susceptibilidad, y yo no, yo quiero embellecer hasta los dolores más profundos del alma, yo quiero que la risa se contagie con un abrazo, que nadie tenga miedo de expresar lo que siente, que el único ridículo siempre va a ser mentir. A veces, quisiera beber veneno, mientras me desabrocho el pantalón y tiro la camisa al piso porque se que mañana al despertar tendré el mismo dolor, a veces quisiera estar guardado solo en mis tontas letras y ser objeto de instante sin destino, y que nadie se vuelva contra mi cuando le manche la sangre de mi tristeza.


    Comer un sándwich hace bien, quiero meter el mundo que odio en dos panes y morder, morder hasta odiarme por no dejar ningún resto para compartir con alguno de los alguien imaginario que suelo crearme. La televisión y el fútbol sustancian mi esencia en el infinito más corto y remoto, los jugadores caen, se mueven, se golpean, gritan y agitan y son extremos opuestos a mi condición de gordo que escribe su neurosis con un vino sin abrir, con una espera sin tener a quien esperar. No hay goles, no hay esperanzas de quebrar el unísono de la melancolía autoimpuesta de esta noche. La persiana baja, debe hacer una noche hermosa detrás y no quiero, no puedo siquiera imaginar que hay una vida que no vivo por no dejar que las brisas muevan mis casas, mis hojas marchitas, mis flores sin escenarios que adornar. Es como fugarse en un sonido llenito de silencio, es sentir nostalgia de la música que se ha quedado pegada en las paredes, es apretarse el cuerpo contra libros, sillas, mesas, porque todo molesta, porque todo pesa, porque todo es innecesario.


    Un buen sueño sería olvidar. Quizá no sé soñar, quizá no sé olvidar. Son tantas las emociones que llevo grabadas en la piel, quizá por eso no adelgazo, quizá me cuido del frío porque anhelo sentir calor. Me gustaría la metamorfosis al respirar, ser piedra y mosca a la vez, ser un recuerdo y un estorbo en las uñas de toda mujer que me rasguño con cariño, yo que se, estoy ligando fantasías con puñales, estoy amarrando dos planetas con una soga de huecos, de huequitos, de banales sentimientos. Un buen sueño es caminar dormido, tocar todo como si fuese la primera vez que lo tocase, quemarme con el fuego de unos ojos apagados, embelesarme con unos labios recién pintados, dejar que los mosquitos sean un tornado en el perfume de mi piel, yo que sé, el aburrimiento mental está matando todo el principado que creí ser alguna vez.


    Quiero hablar por teléfono, quisiera tener con quien hablar, contar esas historias que me inventó y que luego dejo que mi cerebro borré, porque ilusionar sienes con poca luz es una de mis habilidades. Quiero hablar con mi madre, con mi hermana, quiero volver a llorar como cuando era niño. Ahora todo pesa, detesto que todo pese tanto. Quiero tener terror de las sombras, de las canciones que aturden, de los árboles que parece que fueran a caerse, quiero temer a ese Dios que no existe cada vez que cometo algún pecado inmoral. No sirve estar quieto, no sirven los duraznos en almíbar ni ganar siempre a las cartas, no sirven las canciones, ni ser amo ni esclavo, ser libre no sirve.


    Que pobre soy sin ese ego que tantas veces me acompaña, soy tan miserable cuando el celular se olvida de mi existencia, cuando leo a un escritor coreano y no entiendo sus ideas simples y naturales, soy tan pobre cuando se me acaba la comida y sigo con hambre y tengo un fernet sin coca y sigo sin ganas de abrir el vino, soy tan pobre cuando no tengo fuerzas para estar débil y me ató los ojos a la pantalla y espero que se me ocurra una idea brillante y sin brillo para escribir ese poema tonto que no sabré mentir. Porque todo en mi es mentira, como cada vez que digo adiós y reaparezco sin un abracadabra, sin ninguna espina enterrada en los bolsillos ni en las muelas, ni en ese algún día que jamás ocurrió.


    Tendría que explicar el vacío con manzanas, en la heladera tengo dos, pero están podridas y no las voy a tirar, porque no tengo ganas porque así de simple fue explicar el vacío. El partido terminó, sabía que no iban a haber goles. Quilmes cero, Atlético Rafaela cero. Fede cero, muerte cero, vida cero.
     
    #1

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