1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

ANAIRAM

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Angelous d Selene, 2 de Abril de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 3017

  1. Angelous d Selene

    Angelous d Selene Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    2 de Abril de 2006
    Mensajes:
    2
    Me gusta recibidos:
    0
    ANAIRAM
    Por: Angelous D selene †.
    LEO_SELENNE@HOTMAIL.COM

    En las paredes de mi propia existencia, busco tu
    rostro. Olor a humedad que se ha mezclado con la
    soledad, penetrando por mis poros hasta el último de
    mis huesos.
    Insomnio que me atormenta, por que del sueño, solo se
    un falso argumento, convertido en alimento de ese
    maldito cuervo oscuro llamado tiempo.
    Y no me detengo en el funesto acto, escribiendo tu
    nombre, enardecido por el profundo silencio.
    Las paredes parecen llamarte, It so facto. 1
    Me detengo aterrado, la sangre de mis venas se ha
    congelado al clavar mis ojos en el cristal que me ha
    despertado.
    De las pálidas piedras donde he escrito tu nombre,
    haciéndome parecer un proscrito en espera de la
    condena e mirado reflejado tu nombre, Anairam. Ese
    nombre que me grita desde el espejo, es ahí donde
    esta el verdadero secreto. Veré e hice, quedarme
    ciego, oí sin querer y la muerte cortes se digno a
    escucharme, pero jamás a complacerme.
    Pero, no eres tu, a quien deseo en mis horas funestas,
    sintiendo el calor de tu cuerpo en la nocturna
    melancolía, se que al tocarte soy un muerto, de tus
    labios hoy día mi tormento.
    Es ella, que esta en la habitación de mi mente y de la
    cual no se a largado, mil veces maldita, por que, yo
    mismo en ese espacio un santuario le e construido.
    Ab imo pectore.2
    Mis sentidos dislocados ruedan por las escaleras,
    donde el silencio de los huesos, es la espina
    retorcida de mi destino, clavándose en mis pies
    descalzos.
    Es el valle de los muertos, donde la muerte me ata y
    desata, en un juego del que nadie se escapa de
    pasiones perdidas, se arrastran mis horas mas
    calladas.
    Y busco tu mano en las sombras, desesperado me largare
    en busca de los sueños menos dolorosos, intentare en vano
    escapar de tu pérfida mirada, por que de mi ya no se
    absolutamente nada.
    Columnas de demencia se levantan sobre el mármol negro
    de mis fantasmas.
    ¿Pero que es un fantasma? soy yo, que e dejado este
    cuerpo mío desgarrado entre tus brazos, un lúdico
    recuerdo de formas imprecisas, etéreas y volátiles.
    Espíritu que vaga en el albedrío de las infamias y que se
    muestra oculto para tus ojos, pero visible para tu
    alma.
    Tu nombre ya no puedo pronunciar, por que labios no
    tengo, mirarte mucho menos, pues el hielo de tu cuerpo
    ha secado mis ojos por completo, tocarte es imposible
    si te diluyes con el vapor de lo incierto.
    Solo me quedas en recuerdos que duelen, córtame el
    cuello que llevo por camino, sin compasión arráncame
    el corazón para no sentir por siempre el mismo dolor.
    En algún sucio rincón el viento se vuelve mas frió y los
    cielos màs grises acompañados de lamentos en hojas que el
    tiempo arrastra por el polvoriento suelo, todo ante mi
    solo es difuso y no te comprendo.
    No es que aun te quiera, es que no te olvido, perdido
    en las líneas de tu destino, los moribundos tienen fè
    en no sentir dolor al morir y yo tengo fè en encontrar
    de tus labios aun el sabor antes de partir.
    -Levántate y anda – es la muerte vencida, mas no lo
    será por siempre. ¿Pero a donde iras?
    De tu encuentro final no escaparas, la tempestad de la
    existencia se limita al orden humano de lo
    incomprensible, la maldad a la mas pura afanad de la
    cruel verdad y esa verdad es humanidad, si e nacido de
    un inconsciente eterno, abriendo los ojos para
    cerrarlos de nuevo en el mismo pensamiento animal, sin
    comprensión de la realidad de mi propio averno.
    Emprendo la búsqueda y en esa búsqueda eterna, es
    donde arde el fuego de las memorias, hay días que
    somos rocas ancladas en el océano de nuestras ideas,
    sin olvidar nuestra volátil consistencia de absurdas
    incongruencias.
    Despierta mis intranquilos delirios en absoluta
    conjunción del intempestivo camino, donde la sangre se
    vuelve pesada y el cuerpo un constante complejo.
    El alrededor simplemente se torna una noche de
    lágrimas, esporádicas sensaciones de felicidad.
    Pero al final, sigo sin entender el alma humana, mi
    propia alma. Del silencio solo se que eres tu, una voz
    oculta detrás de los sonidos desafiantes del Oráculo
    Delfos, profecía enviada por el mismo Zeus a las
    corrientes de la fuente Castalia. Desde ahí profetizas
    mi destino, pero no adivinas mi instinto.
    Que me coloca A fronte praecipitum a tergo lupi.3
    Te invoco en el trípode como a un dios para que
    regreses, pero te pierdes entre los perfumes y las
    danzas de mi locura. ¿Acaso, no me responderás? Pues
    ya eres una diosa, desde el trono supremo te burlas
    victoriosa.
    Las sangrientas llagas de mis manos suplicantes, se
    doblan por los terribles dolores, manifiesto de
    latidos aun existentes de vida, pero ausentes de
    humanidad.
    Desde la eternidad, no hay mas respuesta a mi
    pregunta, del presente solo el mañana y del mañana no
    se nada.
    Aferrado a los pilares de la exaltación mis demonios
    internos conjuran contra la lucida imaginación que ya
    no domino. Sombras y luces.
    He desnudado las insignificantes palabras, hasta
    encontrar el principio que todo ser niega es el deseo
    que se mezcla con dolor a culpa, estupida disculpa de
    mi debilidad carnal. Por que nada justifica el caer
    ante la tentación perversa que me quema. A menudo me
    pregunto ¿Que es la perversión? y conciencia me
    contesta es tu carne hablando a través de tus poros,
    son las caricias prohibidas que hierven tu sangre,
    pensamientos impuros formulados por tu
    Inocencia. Sí, de siluetas intempestivas esta llena tu
    memoria, es por que ahí es donde mejor se guardan los
    secretos. Miradas que desvisten el cuerpo.
    Cayendo lentamente en las pasiones prohibidas me
    arrebata el eterno sentimiento.
    Puedes huir de lo de perverso y jamás aceptar tu
    oculto deseo.
    Si las horas te queman en el silencio, donde las
    noches no bastan en ese interminable duelo, respiros
    encadenados al olvido por el principio activo de la
    moral que causa tu propio castigó. Y aun así todos
    esos argumentos no son suficientes para comprender lo
    perverso.
    Me aterra lo que dicen mis adentros ven y despiérname
    que las horas heladas consumen mi calor, escucha mi
    voz quebrada por las tormentas del miedo.
    Maldita la eterna ansiedad de la que no despierto,
    sobre mi cabeza la tormenta se cierne en gotas de
    sangre y sabes bien que nadie escapa a la guadaña de
    la muerte, Mors ultima linea rerum est.4
    Pero e regresado de ese limite y no e encontrado el
    tibio descanso en mis pies descalzos.
    Siempre e caminado a ciegas, allí donde el tiempo
    sobra y las tardes largas escudriñan hasta el ultimo
    secreto.
    Los latidos del corazón al compás del último vals son
    tan perfectos que me aterran, no soy yo el que baila,
    que se mueve en delicados movimientos, escuchando la
    música en el viento. Nada del ayer, nada del ahora es
    un lugar, donde el no tiempo es el único enemigo
    verdadero.
    Todo se convierte en ruego, por algo que no recuerdo o
    simplemente recordarlo no quiero.
    Humedad ligera de los labios, que no se mueven, pero
    hablan y siempre con lo brazos extendidos enes espera
    de algo. En la falsedad de mi libertad, callada no
    escucho a la libertad que me hace falta, no ahora.
    Solo el verbo de la fatídica noche cubriéndome y
    vuelvo al principio insoluble de mis melancolías.
    Desde la nada, navego en el furioso mar de lo
    invisible, te miro sin saber siquiera que volveré.
    Bebo de la copa vacía, sediento sin encontrar el licor
    que me devuelva algo mas que no sea un falso intento
    de olvidados sentimientos.
    En un instante cabe la eternidad, pero la vida jamás,
    nada como sentir otra vez lo que ya no se distinguir.
    Dejare correr mi sangre por la piel, pero no mi
    esencia. Nada escapa sin pagar el precio de la
    libertad ganada y Solo escribo lo que encuentro en el
    instinto, busco y no hallo lo que quiero.
    En el amargo llanto a mi mente el recuerdo Habeas
    corpus.5
    Por que, no dejo de notar tu ausencia eterna, el
    tiempo se me acaba agonizante, sin darme un respiro,
    lentamente la puerta se me cierra, la luz de la vela
    amarillenta se consume con mis palabras, siento un
    frió infernal cubriéndome, estoy cansado sin aliento,
    no escucho ni mi propia voz, solo el tumulto de mis
    fantasmas, siluetas borrosas que me llaman.
    Dormiré en una noche larga y fría algo más que eterna,
    pero con el último aliento gritare tan fuerte que en
    las montañas mi voz resonara con la última frase.
    De profundis clamavi cor meun, epur corde tua non
    contestad et anima mea non requiescat…5



    Jac. Edgar G. Escamilla.
    Nota: 1) En el momento.
    2) Con todo mi corazón.
    3) Un precipicio al frente y los lobos a la
    espalda.
    4) La muerte es el último límite.
    5) De las profundidades ha clamado mi
    corazón, sin embargo tu corazón no contesta, y
    Mi alma no descansa.
     
    #1

Comparte esta página