Apolo, el Uno (Sexta idea)

Cómo me gusta el blanco humedecido de tus ojos.
Ese no saber lo que hay.
Esa resolución tan solo reservada a Dios.
Yo te miro, con cara de listillo, o de sabelotodo.
Después, vuelvo a pensar en la poesía.
He pasado por muchas formas hasta llegar a mi propia conclusión.
La cual, aunque quisiera, no podría compartir.
Quiero una diosa, me digo.
Pero Dios, a lo que aspiro, seguro que tiene otras formas de entretenimiento.
Seguro que tiene otros planes para mí.
Después me digo, ¡Qué Dios, ni qué leches! ¡Que se ponga a la cola!
Y me vuelvo hacia el hombre,
seriamente y le digo:
"Nunca seré como tú."
Entonces el Padre me acoge.
Podría decirse que exudo delirios de grandeza.
Y como no me gusta acoplarme a quien me necesita, por infravaloraciones que yo mismo me he buscado, mando a Dios a tomar por saco.
Me digo:
Son las emociones.
Luego, más tarde, me respondo:
Todo esto no es más que un circo, un engaño.
Dile al hombre lo que realmente piensas, lo que realmente te hace Dios.
Y pienso que Dios es un insulto, el más gordo de todos, a mi inteligencia.
Por otro lado, me digo:
Yo me lo he buscado.
Esta eterna persecución de la verdad tiene que acabar.
Pero es que me siento tan a gusto en ella...
Ni siquiera se despega de mí.
"Lo que me caracteriza no es la ambición, sino la justicia.
Nada me hace justicia.
La justicia no está hecha para la verdad."
He alcanzado, pues, el punto álgido, el momento cumbre de mi poesía.
Y me riegan las ideas, y me alejo más y más de dios y del ser humano.
Es entonces que todo me alude.
Todo lo que vulgarmente me rodea.
Todo lo que no puede alcanzar ni llevarme al éxtasis.
Quizá ustedes tengan su historia.
Yo tengo la mía:
"Hacer de dios y del hombre una laguna en mi memoria".

 

El Amor, como la Broma, forma parte de la Creación.
Como la estrella y la piedra.
Por ello, la Masonería está unida al sentido del Humor.
Porque tradicionalmente, los masones fueron llamados " corta-piedras ".


Entonces, Ricardo, hacer reír también es saludable.