Algo que es más que yo

Algo que es más que yo, que a veces puedo controlar pero otras veces no. Que es mi Nemesis omnisciente, capaz de usarme para sus propósitos imprudentes. Alguien que no pude ver ninguna de las veces que pude. Me cerró los ojos y me negó "la verdad". Me cerró el recuerdo pero no el alma. Sé que hay alma; la que me busca tras un manto imperceptible. La que me dicta los discursos que sería incapaz de erigir. Alguien es mi alma; la que no contemplo. Que tiene como esconderse de mi pobre juicio, pero me seduce con su modo perfecto. Lo que llevan mis palabras envueltas en misterio. Miran lo fácil, aquello que esta a la vista. Busquen lo que hay detrás, y gánense la victoria. No sean imprudentes como mis hermanos. Mis hermanos perdidos en el tiempo. Los suyos, los míos. Los que de mi se han acordado y de ustedes tal vez no. Miran lo fácil, pero no se detienen a ver lo que está a la vista. No es lo mismo, hermanos, mismos. La ambiguedad asegura el futuro. La inseguridad, asegura el disturbio de todo. Esto es más de lo que entrego en palabras. Despídanse de la tranquilidad del presente y enfrenten el reto del nuevo día. Así empieza y vuelve a acabar. El día y la noche; las tinieblas y la claridad. Miran lo fácil, pero no se detienen a ver lo que está a la vista. Esto es más que yo, pero yo me he negado a rendirme. Vale la sangre, del que sangre emerge su santidad. Vale la pena, del que habla tras la orden del que da la pena. Ustedes dirán, si le hacen caso a estas palabras o no. Yo lucho y me resistó como un ente decapitado por la sentencia del tiempo. Pero no lo duden hermanos, esto es más de lo que entrego en palabras. Ahora les toca a ustedes, pues yo me he quedado sin fuerzas. Busquen el alma, la verdad proscrita por el tiempo. La promesa que no se cumple y sin embargo; sigue siendo una esperanza. La justicia que trasgrede los bandos de esta guerra inmunda. Que sucede en un mundo; en un universo infinito a la vista. No lo nieguen cuándo llegue, no niegen al alma que les busca. Este no será fácil de aceptar, pero si lo hiciesen y no lo acabasen, este claro no estará perdido. Dios los bendiga mis amados hermanos. Esto no es nada sino fruto de mi perdida imaginación... Ustedes dirán