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Amanecer

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por xantos123, 13 de Marzo de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 719

  1. xantos123

    xantos123 Poeta recién llegado

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    El pasillo estaba vacío, las luces de neón parpadeaban a intervalos regulares lo que indicaba que la energía empleada en aquel sector era la estrictamente necesaria nada más. Jack acurrucado contra una esquina observaba los intervalos de luz esperando, sabía que había cometido un error, nunca debería haber abandonado el sector azul. Allí estaba a salvo, debería haber esperado allí, la cita debería haber sido allí. - ¡Maldita sea!.-

    El espacio es un territorio virgen, inmenso, ilimitado, lleno de planetas y riquezas al alcance de unos pocos, de aquellos que tienen el valor de oír su llamada. Jack Shradan fue uno de ellos, ciudadano de la Tierra, planeta de la Confederación Solar, desde niño había sentido una fascinación hacía las estrellas que le había llevado a alistarse muy joven en los Cuerpos Espaciales. Él deseaba pensar que en nada le había afectado la larga tradición militar de su familia, ni que su hermano mayor hubiera muerto en la contienda con los Rindan, raza alienígena de la Constelación Andrómeda. Fue asignado al Crucero Arris, allí paso la mayor parte de su carrera militar ascendiendo en la escala de mandos hasta su graduación actual.

    Jack apenas comprendía como un capitán de la flota había llegado a su situación. Un ruido de pasos le avisó que algo se aproximaba, tensó sus músculos y acarició el gatillo de la pistola de rayos que portaba en su mano derecha. Vio una forma humanoide que se aproximaba, no era humana, los intervalos de luz le permitieron ver una cabeza reptiliana con ojos rasgados, un hocico alargado y un par de cuernos que salían de su cabeza. Era un Barnass, una especie alienígena de la Constelación Andrómeda, raza guerrera y nómada que se desplazaba por las estrellas. La Confederación Solar había firmado recientemente un tratado de amistad con aquella raza. El ser se aproximó a Jack sin demostrar ningún temor y Jack escondió la pistola entre los pliegues de su traje, sabía que aquel encuentro era importante, se obligó a relajarse y a sonreír.

    -[FONT=&quot] Que la luz ilumine tu camino, humano.
    -[FONT=&quot] Que las estrellas te muestren el camino, barnass.
    -[FONT=&quot] Dime que deseas de mí.
    -[FONT=&quot] Sólo hablar - Jack necesitaba tiempo para evaluar la situación, observó a su alrededor con disimulo y preguntó. - ¿Estás sólo?.
    -[FONT=&quot] Sí, el mensaje decía que deseabais hablar conmigo a solas en este sector, aunque aún no entiendo la razón. Hay otros lugares más adecuados para conversar, incluso si deseabais una conversación privada.
    -[FONT=&quot] La razón es sencilla quiero mostraros algo, es algo valioso que preciso vender, sé que sois un comerciante consumado y que pagareis un buen precio por ello.

    Jack metió la mano en su traje y sacó la pistola, el ser abrió desmesuradamente los ojos por la sorpresa. Antes que pudiera reaccionar un rayo de luz atravesó su reptiliana cabeza y cayó fulminado al suelo del pasillo, una sangre amarillenta empezó a deslizarse por el suelo. Jack se agachó, revolvió entre los ropajes del ser y le quitó algunos objetos: una cadena de adamantium, varios anillos, una bolsa de microcréditos estelares, varios documentos en idioma alienígena y una cajita negra muy ornamentada y sellada. Después se incorporó, miró a su alrededor y empezó a arrastrar el cuerpo hasta el otro extremo del pasillo. Había tenido un motivo para escoger ese lugar, allí se hallaba la incineradora de residuos de la nave, con rapidez abrió la compuerta del conducto de residuos y con un empujón tiró el cuerpo del ser que cayó por el conducto hasta perderse de vista. Luego, se volvió y se alejó de aquel sector con total tranquilidad.

    Se dirigió a su cabina, con lo que tuvo que atravesar toda la nave, por el camino se tropezó con algunos de sus hombres, éstos lo saludaron y luego, siguieron con sus tareas. Al llegar al sector verde tuvo que pararse a conversar con su segundo, Ben Stars, que le comentó que la Conferencia de Paz estaba programada para las 23 horas, pero que habría una comida previa para los diferentes embajadores que albergaba la nave a las 20 horas. Luego, siguió su camino, al llegar a su habitáculo, una habitación pequeña y sobria, casi espartana, que incluía sólo lo básico, se sentó sobre la cama y desparramó los objetos que había obtenido. Desechó todo salvo los documentos que había encontrado y la cajita negra. Descifrar los documentos sería tarea imposible, él no hablaba ningún idioma alienígena. Intentó abrir la caja pero tampoco tuvo suerte, maldiciéndose para sí la dejó sobre la cama. Después de todo había tenido suerte, nada había salido mal, el plan había sido un éxito aunque había tenido sus dudas. Los Barnass no eran precisamente confiados y la situación podría haberse complicado si el embajador hubiera ido acompañado por alguno de sus guardaespaldas. Jack recogió todos los objetos, los metió en una bolsa que puso bajo su cama y luego, decidió echar una cabezada. La situación se iba a complicar de un momento a otro y debía estar preparado para lo peor.

    Una llamada le despertó, con lentitud se incorporó y presionó el comunicador.

    -[FONT=&quot] Capitán, aquí el teniente Castillo, hay problemas con los Barnass dicen que no encuentran a su embajador.
    -[FONT=&quot] Entiendo, ¿han registrado la nave?
    -[FONT=&quot] Si, señor y aún sin resultados.
    -[FONT=&quot] Vuelvan a hacerlo, deben encontrarlo. ¿Dónde fue la última vez que le vieron?
    -[FONT=&quot] En el sector amarillo cerca de la sala de maquinas, los Barnass dicen que tenía una reunión privada con alguien pero nadie sabe con quién. Están muy nerviosos, exigen que el embajador Ka`Sot sea hallado cuanto antes. Nos culparan de cualquier problema, ya que al ser una nave de la Confederación somos los responsables de su seguridad.
    -[FONT=&quot] Tranquilícelos, ya voy para ahí. Asegúrese que el resto de embajadores están localizables.
    -[FONT=&quot] Si, señor. Por cierto, hemos recibido un mensaje codificado de la Flota para usted.
    -[FONT=&quot] Envíemelo en seguida.
    -[FONT=&quot] A la orden.

    [FONT=&quot]Jack esperó delante de la pantalla durante lo que le pareció una eternidad, luego ésta se iluminó exigiéndole una clave, la introdujo y el mensaje se desplegó ante él. Con cada línea que leía su rostro se ensombrecía más y más, luego apretó un botón y la pantalla se apagó. Permaneció allí parado en silencio intentando asimilar la información que había recibido, mientras el dolor se extendía y la más absoluta derrota se apoderaba de él. Intentó ser fuerte pero no pudo evitar que unas lágrimas se aferrarán a sus ojos, con rabia las borró de su cara, se levantó y con rapidez se puso el uniforme, luego salió de su cuarto y caminó por los pasillos de la nave cruzándose con sus hombres pero sin apenas reparar en ellos. Soy el capitán de esta nave, soy responsable de más de 500 hombres y mujeres, no puedo flaquear, no debo, mucho depende de mí ahora. Esta nave tiene un nombre, “Amanecer”, bautizada así por diversas razones, entre ellas marcar el comienzo de una nueva Era, una Era que él ayudaría a alcanzar. Los pasos habían sido dados, ya no había vuelta atrás, la Era de la Humanidad había empezado y como todo gran cambio esta Era se iniciaría con una gran guerra. Mientras pensaba en ello miró su reloj pulsera y presionó un botón oculto. Al mismo tiempo, en una sección escondida del sector amarillo de la nave se inició una cuenta atrás.
     
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