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Amor a la naturaleza

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Mr.Hellmet, 3 de Noviembre de 2017. Respuestas: 2 | Visitas: 838

  1. Mr.Hellmet

    Mr.Hellmet Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    19 de Mayo de 2016
    Mensajes:
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    Me gusta recibidos:
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    Género:
    Hombre
    Amar la naturaleza, cuan a menudo oigo estas palabras, con las que tan identificado me siento y a la vez cuan ajeno me parece estar a la significación que habitualmente se les suele dar.

    Siempre que alguien menciona estas palabras suele hacer referencia a aspectos positivos del mundo natural, o mejor dicho, a aquellos fenómenos de la naturaleza que nos hacen sentir cómodos o a gusto. De esta forma, amar la naturaleza se identifica, bien con sentirse agradado e identificado con una serie de eventos naturales, como el contemplar un hermoso paisaje primaveral o a unos animalillos desenvolviéndose en su medio ambiente, bien con el promover una serie de actos que resulten beneficiosos para el mundo natural, como controlar la deforestación, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o evitar la caza furtiva y la extinción de especies en peligro.

    Respecto a lo segundo poco tengo que decir, me parece una actitud lógica el querer conservar aquello que nos gusta y nos beneficia de tantas maneras diferentes. Sin embargo, en lo que se refiere a la primera forma de amar la naturaleza es donde me parece diferir de la opinión de la mayoría, no puedo evitar pensar que mucha gente no ama realmente la naturaleza, sino una idealización de esta.

    Que fácil nos resulta sentirnos conmovidos y agradados por ciertos fenómenos del mundo natural: el nacimiento de una cría de cualquier especie, la presencia de una hermosa planta de vivos colores, una colonia de hormigas cooperando entre ellas para gestionar su hormiguero, un animalillo herido al que rescatan y curan… imágenes encantadoras que hacen que uno no pueda evitar enternecerse y que por ello proclame un amor incondicional hacia la naturaleza, sus miembros y sus acontecimientos. Pero sabemos muy bien que eso no es propiamente “la naturaleza”, sino solo aquellos eventos que nos resultan agradables; paralelamente a esto tenemos multitud de fenómenos que conforman de manera igual de sustancial al concepto naturaleza y que muy a menudo son dejados de lado a la hora de hablar de amor a la naturaleza: el oportunismo de muchos depredadores a la hora de cazar, aprovechándose de los eslabones más débiles de la comunidad que atacan, como las crías o aquellos animales que se encuentran alejados de su manada, el instinto parasitador del cuco que le lleva a ocupar nidos ajenos y a acabar con el resto de huevos del nido al nacer, el ataque generalizado de colonias de insectos, como las hormigas saifu, que devoran lentamente a su presa haciendo que se retuerza de dolor mientras van cercenándole los tejidos de su cuerpo para llevarlos hacia su hormiguero… y así con multitud de fenómenos que forman parte inmanente de la naturaleza y a los que en general la gente, aun habiéndose declarado amante de la naturaleza, da la espalda e ignora por resultarles desagradables. Y sin embargo, estos eventos son tan naturales como aquellos que nos agradan, no parece ser posible encontrar una diferenciación entre ambas especies de fenómenos mas que la de que unos nos agradan y sentimos afinidad por ellos mientras que otros nos resultan desagradables y preferimos ni verlos ni mencionarlos. Por ello, me parece que el termino “amor a la naturaleza” que muchos utilizan es deshonesto, o al menos impreciso, pues lo que la mayoría de gente parece exhibir es un amor parcial a la naturaleza, un apego por cierta cantidad de sus eventos e integrantes que le resultan agradables pero donde también aparece presente un rechazo a ciertas partes del mundo natural, donde uno no puede evitar sentir pena, lastima o simplemente asco.

    Es frente a esta concepción de la naturaleza donde yo me desmarco, tomo otro camino y la contemplo desde una perspectiva diferente. Reconozco que durante mi niñez yo también sentía ese amor convencional por la naturaleza, donde me alegraba al ver una cria de gacela correteando por la estepa pero me entristecía al ver al león mordiéndole el cuello y devorándola, sin embargo, con el paso del tiempo y el mayor estudio y mayor exposición a los fenómenos naturales, creo haber desarrollado algo que me gusta llamar “amor trágico a la naturaleza”. ¿Qué es eso de un amor trágico? Es un rotundo decir que si a todo fenómeno natural que se presente, una aceptación de incluso aquellas cosas que en un principio me resultaban desagradables para poder superarlas en un acto de máxima afirmación, entenderlas como parte inmanente de un todo en el cual no se puede prescindir de ninguno de sus componentes, asimilar esos eventos desoladores y entender que parte del encanto natural reside en ellos, en definitiva, un decir si incluso a aquello que nos disgusta.

    De ahí el nombre de trágico, pues implica quererla aun a sabiendas de que gran parte de sus acontecimientos nos resultan desagradables y mas aun, implica aceptar estos acontecimientos y ya no renegar de ellos o ignorarlos, sino contemplarlos con el mismo semblante y la misma emoción con que contemplamos aquellos que nos gustan.

    Reconozco que esta concepción de la naturaleza no aporta gran cosa al individuo, aparte de que mas de uno le llame insensible, pero considero que no solo es la forma más honesta y plena de amor la naturaleza, pues lo otro me parece mas bien un tipo sensiblería, sino que además permite contemplar esta tal como es, sin dar la espalda a ninguna de sus partes y aceptando su verdadera esencia, y es que la naturaleza está formada por tanto amor, cariño, compasión y benevolencia como por odio, oportunismo, brutalidad y dureza, y aceptar una parte implica aceptar la otra.
     
    #1
  2. Naark Yongork

    Naark Yongork Invitado

    Lo que nos atañe a estas alturas es preguntarnos ya la Razon por la que esas Algunas cosas nos provocan asco y repulsion, mientras que otras son Causa de orgullo y admiracion. Al parecer Dios ha dejado inscritas sus reglas en nuestra esencia.

    Muy buen comienzo del desarrollo del tema, saludos.
     
    #2
  3. Mr.Hellmet

    Mr.Hellmet Poeta recién llegado

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    Muchas gracias por tu comentario, en efecto, aun se debe profundizar mas en el tema.
     
    #3

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