Arañas.

Arañas.

Estoy tejiendo aquí, en el cuarto piso.
El enredo más grande que puedas imaginar.
Me quitas el sueño y estoy intranquilo.
La entrada pegajosa, el obscuro pasillo que dobla una esquina.
El misterio que se encuentra tras estas paredes.
Presiento que mis patas peludas trajinan sin parar.
La urdimbre negra y liosa.
Va saliendo de mi vientre, inexplicablemente.
¿Para quién es la trampa?
Carne, hambre, líquido y sueños eróticos.
El sexo de una araña se teje por la noche.
Voy dejando tantas cosas por hacer.
Ocho ojos facetados vigilan cada esquina.
Ya no duermo nunca en la cama, y veo rastro de pelos extraños en el sofá.
Extrañamente perro aún confía en mí.
Parece no darse cuenta del cambio que he sufrido.
Pobrecito, le sacaré a pasear una vez más.
Me visto de hombre para bajar a la calle.
Subiré y continuaré mi labor.
Aquí en el cuarto piso.
Tejiendo el enredo más grande que puedas imaginar.