Articulo manifestación

Si un sismógrafo hubiera detectado algún movimiento alarmante no se habría producido ni la mitad de jaleo del que se produjo aquel día. Así empezaba el artículo que estaba escribiendo.
Los chalados de la protección animal habían ido a manifestarse disfrazados de animales al recinto ferial donde se realizaba la pasarela de moda más importante del país. Y hasta ahí no había habido problema, pero os cuento.
Uno que iba vestido de mapache le tiro un cubo lleno de excrementos a la comitiva del empresario de la moda más influyente del mundo que había volado hasta allí solo para ver el desfile. Y claro está que se armó, la gente empezó a gritar y llego la policía. Al detener al mapache descubrieron que era el hijo de un embajador…
Y ahí fue cuando se lió, pues esto empezaba a formar parte de un conflicto internacional, cuando iban a meterlo en el coche llego alguien vestido de anchoa y le dio un golpe a uno de los policías, ¿os imagináis ya lo que fue aquello? Pues os equivocáis, la anchoa era la hija del empresario de la moda!
Y diréis ¿y porque iba vestida de anchoa? Pues la cosa es que según dijo ella era el único disfraz de animal que tenía, por supuesto que le preguntamos que porque lo tenía, y nos respondió que porque le toco hacer de anchoa en una obra de teatro del colegio. Si, esas cosas que hacen los americanos pero que nadie más entiende. En la entrevista también descubrimos otras cosas como que estaba allí porque consideraba un oprobio que su padre le hubiera obligado a hacer aquella obra absurda y además no la había dejado asistir al desfile..
En fin que al final entre unos y otros ya nadie sabía lo que estaba pasando. Pero voy a seguir con lo que paso allí, porque sin lugar a dudas no tuvo desperdicio.
Estábamos en que golpearon al policía, pues bien este haciendo gala de ser el más “equilibrado” cogió un bote de forma esférica que tenía en el coche y se lo tiró a la muchacha.
Vamos que allí que si por unos y que si otros acabo detenido hasta el tato y el desfile suspendido. Para saber más leer pagina 7 y 8.



MARÍA CARVAJAL ALFARO