Aris

Leer. Me gusta leer.

Mi vida sería muy diferente si no hubiera aprendido a leer.

En Boshi, un pueblo muy pobre por el que solo se detienen algunos comerciantes muy poca gente se fija en un huérfano que tiene hambre.

Tuve muchas veces que robar para conseguir algo de alimento. El hambre me hizo también atreverme a subir a los árboles para robar frutos o cazar animales.

Aprendí por intuición muchas cosas. Me bastaba mi imaginación para ingeniármelas.

Un día llegó a Boshi un embustero. Un doctor charlatán que vendía un jugo compuesto de varias frutas y hierbas. ¡Todos le creyeron!

Pero yo lo vi en la noche elaborar su menjurje. Era solo jugo de fruta y una raíz que se da ene l campo a la orilla de los caminos.

Me acerqué al charlatán y le dije que lo denunciaría con el jefe del pueblo. El doctor charlatán se rió de mi. Me dijo que en un pueblo miserable como ese no hay un jefe lo suficientemente fuerte. Luego me propuso algo. Me llevaría con él si le ayudaba a convencer a la gente de que el brebaje funcionaba.

Acepté. Era una oportunidad de ganar dinero. Jamás había ganado dinero.

Así recorrimos muchos pueblos y conocí pueblos exóticos con frutos jugosos, tierras cálidas de personas cuya piel era más oscura. También tierras frías. muy frías donde la belleza del paisaje es indescriptible. Pero mi paisaje favorito son las montañas. Hay tanta diversidad de animales. Ahí conocí a los lobos domesticados.

En una montaña alta y nevada iba por la calle pregonando acerca de nuestro brebaje. Curaba toda dolencia del estómago y la cabeza. No servía para las heridas externas.

Fue cuando se me acercó un hombre con capa ligera y ropas sencillas. Se topó conmigo y siguió su camino.

Al dar tres pasos me di cuenta. ¡El hombre aquél me había robado la bolsa con dinero!

Corrí tras él para reclamar. Cuando lo hice me volteó a ver con unos ojos fijos pero sin expresar violencia o agresión.

- Muchacho, no me equivoqué. Tú eres más listo de lo que pareces. Ten tu bolsa de dinero.

- Hey, no puede andar por ahí robando a la gente...

- Jajajaja... tú te diste cuenta por algo. ¿Eras un ... ladrón cierto?

- Eso no le importa.

- Cierto. Ni me interesa ni me importa. Solo que me diste curiosidad. Eres listo y hábil con las manos. Lo puedo ver por como te plantas. Inconscientemente estás alerta viendo a las manos de la gente no a los ojos.

- Usted es una persona rara.

- ¿Cómo te llamas muchacho?

- Mi nombre no importa. Dígame Alejandro.

- Bueno Alejandro. El mago de mi compañía se ha lastimado horriblemente. Buscaba un doctor. Uno de verdad, pero veo que aquí no hay ninguno. Pero... creo que tu puedes ayudarme.

- ¿Ayudarle? ¿Quiere que sane a su mago?

- No... quiero que seas el mago suplente.

- ¿Suplente?

- Si. Ocupa el lugar de mi mago. Al menos por una función. ¿Qué te parece? Para un ladrón es fácil hacer trucos de manos.

Lo pensé. Podría ganarme unas monedas por una o dos funciones y regresar a vender el menjurje a tiempo. Inclusive podría decir que mi habilidad de mago estaba aplicada al jugo.

- Señor... tiene un mago.

- Muy bien hijo. Llámame Arduino. Somos una compañía de teatro de Boshi.

- ¿Boshi? ¡Que suerte! Yo soy de Boshi también.

- Anda. Si el destino nos reúne en lugares lejanos.

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Recibí esa tarde un curso rápido para la función que daba el mago. Unos trucos para hacer aparecer y desparecer unas llaves. Invocar figuras en un tablero. Esconder pelotas de apuestas. Fue realmente sencillo para mi.

Disfruté hacerlo. Ese día me presentaron como el mago Grandier.

La salud del anterior mago fue de mal en peor. Así pues Arduino me propuso algo increíble. Me quedaría como mago en la compañía y si su mago se recuperaba había lugar para los dos.

Me despedí del doctor charlatán y me fui con Arduino a seguir mis aventuras.

El anterior mago me entrenaba en sus artes y trucos. Pero también me mostró un instrumento invaluable. Un libro.

Ahí con diagramas y letras describía cosas para hacer magia cada vez más complicada. Aprendí a leer.

Leía primero con mucha torpeza. No comprendía nada al principio. Pero mi deseo de hacer trucos como los que se describían me animó bastante. Luego de tres lunas ya leía de corrido. Era fascinante para mi.

Aprendí a hacer trucos con sogas, engaños con sombreros y mantas. Luego venía un truco muy complicado con alambres y cajas.

Practiqué y practiqué hasta que el mago anterior se recuperó y me volví su ayudante. Ambos cooperamos muy bien haciendo toda clase de trucos.

Después de dos meses más entre presentaciones en ferias y pueblos llegamos a un reino rico en oro. Mi anterior yo me pedía robar. Pero me contuve. Admiraba la belleza del lugar.

Por primera vez la compañía me dio la responsabilidad de dirigir la caravana.

Por la tarde íbamos por el camino cuando vi a una mujer hermosa. Era una muy hermosa. Jamás me había fijado en una.

Su piel blanca y cabello claro. No sé que me pasó. Estaba vestida como bailarina.

Sabía que no era una bailarina de verdad, que no era pobre y sobre todo que no había visto el mundo por su manera de hablar.

Ella se ofreció a unirse a la compañía. Lo pensé. ¿Ella estaba lista para una vida así?

Pero.. es que era muy hermosa...

Me hubiese sentido muy tonto si no aprovechaba esa oportunidad.

Y así nos empezó a acompañar Nicolle. No me dijo el nombre de su familia.

De camino al siguiente pueblo platicamos sobre libros. A ella también le gustaba leer. Sólo que ella hablaba de historias de amor, de caballeros, de hadas, duendes, etc. Yo le hablé de magia o mejor dicho sobre trucos.

Hice aparecer una flor para ella. Me sonrió abiertamente. Esa sonrisa me cautivó.

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En las funciones Nicolle ejecutaba bailes delicados y sospecho que danzas de reyes. Por que eran muy gráciles y con mucha plasticidad. Me hipnotizaban sus movimientos.

La respetaba mucho. Para mi era como una amiga, solo una amiga. Sabía que alguien educada y quizás rica como ella no se fijaría en un huérfano como yo.

Aún así nuestra amistad fluía. Hacíamos bromas a los músicos.

Arduino esperaba que algún día Nicolle regresara a su casa para no preocupar más a su familia. La cuidábamos mucho ambos. Nos dimos cuenta de que estaba huyendo. Huía de algo o de alguien pero también la sorprendimos muchas veces hablando con la gente de los pueblos preguntando por un conde.

Evitábamos comentar esto con el resto de la compañía. Podrían hacerle daño o secuestrarla. Era como un sol en el escenario y fuera de él. Un sol que necesitaba ser cuidado de los peligros del mundo.

Mis avances como mago fallaron un día. Se me cayó una moneda trampa de la ropa durante mi acto.

Comenzaban las burlas en el público cuando Nicolle se acercó a hablar como si se tratara de una obra de teatro. Le entendí. Estaba actuando una escena de una obra que ella me contó una vez. Se trataba de un ladrón sorprendido por una noble de alta cuna. Una comedia..

Y todos rieron con nuestras ocurrencias.

Fui salvado por ella.

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Una tarde llegamos a un pueblo lejano en lo alto de una montaña. El clima frío y el viento nos obligó a hacer el campamento cerca de una cueva.

Revisamos que no hubiera animales cerca.

Luego de un rato de estar cantando, comiendo y haciendo chistes me quedé a apagar el fuego y vigilar.

Nicolle se despidió de mi y se fue a dormir.

Un perro lobo que nos acompañaba se acercó a mi solicitando compañía. Un perro blanco y grande.

No sé si fue el cansancio acumulado o quizás que comí en exceso.

Me quedé dormido.

Me despertó el ladrido del perro. Estaba gruñendo hacia el carro apartado donde Nicolle dormía.

Después escuché gritos.

Era Nicolle.

Corrí junto con el perro lobo y alcancé a ver a una persona grande como un oso y gordo como un barril de cerveza. Reía mientras cargaba al hombro a Nicolle.

Desee tener más fuerzas o ser un mago de verdad para ayudarla.

Grité pidiendo ayuda pero ya estábamos lejos de la caravana.

Tropecé.

El perro lobo siguió corriendo detrás del hombre aquel.

Sin darme cuenta me levanté y me di cuenta. Estaba lastimado del pie. Ya no podía correr.

Agarré un bastón que hallé al lado del árbol.

Me imaginé las peores cosas que podían ocurrirle a Nicolle en manos de ese hombre. Ya no era un niño, conocía los peligros del mundo y de la vileza de las personas.

Traté de caminar apoyado con el bastón que estaba delicadamente decorado. Quizás se le había caído a un noble y lo perdió en el bosque.

Mi frustración y enojo me hice repetir en voz alta "Rayos... rayos..... rayos...."

Para mi sorpresa.... El cielo comenzó a retumbar.

¿Qué era eso...? No había nubes en el cielo. En las caravanas aprendes a leer el clima. No era posible.

Vi el bastón y tenía una inscripción en un idioma inentendible. Solo leí algo ... Aris.

Repetí en voz alta "Aris"

Delante de mi pude ver una escena muy rara. Era un hombre muy viejo con capa ligera pero se veía también muy fuerte. Me sonrió mientras asentía tocándose la barba blanca. Me dijo algo extraño: "Hijo... Aris... eres tú.."

Levanté el bastón y repetí... "Rayos...."

Volvió a retumbar el cielo. Aquello me dio un poco de miedo pero después supe que era magia...

No eran trucos... no eran los clásicos embustes que hacía en la caravana. Era magia... magia de verdad.

Entonces supe que podía hacer.

Repetí en voz alta. "Nicolle."

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Aparecí al lado del perro lobo que ladraba persiguiendo al hombre aquel.

Sorprendido por mi aparición el hombre mostró cierto miedo en su rostro.

- Aris.... Aris... tú.... estás muerto.... yo te maté... yo... te colgué de un árbol viejo para que no regresaras de la muerte. Poderoso eres en verdad. Déjame ir... por favor...

Al parecer el hombre era un mercenario que nos encontró por casualidad después de asesinar a Aris en el monte.

- Deja ir a la muchacha ahora. O conocerás la furia de Aris el mago...

- ¿El mago? Aris tú eres más que un mago. Una leyenda que asesinó reyes. Un sabio que bebió del conocimiento en las ruinas de Ultar. Invocador del trueno y del viento, no me hagas daño. Prometo no volver a pecar pero déjame ir. Por favor. No quería ... matarte.. solo que me obligó un rey a seguirte...

- ¿Un rey? Pues entonces regresa con el rey y dile que Aris ahora cuidará de este y todos los bosques. No se atreva entrar en estos lugares o ... regresaré para cobrarle por esta afrenta.

- Si... si... si... gracias Aris... me has perdonado la vida ... la misericordia de Aris es tan grande como su ira.

Y se fue corriendo.

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Nicolle tuvo que ayudarme a regresar a la caravana. Estaba muy agradecida por mi actuación. Ella pensó que había usado mis trucos para salvarla.

No la culpo. Ni yo estoy seguro de las maravillas que ocurrieron.

Ella estaba asustada y la tranquilicé antes de regresar. Le pedí que me volviera a contar aquella historia sobre el huérfano que enfrentó dragones por el amor de su vida. Después le recordé nuestra actuación de comedia.

Al regresar al campamento Arduino ya nos buscaba.

Cuando vio el bastón me llevó aparte.

- Alejandro. ¿dónde encontraste este bastón?

- En el bosque mientras perseguía al secuestrador...

- Por Dios... Solo había oído relatos... pero es verdad.. Aris... el asesino de reyes... está aquí...

- Estaba aquí...

- ¿Cómo que estaba?

- El secuestrador dijo que lo colgó de un árbol viejo y .... creo que lo vi diciéndome que ahora yo era Aris...

- Oh... ¡por Dios!

- ¿Qué pasa?

- Aris era un sabio poderoso. Inclusive muchos le temían. Pero dices... que él te ha nombrado su sucesor.

- Creo... que si...

- Ten cuidado muchacho. Su poder era grande. Cuida de lo que haces con ese bastón. Si es verdad.... Ahora eres algo más que un muchacho.

- ¿Y qué hago?

- Aprende hijo... aprende .... vas a tener que leer más que nunca. Edúcate. Un poder así... solo lo puede tener alguien que sabe que hacer con él..

- Pero yo... solo...

- Si ... lo sé hijo. Nicolle... Creo que te has vuelto mejor persona al conocerla. ¿te has dado cuenta de que esto es parte de tu destino? Quizás tu deber es protegerla siendo Aris. Pero nunca... jamás... escúchame... jamás olvides que eres Alejandro antes que Aris.

- Así lo haré...

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Arduino me trae muchos libros que devoro de manera animosa. Leo y leo... y sigo leyendo. Es increíble. Mis ojos se abre a muchas cosas nuevas.

Es como ver el mundo sin moverte.

Nicolle me platica ahora de tantas cosas que comprendo mejor. Me habla sobre lugares lejanos y ambos compartimos los libros.

Ella ahora está creando nuevos bailes y actos.

Mientras yo hago nuevos trucos basándome en algo llamado magia del aire. Hacer flotar cosas con fluidos y mecanismos.

Trato de no usar el bastón si no es necesario. Me he dado cuenta de algo. Cuando lo tomo es como si mi mente se vaciara. No pienso. Solo estoy en silencio. Puedo escuchar los latidos de mi sangre recorriendo mi cuerpo. Soy más consciente de mi. Me tranquiliza mucho y cuando cierro los ojos veo cosas que jamás me imaginaría. Es como si el bastón me hablara. Lo escucho. Me habla de paz, de aceptación y de valor.

Quiero hacer muchas cosas. Pero eso... quizás eso... sea parte de quien era Aris.