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Anduvimos Por Aquella Calle

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por seso, 20 de Abril de 2007. Respuestas: 1 | Visitas: 965

  1. seso

    seso Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    5 de Febrero de 2007
    Mensajes:
    358
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    Anduvimos por aquella calle, la que se ha ido de la ciudad, ahora ha de rascarse sus esquinas, donde solíamos estar todos un buen rato y era genial mientras hablábamos de cosas sin importancia, pero que mas da, hablábamos sin garganta de esas cosas que a veces son difíciles de entender, que no tienen importancia, que se olvidan, y que nos dejan una sonrisa insignificante que luego se pierde con el tiempo...
    Anduvimos por aquella calle la cual se ha ido o tal vez nosotros la hemos abandonado, tan así que sus pequeños pasajes parecen pasadizos fríos como los de un hospital que a medianoche azota al enfermo…
    Todos vimos una parte de la calle con un ojo, con el otro su otra parte que nos hace tuertos, la que tiene menos lado, después con ambos ojos abiertos: Uno dulce y otro amargo, uno de luz y otro de sombra.
    Nuestra calle, como solíamos decir, dejó de serlo. Cuando nos ve pasar, contiene su respiración, mientras en los techos yace el viejo gato, maullando su primera, segunda… sétima, octava y quizás también novena muerte. Ah este angustioso felino, sin astucia, se nota en sus ojos un vacío en instinto mientras la fuerza resbala nítidamente hacia la basura.
    Y la muerte se anticipa cuando las uñas del felino rasguñan moribundas la nada, un desplomo y otro, en forma de eco circular y en fila nocturna; nunca más saltarás hacia la otra parte del techo: ¡Gato muerto!
    Estuvimos por aquella calle, hoy con su clima urbano al tope de la decadencia, y todo el dolor parece juntarse y extenderse desde los mas áridos rincones hasta los jardines ya también tocados por lo decadente: Marchitamiento y agresivo movimiento de hojas llenas de otoño con salsa de amargura frustrante.
    Y la acera de sus huesos ¡Cómo duelen!; como aquellos retortijones de la madrugada encerrada en mil sombras: ¡No quiere amanecer, nunca más!
    Anduvimos descalzos sobre la niña triste que observa desde la ventana negra y en la cama vieja de aquella habitación llora su abuelo descalcificado y sobreviviendo de pura gana, como si el tiempo lo castigase por algo malo que ha hecho: Su postura de vida sin caminos, vegetal; sus sábanas en lágrimas penumbrosas pesan como si llevasen miles de cruces al calvario imaginado de la mente decrepita del barrio ya Ausente ¡Muy Ausente! Ya sin remedio, sentado en la Nada…
    Aquella calle se desnudó de pánico un día al ver nuestra huida inconsolable por su columna vertical puesta en las ruinas del horizonte extraño, bailando al ritmo de los relojes que nos dan muy fuerte en la garganta…
    Anduvimos por aquella calle, la que se fue con el gato muerto, ahora ha de rascarse nuestra esquina, donde solíamos estar, todos, largo rato y ya no quiere amanecer ¡Ya no quiere amanecer nunca!
     
    #1
  2. seso

    seso Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    5 de Febrero de 2007
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    10
    algo en prosa
     
    #2

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