Aliento en prosa espacial

Yo he viajado al final del universo y he visto todo desde su borde volcarse. He visto a la luz deslizarse hacia mis ojos sin poder alcanzarlos del todo. He visto expandirse a esta última línea, comenzando a crecerse en nuevo espacio a donde sólo hay oscuridad y frío. Yo habité este frío y rocé mis manos contra las lijas de la no-creación. Escuché surgir las horas, agrietadas, golpeando como perros invisibles contra un polvo cósmico.
Fui visión primigenia y aferrada de este modo al parto de las estrellas. Crecí con ellas y formé nuevos átomos y nuevos elementos. Sólo me alejaba desde mi frente a mi pecho, y mis piernas que corrían serpenteantes y abrumadas. Y mis dedos enganchados y mi yo que se alargaba; soñé como escalaban cadáveres mis formas sin colores, en una danza gélida, sin fin.
He visto todo esto, y me he quedado yéndome de vuelta, sin volver enteramente. Aquí sigo, acostado en una cama de plasma y de neutrinos, acariciándome los bordes con mis ojos, dibujando febril sobre esta negra cuerda.