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Amor eterno

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por german_g, 8 de Agosto de 2011. Respuestas: 2 | Visitas: 845

  1. german_g

    german_g Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    6 de Septiembre de 2007
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    La tarde se deslizaba entre las sombras, y el paisaje se tornaba oscurecido.
    Nadie imaginaba que después de las siete de la tarde, una viejita de aspecto triste, solía salir hacía la parte trasera de su casa, a meditar con Dios, y allí, hablando en su alma, lloraba en silencio. Pasaba buen tiempo sentada sobre el pasto, luego de rodillas, y luego de pie; al final, levantaba sus brazos mientras oraba. Estos momentos eran confortantes, reflexivos, y diarios. Al terminar se dirijia a su alcoba, y tomando una foto, la contemplaba y besaba con ternura; esto lo hacia, hasta que el sueño la vencía. Iniciaba el mes de octubre, y las hojas doradas y brillantes rodaban por el suelo y por el aire. El otoño grisáceo entristecía su alma, y la soledad abatía su vida. Ya llevaba tres años de fallecido su esposo, y aun lo amaba tanto, que nada le traía consolación. La muerte le llegó sin esperarla, sin pensar en ella. Pero inevitablemente llegó, y llegó una edad; -decía ella, en la cual, habríamos disfrutado, plenamente de las bellas madrugadas y los espléndidos atardeceres. Una mañana, al despertar, el nombre de su difunto esposo se le vino a los labios, como si deseara ser pronunciado por ella... -Flavio, mi Flavio, y agregó; -Me siento sola y desolada sin ti, nada es igual, siento una tristeza que me mata, y como la deseo. -dijo, refiriendose a la muerte. Después de la muerte de su esposo, sacó todas sus fotos, y las puso sobre su cama. Su alcoba parecía un estudio fotográfico. La foto que abrazaba continuamente, se la tomaron el mismo día que le conoció. Y en ese mismo año se casaron. El tendría en aquel entonces veinticiete años, y llevaban treinta y dos de estar casados. Y aun lo recordaba con sus facciones de joven: sus ojos grandes y cafés, su mirada nostálgica, y su cabello castaño, largo; su boca chica y su nariz afilada. Un día despertó antes de que el sol saliera, con dificultad se acercó a la ventana, su mirada recorrió el patio, las macetas sin plantas, la hierba amarillenta, los árboles sin hojas; y detuvo su vista en el manzano; pensó en el abundante fruto que había dado; - lo plantamos yo y Flavio, -musito-. Sus ojos se llenaron de lagrimas y con manos temblorosas abrio de par en par la descolorida cortina. Deseaba mirar mas allá de donde alcanzaba su vista. Miraba todo detenidamente, acariciando todo con la mirada. Luego, dejo caer la cortina y se dirigió al baño, lavó su cara y se maquillo un poco; y a pasos lentos caminó hasta el closet; miró su ropa detenidamente, cada prenda le traía recuerdos agradables. Su amor por Flavio habla sido lo mejor, lo mas bello, siempre lo decía. Miraba y acariciaba las prendas, una a una, detenidamente. Hasta que al fin se decidió por una. Era un vestido verde claro, con encajes y pliegues en la falda. Se lo midió por encima, mientras sus libios dibujaban una leve sonrisa, a la vez que preguntaba; -¿Que te parece este, Flavio?-, Luego se acercó a una silla para apoyarse, y se quitó su bata rosa y floreada, y se puso el vestido verde, el que mas le había gustado al difunto. Se encaminó al espejo viejo y roto que se encontraba en el pasillo, junto a la entrada, y al mirase en el se sintio complacida. Luego se dirigió a la cocina, y se preparó un té, mientras hablaba de las cosas que tenía, y de cuanto las quería. Se despidió del gato, que como si ya presintiera algo, se le acercó rumiando hasta sus pies; tambien de los objetos amados, que recordaba y estaban a su alcance, -me voy, -decía, con infinita tristeza. Ya no estaré mas con ustedes. No tenía familiares, y no habían logrado tener hijos. Desde la muerte de su esposo vivió sola, acompañada solamente por terry, su gato. Su casa estaba a un lado de la carretera cuarenta y cinco, en Dallas tx. Y colindaba con un pequeño ranchito de negros, que rara vez se les veía por allí. El que mas se acercaba a su casa era el cartero. Cuando pensó que ya se había despedido de todo, fue de nuevo a su recamara, abrió la ventana con dificultad, y sonriendo -decía; mirando la ventana, -por aquí saldrá mi alma, Flavio; espera amor, espera. Se acercó a su cama y, sentandose en ella, se fue recostando poco a poco. Cerca de ella, estaba la foto mas querida, la tomo, y la llevo a su pecho, acerco las demas fotos que tenia esparcidas en la cama, y se cubrió con ellas. A un lado de la cabecera estaba un cofrecito blanco, retocado con dibujos florales y corazones rojos. Sacó unas hojas dobladas cuidadosamente. -Mis poemas, -musito; al mismo instante que sus ojos se llenaban de lagrimas. Eran versos que le compuso Flavio, en diferentes ocaciones.
    Este es el mejor momento para leerlos, -penso.
    Y mientras los leia en voz alta, lagrimas corrian por sus mejillas blancas y arrugadas.

    "El milagro"

    Haberte conocido vida mia
    hizo crecer la fe de mi alegria,
    hizo alejar la oscuridad mortal
    que me cubria; y fue tu luz, igual
    a un milagro, el milagro mas amado
    por mi vida, el haberte conocido.

    "Yo quiero"

    Cuando las sombras lleguen a tu puerta,
    vestidas de tristeza y soledad,
    no les abras mi amor, jamas les abras.
    Yo quiero que recibas mi carino
    en cada rayo que la luz envia...

    Despues de haber leido sus poemas, entono un canto que aprendio de nina, en la iglesita pequena donde su madre se congregaba; y decia asi: "Despues de la tormenta el me recogera, el me recogera, el me recogera"... Al terminar extendio sus brazos, y espero la muerte, con una sonrisa que parecia angelical. Sus ojos contemplaban por la ventana que dejo abierta, el cielo azul desvanecido; glorioso, triunfal. Sintiendo el gozo de su alma, que ya se disponia a partir, -oro diciendo, -Senor, amado Jesus, gracias por el tiempo concedido, por la felicidad recibida, por tu gran amor. Afuera se escuchaban los trinos de los pajaros, y un viento apacible penetro a la alcoba, como si alguien hubiese llegado a consolarla. Y cerrando sus ojos, -dijo, como percibiendo la cercania de alguien...
    -La muerte, es solo un pasadizo que nos lleva a la puerta, y entrando nos espera la eternidad con Dios; el amor es mas fuerte que la muerte. Y entregando su alma, murio.







    german g
     
    #1
    Última modificación: 9 de Agosto de 2011
  2. Patricia Rivera

    Patricia Rivera Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    3 de Agosto de 2011
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    Esta preciosa la historia german, cuanta soledad habra en las parejas de ancianos, abandonados y enfermos.
    Tu narracion atrae, y se va tornando melancolica y dramatica, eso me gusta.
    Y, en efecto, el amor es mas fuerte que la muerte.
    Me gustaria, si no es ofensivo, que solo corrijieras, acentos, algunas palabras, y adjetivos.
    Un placer hondear por tu espacio, como siempre.
    Paty
     
    #2
  3. german_g

    german_g Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    6 de Septiembre de 2007
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    25
    Gracias Paty
    Es un placer tu comentario, sabes que amé bastante a mis abuelos
    y su cariño lo describo en partes, es una historia imaginada, pero algo de mi pasado, va,
    Quizá contemplaciones y sentimientos de la infancia.
    Y mis errores, lo siento, como escribo por el telefono, se me esconden las letras.
    Un abrazo y de nuevo mis mejores deseos
    german g
     
    #3

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