Ardor

[FONT=&quot]

La carne y el espíritu pueden acunar todas las desgarraduras, toda la violenta y descarnada concurrencia de efectos de los distintos látigos que a un hombre pueden consumir. Hombre basura, hombre miasma, hombre podredumbre y hombre suerte de perro dejado de la mano de todos los dioses que en la historia existieron.

El deseo es la fuente nutricia de los males humanos.
Se espera el cumplimiento de los más puros deseos y el miedo se erige cual bloque compacto de hielo irreductible, impidiendo cualquier camino a la consecución de un fin. Asi, simple, un fin, dejando a un lado todo moralismo que lo clasifique en las tablas de valores del bien y del mal. Tablas de valores que los hombres aman, odian, idolatran y transgreden, tablas de valores que olvidan en las ruinas lóbregas del pasado.