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Apocalipsis

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por AarónGB, 11 de Agosto de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 532

  1. AarónGB

    AarónGB Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    11 de Agosto de 2017
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    Hombre
    Me despierto y camino con mis pies descalzos, sobre los fuegos fatuos de este mundo en decadencia, una orbe que respira por las heridas hechas en cruzadas, rapaces y mezquinas entregadas por la avaricia de unos cuantos.

    Estamos encarcelados a una memoria a corto plazo, donde la sangre derramada de los inocentes, al parecer seca muy pronto y tratamos de no escuchar los ecos doloridos de algunos, que incluso, tiritan en las calles todavía.

    Quisiera dormir, nada más que dormir y no sentir, quiero regresar y quiero volver a ser parte de mis sueños ¡pero no puedo! mis pies se llena de llagas mientras mi conciencia se quema, parece que la mañana nunca llega.

    Este insomnio que se apodera de mi cuerpo junto con un nauseabundo olor a miedo porque nos van recetando sin prescripciones médicas, terror, angustia y desolación; la copia pirata de mi antivirus no se actualiza y mi suscripción anual a la revista de salud, no me alcanza para protegerme, de tanto mal que nos aqueja...

    Cierro los ojos para mirar de frente a mis pensamientos, que me escupen verdades llenas de ensangrentado silencio, nada hago, nadie hace nada, tan sólo vemos lo que queremos ver, escondidos detrás, quizá, de aquello que llamamos sueños.

    Sí, la mierda nos llega hasta el cuello con este pasotismo que disfrazamos de revolución, sentados detrás de un escritorio, que debería de condenarse a morir envenenados de la verborrea lanzada al viento sin sustento; mientras tanto, dejamos que diez mil niños mueran de hambre día con día cerramos los ojos el hecho de que cada dieciocho segundos una mujer es maltratada.

    Escupimos la porquería al cielo, sin recordar que aquello, algún día, nos llenará la cara espanto.
    Y esto es así, no hay más, nuestro futuro está hoy esclavizado al egoísmo, a la ambición, a la ignorancia y a la indiferencia. Abro mis ojos y horrorizado me doy cuenta que el planeta muere lentamente, se cae a pedazos, porque le está faltando la sonrisa de aquellos críos que fenecen cada día pensando en un por qué, pero nadie tiene un sus manos la respuesta, siete mil millones de personas en este maldito mundo no conocemos la respuesta; ¡un sollozo, un grito, una lágrima! por favor, que alguien nos despierte, vivimos en esta pesadilla llamada realidad, hace mucho que dejamos de soñar ¡por favor! que alguien nos despierte que el apocalipsis ha llegado.

    Abro mis ojos de nuevo y me doy cuenta que no son sólo cuatro los jinetes que llegarán a mutilar este planeta, como lo mencionaron algún día los profetas, ¡el apocalipsis está aquí! ¡el apocalipsis es ahora! y los jinetes, eres tú, soy yo, somos todos...

    Y mientras tanto el llanto de un niño se escucha en las puertas del infierno, no, no, no, el nene no ha muerto, es tan sólo un recién nacido, él no sabe de razas, de nacionalidades, él no sabe de ser cristiano, musulmán o judío, no sabe, no, no lo sabe, pero le ha tocado nacer en un mundo muy jodido, donde la palabra respeto se ha extinguido…

    Él no tiene la culpa, la culpa es mía y sí, también es tuya, por no saber crear para él un mundo diferente, él no sabe que detrás de esas puertas, la crueldad tiene nombre y apellido y la conocerá pronto, sí, muy pronto, cuando atraviese ese umbral y se enfrente a este infierno que todos juntos hemos creado, donde nos importa más el color de la piel, donde nos esclavizamos sin sentido a cualquier religión que nos abra las puertas del cielo, donde no nos aceptamos con nuestras diferencias y le tememos y atacamos a lo que consideramos “diferente” y pelamos, siempre peleamos, peleamos en forma constante y al final, parece que se nos olvida que la sangre que se derrama y corre por las calles es la misma que todos llevamos en las venas.

    Hoy el niño llora, sí, llora y en cada lágrima busca consuelo, hasta que encuentra paz, acurrucadito en el seno de su madre, por fin respira y duerme tranquilito, el mañana para él es incierto… Y nosotros… ¿Qué haremos para remediar esto?

    Aarón García
     
    #1
  2. Naark Yongork

    Naark Yongork Invitado

    Paz es muerte. Guerra es vida.
     
    #2

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