Anciano reflexionando

Buscaba unos ojos sinceros mirándome a los ojos y solo encontré unos ojos rojos, lascivos mirando lo que dios creó y el hombre no tocó.

Puertas cerradas en la cara y orejas oyendo tras la puerta.

Eh querido estar enamorado y eh querido caer al precipicio y no halle la diferencia.

Mi cuerpo es de alguien que no conozco pero me rompe el craneo de tanto hacerme llorar, su madre, la que lo dio a luz no sabe que en su casa aunque sea el hijito menor, aqui, en mi, es el monstruo que me muerde cada que puede.

Dos que se quieren y tres que se aman.

Hize muecas, señales, de todo tipo para que venga a protejerme de la noche y sus sonidos, le conte a un extraño toda mi vida y lloro, pero el nunca vino.

En vez de eso, camino a casa iba yo, enceguecido de melancolia y vi sentado en la puerta a un joven triste, no lloraba el, pero su tristeza no tenia comparacion.

Nada es peor- le dije

Tantas personas habian en la fiesta de mi corazon, fui cupido y fui la flecha, mi vecina los pañales.

La cita. Hora de conocernos a fondo. Es la hora en punto. El hombre que endulzo mis ojos no llega. No importa mama esta viva.

Muchos perros tras una hembra en celo, al final no somos tan distintos.

Desde la ventana timido y furioso, el hombre que no se atreve, mira, espera la noche, como trampa esperando a su victima, espera y obtiene su recompensa, dos amantes se aman en plena via publica.

La jaula extraña la tristeza del pajaro.