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Anécdota de un sueño...

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Cristian G. Estrada Alviz, 20 de Mayo de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 574

  1. Cristian G. Estrada Alviz

    Cristian G. Estrada Alviz Poeta recién llegado

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    18 de Marzo de 2015
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    Hombre
    “¡Desperte¡”(de la manera más brusca que me puedo imaginar) estaba acostado como de costumbre en el sillón, sólo pasaba una cosa minúscula, pero muy llamativa, pues no me podía mover, no podía mover absolutamente ningún músculo. Era sólo mi mente y mis ojos los que reaccionaban, en mi desesperación de querer moverme; vi hacía la derecha una pequeña sombra cómo de un niño de unos 12 o 14 años. Se me hizo demasiado raro pues en la casa no hay nadie de esa edad mucho menos despierta a las 3:00 am. Comencé a escuchar pequeños murmullos y la sombra que se encontraba en el aire desapareció... yo seguía sin poder moverme pero aún estaba consciente y escuchaba murmurar a un niño algo sobre ser infeliz o feliz, no sé, pues no presté mucha atención estaba más preocupado por no poder moverme. (Si se hacen la pregunta de si tenía miedo, pues no, en ese momento no.) Sentí un pánico arrasador y un dolor incomparable pues en mi vida había sentido algo así mientras trataba de levantar el pecho para sentarme sentí como si alguien hubiese atravesado mi pecho desde la espalda desgarrando desde el corazón, pulmones y quebrando la columna vertebral saliendo hacía las costillas y así rasgando todo mi ser, cuerpo y alma; saliendo por el pecho, y con movimientos bruscos repetidos repegarme al sillón. Sin importar el dolor provocado seguí empujando hacia adelante más por orgullo que por cualquier otra cosa. (Puede que haya sido terror, pero mi ego dirá que no.) Me hacía hacía adelante y una sombra apareció, pero esta ves estaba aún más cerca y me deje vencer así sucumbió mi cuerpo en el sillón... Ahora si alcanze a diferenciar la sombra era una niña, si una niña (me dije a mi mismo) mientras estaba pensando lo anterior este ente aparecía y desaparecía rápidamente mientras se acercaba poco a poco, poco a poco el miedo se hizo pánico y a el pánico le dio terror. Mi corazón latía y yo seguía mirandola pues mi cuerpo no respondía. Al igual que haría in niño con miedo en su cama me cubriría totalmente o correría por mi salvación pero no, no se si me dio pánico y por eso mi cuerpo no reaccionaba y como niño sólo cerré los ojos pensando que si no la miraba se iba a largar esa sombra pero ahí mi error por que pasando los segundos en la oscuridad de mis ojos cerrados comenzó a aparecer destellos, eran unos pequeñas iluminaciones punzantes que poco a poco iban creando una maldita sombra en mi cabeza y esta se iba haciendo la de una niña alcanzaba a notarse sus rasgos pero el pelo le tapaba la cara. Ahora más que de destellos me llené de terror, abrí los ojos... Gran error... ahí estaba ella a mi lado y sólo me dijo con una voz más que tenebrosa una maldita voz que sólo puede venir de un lugar y de alguien con demasiada maldad y me pregunto:
    ¿Eres feliz?

    “¡Desperte!” inmediatamente me desperte de ese estupido sueño que había tenido... ese maldito sueño que sucumbió mi alma. Me levanté y temeroso fui al baño a restregarme agua en el rostro. Llegue al lavabo abrí la llave del agua y me agache, comencé a habentarme agua y mientras hacía eso comencé a escuchar murmullos... Levanté la mirada y en el espejo a mis espaldas había una niña... y rápidamente regresé la mirada hacia atrás de mí, y no había nadie. Volví a echarme agua en la cara y de nuevo se escucharon murmullos regresé la mirada al espejo, y ahí estaba la niña volteó inmediatamente y ahí seguía ella parada frente mi... sólo que con la cara agachada y diciendo cosas que no entendía o mas bien no quería entender debido de quien venían, de la nada ella volteo a verme su mirada se paso por todo mi cuerpo hasta helar mi alma y pego un lamento desgarrador "aaaaaaaaaaaah" ese lamento viajó desde el infierno solamente para estar en mi oído.

    “¡Desperte!” No me quedaron ganas de dormir en un buen tiempo...


    Cristian G. Estrada Alviz.
     
    #1

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