Amor de ferrocarril.

Yo siento mucho amor,
por la pizarra verde.
Pinto en ella, con las tizas del Señor.
Pero se me hace tarde.


Se acaba la lección. No me necesitan... Para nada.


No me prestan toda su atención.
Y me enfado...
Claro está que, bien mirado, objetivamente, lo mío es el sufrimiento.
Lo mío es horrible.


Lamentable. Y quiero disfrutar, pero ya, no puedo.


Entonces, me quedo con el Dolor.
Con el fracaso colectivo de esta civilización.
Con la amargura del trenecito eléctrico.
Francamente, soy una maqueta. Francamente...


Un juguete más, en el planeta.

 

Ingeniosas letras amigo Nommo, bueno tu arte. Saludos, feliz fin de semana.

 

Gracias, compañero.
El mundo será mío.
Bueno, podemos compartirlo.

 

Me ha gustado, profundidad y sentimiento, belleza en la idea y contenido. Un abrazo amigo Nommo. Paco.

 

Gracias, Paco.
La Gran Tribulación, es una bendición, por la superación del llanto jubiloso, producido en el oyente, por una canción. No más lágrimas de Felicidad. Todo, automático.


Amor frío, por doquier.


El hombre es una máquina.

 

No es necesario enamorarse.
Je, je, je.
Vista una gasolinera, vistas todas.
Prescindir del Amor-Bondad, supongo que es como arrastrarse por el fango.
Pero alguien debe hacerlo.
Hay formas de gozar el camino.
Puedes caminar, o puedes arrastrarte por él.
Revolcándote en el lodo. El caso es disfrutar. Dignamente, o no.
Por ejemplo, puedes pasarlo bien, aplaudiendo.
Mueves tus manos y una da a la otra, y viceversa.
Debemos buscar esa sencillez, de las focas.
Que se arrastran, por las islas...