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Amanecido encuentro

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por entoquepaso, 17 de Febrero de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 283

  1. entoquepaso

    entoquepaso Poeta recién llegado

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    AMANECIDO ENCUENTRO

    En una calle de Buenos Aires, en horas del amanecer, sucedió un curioso y accidental encuentro.
    Dos hombres iban en la misma dirección, pero el que venìa detrás, atropellò a su desconocido compañero de caminata.
    El atropellado, era un lisiado al que le faltaba una pierna y se valía de una muleta para poder movilizarse. Al caer al piso por causa del involuntario empujón recibido, se dió vuelta y mostrando en su rostro un lógico gesto de molestia, observó a quien se lo había llevado por delante.
    Antes de proferir el primer insulto, vió que se trataba de un ciego. En un instante transformo su enojo, en una actitud amable y comprensiva.
    El ciego, concentrando toda la atención en sus otros sentidos, largamente afinados por su condición, se dió cuenta de la caída sufrida por su circunstancial compañero.
    Ciego:.- Perdóneme Ud Señor. Fue un acto involuntario.

    Lisiado:.- No se preocupe, esto me pasa con mas frecuencia de la que Ud. Cree.
    Además...... no pudo verme.

    Ciego:.- ¿Aceptaría que lo invite con un café, mientras se repone del golpe?.

    Lisiado:.- Lo haré gustoso si conciente que sea yo, quien pague.

    Ciego:.- De acuerdo. Mire...aquí en la esquina hay un café que está abierto toda la noche.
    Es un lugar de reunión de gente un tanto extraña. Porque coincidirá conmigo, que estar tomando café a las cinco de la mañana, no es lo normal para una persona que tiene su vida medianamente ordenada.

    Lisiado :.- Es cierto. Si uno fuera invisible y tuviese la ocasión de arrimarse a cada mesa, escucharía historias, dramáticas, alocadas o quijotescas.

    Se sentaron alrededor de la primer mesa que encontraron vacia. Ordenaron los café y el Lisiado comenzó el dialogo.

    Lisiado:.- Como no nos une un lazo de amistad, que me obligaría a ser mas prudente, le daré paso a mi curiosidad preguntándole si es ciego de nacimiento.

    Ciego:.- Me permitiré hacerle una aclaración, pues veo que es Ud. extremadamente sincero y entenderá que también yo lo sea. No sienta lástima de mi, por mi condición de ciego. Pues para ser ciego, antes debo ser persona y ese es el rasgo distintivo que debe Ud. tener presente, para evaluarme. Pero paso a satisfacer su inquietud. Soy de profesión o era, crítico de televisión y cine, además de ser un lector descontrolado. En ocasión de estar viendo un programa en el que se analizaba , con un vuelo intelectual propio de un Topo, la problemática del hombre moderno, no sé si porque el televisor no soportó tantas estupideces o por un desperfecto técnico, que comenzó a hacer rayas. Esto me obligó a levantarme y comencé a darle unas palmaditas, que fueron creciendo en intensidad a medida que no se reponía la imagen y de repente explotó el aparato y su cristal, creo que en venganza de mi crítica mirada sobre el programa que ya le mencioné, se partió en mil pedazos y parte de ellos se incrustaron en mis ojos, dejándome ciego.

    Lisiado:.- Me ha dejado Ud. perplejo con su relato......lo lamento sinceramente.

    Ciego:.- Vea, al principio, me desesperé, llore, me angustié y maldecí lo ocurrido, lo cual es una reacción natural e inevitable, cuando uno pierde un sentido. Pero como siempre, después de la tormenta, vuelve la calma.

    Lisiado:.- Me sorprende gratamente su resignación ante semejante trance. Porque la visión , es uno de los sentidos más potentes para poder conocer el mundo físico.

    Ciego:.- En un sentido, tiene Ud. razón, pero no en otro.

    Lisiado:.- No entiendo, por favor sea un poco mas explícito.

    Ciego:.- Amigo mio, la vista nos ha sido dada para mirar, no para ver. O sea, que la finalidad de la vista es mirar, para que viendo las cosas, nazca en nosotros la inquietud por conocer lo que detrás de ellas se esconde. Porque lo que nos posibilita la vista, es experimentar solamente una sucesión de fotografías en movimiento sin sentido. El sentido, se lo dá la racional búsqueda, que eleva la vista, a la categoría de mirada, para poder así, comprender lo visto.

    Lisiado:.- Veo que Ud., es un hombre místico.

    Ciego:.- No se equivoque, porque hasta aquí, mi exposición de los hechos, no trasciende lo intelectual. Pero no le voy a negar, que soy un místico, pero no por las razones que Ud. invoca, sino porque aprendí a buscar la razón de ser de las cosas.

    Lisiado:.- ¿siempre fue así?

    Ciego:.- Noooo. Comencé a mirar, una vez que perdí la vista. Para eso, tuve que hechar mano de la memoria de lo visto en tantos años y comprendí, que antes del accidente, ya era ciego.

    Lisiado:.- ¿Y que cosas positivas rescató después de su infortunio?

    Ciego:.- Sería largo de contar. Pero le haré mención de algunas, como ejemplo. Aprendí a mirarme hacia adentro y al principio me sentí huérfano, porque me di cuenta que no me conocía. Primero, por la cobardía propia del hombre, puse de relieve todo aquello que me sonaba a talentos y virtudes, produciéndome un placer, que no trascendía lo superficial y egocéntrico. Pero como igual me sentía medio-huérfano, indague con esfuerzo sobre mis debilidades y defectos. Puedo asegurarle que el reconocerlos, fue lo más parecido a una operación, sin anestesia. Otra cosa positiva, es que obtuve dos jubilaciones.

    Lisiado:.- ¿Cómo dos jubilaciones?

    Ciego:.- Claro. Una por invalidez, que no me alcanza ni para pagar las expensas, pero otra mas suculenta, que me habilito para no seguir viendo tanta miseria humana desparramada. Y lo último que le voy a exponer, es que descubrí a Dios, a cambio de perder un sentido, que yo había utilizado sin sentido.. Pero, no lo quiero aburrir con mi historia....ahora cuénteme Ud. la suya.

    Lisiado:.- La mía, tiene otro matiz que la suya. No sólo por la forma en que perdí una pierna, sino por las consecuencias físicas y psicológicas que sufro. Yo soy un hombre de negocios, acostumbrado a correr detrás de las oportunidades y hacer la diferencia, con el mínimo esfuerzo y en el menor tiempo posible. No sabe Ud. lo que se siente al ver concretado un negocio, fruto de la sagacidad y astucia propia. Ese placer, va más allá del dinero que este en juego.

    Ciego:.- ¿No cree Ud. que detrás de ese falso placer, se esconde una inflamación del ego, que alimenta la engañosa creencia de ser un hombre “exitoso”?. Para darle verdadera estatura a su logro, debería agregarle el ¿Porqué? y el ¿Para que?.

    Lisiado:.- Le pido que no interrumpa mi relato, por favor.

    Ciego:.- Perdón....prosiga.

    Lisiado:.- Después de mi accidente....todo ha cambiado. He cambiado mis noches de diversión, por caminatas nocturnas llenas de angustia. Vi mi buen humor, transformado en un apagado grito de injusticia. Ya casi no participo de reuniones importantes donde se tratan excelentes negocios. Veo mi fortuna personal en riesgo. Y mi futuro ennegrecido por la soledad.¿Le parece poco?.

    Ciego:.- ¿Puedo darle mi opinión, sin ofenderlo?. Pues no quiero acrecentar su desolación, sino aconsejarlo para que la reemplace por un enfoque más edificante.

    Lisiado:.- Lo habilito para hacerlo.

    Ciego:.- Mire que puedo llegar a decir cosas que sus oídos estén necesitando escuchar, a contrapelo del funcionamiento de su razón enferma.

    Lisiado:.- Seré sincero, diciéndole que haré un enorme esfuerzo, que me permita escucharlo, libre de prejuicios y dejando que sus palabras, penetren mi aparente dura caparazón. Me animo a decirle esto, porque al ser Ud ciego, me siento como si estuviera en un confesionario. Adelante...siga Ud.

    Ciego:.- Primero...percátese que el hecho de estar obligado a caminar mas despacio, ha desacelerado su forma de vida atolondrada, dándole tiempo para revalorar las cosas perdidas y concluir cuan pocas han sobrevivido a su desgracia. Y se convencerá de que su infortunio, le ha servido de doloroso tamiz, para quedarse con lo único que tenia valor duradero. Segundo, ha cambiado vértigo, por reflexión. Tercero, se ha alejado de la lujuria, pero ha ganado en privacidad. Ha sido expulsado de un mundo ficticio, a cambio de un mundo real.

    Lisiado:.- Querido amigo, a pesar de que mi falso amor propio, acorrala a mi alma para inclinarme a no escucharlo, lo poco que queda de mi sano juicio, me da valor para rogarle que siga.

    Ciego:.- Para encontrar la salida , debe encauzar la potencia encerrada en su angustia, que lo inhabilita para avanzar, por el surco seguro que le brinda la esperanza. La esperanza de saber que tiene mucho para dar, sumado a lo que tiene que recuperar. No piense en su pierna perdida, piense en la pierna que ha adquirido, pues el que estaba lisiado, era su corazón. Cuando sienta tristeza por el órgano amputado, que lo aliente saber que no lo ha perdido, sino que lo ha transplantado a su sanguíneo órgano latente. Verá Ud., que transitando este sendero, la tristeza irá dando paso a la fortaleza anímica y a la esperanza. Y la esperanza bien entendida, es como un brazo extendido que reclama ansiosamente ser asido por la Fe en Dios. Y con la Fe, se cierra el círculo de la contención, que nos permitirá transitar por el difícil y áspero camino de la vida, protegidos, como el embrión lo está en el vientre de su madre.

    Lisiado:.- Querido vidente, ha logrado Ud con sus sabias reflexiones, que la larga cequedad de mis ojos, iluminados por la luz de su ceguera, se vea saciada por la humedad que brota de mi alma que despierta.

    Se levantaron y se confundieron en un abrazo que más que abarcar sus cuerpos, hermanaban sus almas.
     
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