¡Apresúrate, pásale la posta al pequeño Joe!

!Apresúrate, pásale la posta al pequeño Joe!


el sexo, mis queridísimos hermanos, es la pulsión mayor de los animales
como así la del Hombre.
- Y cuéntale al pequeño Joe, ¿que es luego lo que pasa?
Bueno pequeño Joe…, ¿alguna vez pensaste en la supervivencia de tu gen?
- No.
Ok, yo tampoco, pero resulta ser rasurado que es la inercia inconsciente que nos mueve.
- ¿A quien?
A todo.
- ¿A todo?
Al menos a todos nosotros.

Ahora bien encanto gurrumino, toma del modular tus anteojos, y préstame atención.
-¿A la acción?
No, no pequeño Joe, concéntrate, atención –dije- atención.
-Ok.
Ok.

Para esto primero sumérgete en el País de los eternos resplandores
y asciende el lomo helado de la montaña…
- Ok.
bien…, una vez en la cima toma un arándano, escúpelo, y lánzalo al cielo.
- Ha sido.
… toma de su explosión al pájaro y tira de su lengua hasta deshacerlo.
- Ha sido.
…monta en su sonido, e ingrávido, dirígete al pasado e introdúcete en el arándano.
-He comprendido.
Bien pequeño Joe, lo has hecho muy bien…has comprendido.
-Ha sido.
Asido. ​

Devuelta y durante el regreso a su pequeña granja, el pequeño Joe
entabla conversación
con el gentío que siembra incansable los mismos surcos de un mismo cielo.
Mhhh…pequeño Joe, recuerda los chispazos asidos en los ríos de nuestro Imperio.
Mhhh…recuérdalos pequeño Joe, y cuéntales sobre nosotros…


-“Guiadme, pues, Musas ligeras, ya llevéis este nombre
por la cualidad de vuestro canto,
o por la raza música de los Ligures,
y emprended conmigo este mito que me obliga a narrar el buen amigo…”

… ¡escuchad, nuestro gentío,
el sexo ansí y verdadero como que el sol enlaza todas las órbitas
que lo aman
es la pulsión mayor del Hombre!
- Cuéntanos, entonces, Anciano…
Una vez y remotamente tuvimos un hogar eterno y hambriento pero nos embelesó el
vergel.
- ¿Y después…?
… nunca hubo un después, remotamente y una vez, sólo son máscaras y adverbios
de tiempo.
¿Y después…?
Instituciones inconcientes con garras en sus mentes silenciaron nuestro placer.
- Pero cómo Anciano, cuéntanos sobre nuestros genes, pues,…
… erradicada bajo el dogma la pulsión mayor del Hombre se amansaron las Criaturas.
- ¿Y después…?
…el pájaro se deshizo y perdimos la libertad
- ¡Ay!, ¿y después?
…el viento me narró esta historia y beso mi frente con sus labios de agua.
- ¿Y, después…?
les relaté como las Instituciones y sus prohibiciones cohíben la pulsión mayor del
Hombre ramoneando el camino de su progreso.
- ¿Y después…?
es sólo una forma del presente.
-Ha sido
Asido. ​

Y así habló el Anciano bajo la sombra doméstica de los ciruelos.





* “Guiadme, pues, Musas ligeras, ya llevéis este nombre por la cualidad de vuestro canto, o por la raza música de los Ligures, y emprended conmigo este mito que me obliga a narrar el buen amigo…” , Platón; Fedro, o de la belleza.