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Alta costura

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ivoralgor, 1 de Febrero de 2023. Respuestas: 0 | Visitas: 452

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

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    No, no y no, le dije a esa perra maricona de la Yuri. Para que te andas metiendo en pedos que no son tuyos. Además, ni dinero tienes para esas mamadas de Miss Diversidad. Ya metidas en eso, pos a darle con todo a la costura del vestido de noche. Está monísimo, gritó exaltada. Una que es creativa, dije cuando entró a la casa, que estaba hecha un desmadre.

    De la nada, la maricona empezó a llorar como magdalena. ¿Y ahora qué?, pregunté antes de quemarme los dedos con el silicón caliente. Estúpida, ya me quemé. Es que estoy muy estresada, mana, sollozó. Mira, si vienes con tus chingaderas del trabajo y que ese puto te mal cogió, ese no es mi problema. Ya tenemos el chile adentro por tus decisiones impulsivas y facilona, grité encabronada. Llevaba varias noches en vela por el vestido, las compras de tela y todos los accesorios. Te acuerdas de Bruno, ese chacalón de la Bondojo, preguntó limpiándose los mocos la muy asquerosa. Sí, ese que me dijiste que está paquetudo, respondí colocando una piedra dorada al vestido. Resulta que ese maricón empezó a decir que le pagaba trecientos pesos por palo y qué él cobraba, mínimo, quinientos y que por eso me mandó al carajo, por pobretona, lloriqueó de nuevo. Ya nadie quiere salir conmigo por eso. Mira, le dije, déjate de mamadas y concéntrate en el concurso. Dicen por ahí que la Remedios le está metiendo mucha lana a su vestido y que doña Carla le está costurando. Doña Carla costura re-bonito la hija de puta.

    Pero, mana, tú me habías dicho que sabías costurar y no sé qué tanta cosa, dijo arremetiendo contra los mocos. Me incorporé y manoteando le dije: Pues sí, perra, desde que era una niña de diez años empecé a costurar los vestiditos de mis barbis. Tremendos madrazos me daban mi papá cuando me veía haciéndolos. Me valía madre y seguía. Mi mamá tenía la esperanza de que fuera temporal la jotería, reí como loca. Soñaba con ser diseñadora de alta costura. Lo dejé por un tiempo, cuando me descubrió mi primo mamándosela a un vecinito. Fue de chismoso con mi papá y me pusieron una putisa marca Acme. Me llevó con un doctor para curarme; si esa madre no es una enfermedad, coño, se pasó de lanza. Tenía unos quince años en ese entonces. Me calmé un poco. Cuando iba a finalizar la prepa, se me volvió a calentar la panocha y ahí sí lo agarré con alma, vida y corazón. Tomé un cursito de corte y confección que daban gratis en los bajos del palacio municipal. Me costó, pero al fin pude salir de mi casa. Estuve en varios trabajos y ahí la llevaba. Había mucha envidia entre nosotras las mariconas, nos comíamos unas a otras, qué horror. Joven e impulsiva, solté la carcajada.

    Hoy, nena, puedes salir hasta maquillada y toda la cosa. Antes estaba peor. Hasta los polis te madreaban, dije con voz triste. Pero eso ya pasó y no quiero acordarme de esos tragos amargos. Mi primer vestido fue para una niña que hizo su presentación de siete años, dije orgullosa. Por ahí debo tener la foto con la niña. Y así poco a poco empecé a tener a mis clientitas, pero cosas sencillas. Y por qué no pones tu taller, soltó de sopetón. Es mucho dinero y no tengo ni dónde caerme muerta, estúpida, dije carcajeándome al mismo tiempo que ella. Necias las dos.

    La noche del concurso estaba nerviosísima. Me puse mis mejores garras y me maquillé algo escandaloso. Me valió madre, para eso sirven los tutoriales del YouTube. La Yuri estaba hecha un manojo de nervios. Cálmate, mana, si no lo haces te puedes caer con esos tacones del diez. Se veía muy linda la condenada. El vestido brillaba. Grité como loca cuando la presentaron y salió a la pasarela. Parecía una foca de circo aplaudiendo. El vestido de la Remedios estaba lindísimo. Duela a quién le duela, si estaba hermosísimo. Todos decían que la ganadora estaba entre la Yuri y la Remedios. No contábamos con la Salma, esa pinche operada de mierda. Salió mostrando tremendo escote. A leguas se veía que ese vestido lo había comprado en una de esas tiendas lujosas. El mejor vestido ganaría, lo presentía.

    Después de mucho esperar, la Salma ganó. Estúpida, creída de mierda. Me dieron ganas de destrozarle el vestido, pero no me rebajaría. Me dio hambre y fui por unos perros calientes al OXXO, que estaba a unos trescientos metros del antro. Se hacía tarde y la Yuri no salía. Entré de nuevo y empecé a preguntar por ella y me dijeron que estaba detrás del telón. Estaba tirada, inconsciente y con el vestido ensangrentado. Madre santa, grité horrorizada. A nadie le importaba que estuviera ahí tirada, bola de culeros, qué poca madre. Llamé a la policía, me valió verga si cerraban el antro. Por lo que entendí, el chacalón se le acercó y discutieron. La Yuri lo abofeteó y él respondió apuñalándola en varias ocasiones. Se cayó al piso y aprovechó para meterle un patadón en la cara y se privó. Se armó la escandalera cuando entró la policía. Llegaron los paramédicos y vi con tristeza cómo cortaban el vestido, mi preciado vestido. La perra de Yuri tiene más vidas que un gato, se salvó gracias a la pedrería del vestido; eso impidió que el puñal entrara completo y pudiera lesionar un órgano vital. Tengo guardada, en mi celular, una foto con ella luciendo el vestido. Único recuerdo que me queda de él.

     
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