AntÍtesis

Desde que las alas tienen
reflejos negros del alma,
desde que el dolor ensalma
los sentimientos que vienen.

Desde que ya no hay estrellas,
y tus letras son agravios,
se convierten en sudarios
para cualquiera de aquellas.

No te temo, no te alisto
en mis amigos del alma,
no me robarás mi calma
si lo esperas, pues vas listo.

Tú, culpable del dolor,
de tu caída en picado,
tú mismo te lo has buscado
pintándolo sin color.

Muy pronto serás olvido
como olvido fué tu vida,
tan triste y tan mal perdída
como pájaro sin nido.

Él me adora, yo tanto le amo...
le sigo porque le adoro,
vale más que todo el oro
no le tengo algún reclamo.

Pena me das, alma en pena,
penando vas por la vida.
Yo sigo sin una herída
pues escogí vida buena.