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Algo me atraviesa.

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Esqueleto Piel, 12 de Septiembre de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 735

  1. Esqueleto Piel

    Esqueleto Piel Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    1 de Abril de 2015
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    Hombre
    Me descubro nuevamente resguardado tras los concretos, observando como el arte esparce su vuelo sobre cada fragmento de este habitáculo. Zambullido en la etérea profundidad de otra vigilia, dichoso por los transcursos que las noches me comparten.
    En este hoy que mañana será ayer, dialogo conmigo mismo; sucede esto como en muchos de los ayeres que puedo recordar.
    Esta dialéctica sin otro no se equipara con las que mantengo junto a otras personas, ni cerca estoy de pensarlo con satisfacción, tampoco puedo reposar ni un ínfimo de agrado sobre dicha idea, pero ¿a causa de que esto es así para mí?... Los sucesos que cuento tienen lugar de acción en mi pensamiento, por eso narro a lujo y detalle los acontecimientos que, debido al fallido intento de esta especie en depositar fe sobre la utopía política, se hacen manifestar en mi supuesta psiquis.
    Sobre lo que sucede dentro de esas subjetividades que se merodean allí, en las afueras de la ciudad, puedo contarles algo específico con escasa verosimilitud; porque el aparato psicólogico “occidental” me lo estaría impidiendo o tal vez imponiendo, según como lo considere.
    Mientras dentro de cada cielo se sucede con natural fluidez el período nocturno, en las ciudades mengua considerablemente el caos que la proletaria muchedumbre causa durante su diurna jornada. La urbe calla, tanto que, parece muda en algunos momentos.
    Los cardúmenes de autómatas no nadan entre las lágrimas que ellos mismos le regalan a los acuarios del País, el multitudinario enjambre vuelve al privado panal que le pertenece, también escucho al venir desde el asfalto de esos furiosos rugidos que sueltan los motores al pasar; y entre tanto más…, algunos incapaces duermen sobre el aglomerado, duermen bajo el cielo que es su único techo.

    Aquí dentro además del arte y su vuelo, me acompañan las estáticas i negras siluetas de los muebles sobre las paredes, el cemento que se extiende sobre el suelo maquillado con baldosas, un cúmulo de libros que crece lentamente, también hay algunos tumultos de papeles desordenados entre sí y desparramados por todo el lugar. Un teléfono descomunicado de si mismo, una guitarra que plasma sobre la melodía el pasar de mi vida, una cama dónde reposa un colchón, un colchón donde intermíteteme reposa un alguien que respira y exhala arte a cada segundo sin siquiera darse cuenta de esto.
    Teñiría de aburrimiento nuestros ojos si sigo describiendo las formas que la palpable materia manifiesta en esta visible realidad, por eso quiero contarles ahora acerca de lo que no logramos observar porque no nos enseñan a ver más allá de nuestro campo visual, en ese más allá pasan cosas que no emiten sonido alguno, que no emanan sombra alguna, cosas que no sienten nada porque no tienen nada que sentir.
    El inasible aire que merodea por aquí sin dejarse ver es un detalle de todo lo que sucede en el invisible microcosmos de esta habitación, por ejemplo; hay un agrietado esqueleto bajo la vestidura de mi carne esperando a ser desmoronado por el inequívoco guadañazo de la muerte,
    ese complemento de huesos está envuelto completamente por músculos, músculos cansados ya de retener el considerable peso que mi cráneo les echa encima. ¿Porqué pesa tanto esta calavera que se apoya sobre el atlas de mi cervical?, resultará difícil comprimir la demasía de motivos en una sola respuesta, pero igual intentaré hacerlo. Mientras tanto mediré mi capacidad para expresar al todo inmaterial.
    En el reducido espacio de mi cavidad craneal, se cobija un órgano cuyas funciones tienen “cierto” grado de peculiaridad. Sospecho que los sesos nacen con una intrínseca capacidad biológica repleta de un instinto que le es universal y desconocido, el cual bombardeamos al instante con objetivos fonemas que perpetuamente lo contaminan, una contaminación que naturalmente se sucede.

    La ciencia busca expandir su inteligencia mediante cálculos, racionalidad teórica, y otras tantas formas de objetividad tan sólo para propagar materia en ese insondable espacio que el cerebro esconde en su interior a pesar del pequeño tamaño que le vemos. Alberga una demasía inimaginable de cosas, como las incontables imágenes que los ojos le proyectan desde el despegar de los párpados, los olores que el olfato le regala, el incesante sonido que suena desde siempre entre melodías, voces, viento, disparos, llantos, carcajadas, silencios, lluvias, océanos...,
    tantas son las cosas que penetran la corteza cerebral para alcanzar la mente y naufragarse sedentariamente allí en las islas del recuerdo.
    Esa azarosa posición que al momento de nacer nos depara a todos en algún lugar del Cosmos, es distinta para cada uno de nosotros, lógicamente no podemos nacer todos los humanos en un mismo punto de la esfera, aunque consideremos que el hecho en realidad sucede a lo largo de todo el planeta al mismo tiempo y que por esta causa es imposible lo ya planteado al principio de este párrafo, pondré esta propia síntesis como la supremacía de todas las causas que nos han echado a la deriva de una superdotada racionalidad por la cual yo, explico la explícita diferencia del proceso mental que cada androide manifiesta.
    En cada periodo diario que transcurro le agrego al menos un ladrillo al muro de mi locura, se fortalecen los eslabones de la cadena racional. En esa habitual cotidianeidad de mi vida como individuo actúo en el escenario del vaivén emocional, allí soy partidario de lo antitético. Con frecuencia me mareo por circundar entre los cuerpos, o se alborota mi armonía cuando hablo con quienes tienen su voz distorsionada por el eco del entorno.
    Pero, ¿qué tanto importa lo que escribo aquí? si sea lo que sea que pase, o se cuente o lo que sea nos queda por escribir y sentir, nuestra desdeñada madre Naturaleza, la misma que aún sostiene su vuelo entre el cósmico unísono, nos esperará entre la eternidad esperanzada en vernos llegar a ella, nuevamente.
     
    #1
    Última modificación: 21 de Noviembre de 2015

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