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ASTUR MORSELLA

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por ZAHOIS, 11 de Enero de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 2761

  1. ZAHOIS

    ZAHOIS Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    31 de Mayo de 2005
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    ASTUR MORSELLA
    Nacido en Mendoza, Argentina. Reside en Miami.
    Cuando sólo tenía 20 años, creó en su provincia la revista literaria Voces,
    junto con los hoy reconocidos poetas argentinos Fernando Lorenzo, José Oscar Arverás, Armando Tejada Gómez y César Mermet.
    Radicado más tarde en Buenos Aires y mientras ejercía su profesión periodística, publicó sus poemas en el suplemento literario del diario La
    Nación, del cual ha sido colaborador por más de treinta años.
    En sus libros "Poemas y Parábolas" y "Cambio de Vida", ya publicados, así
    como en los aún inéditos "Poeta en la India" y "Para Dulcinea", está
    presente toda su búsqueda de una forma expresiva que sea síntesis de su
    obsesivo interés en atrapar la vida y hacerla letra.
    De "Poemas y Parábolas" dijo el matutino porteño La Nación: "Los temas del amor y la fe son desarrollados en esta obra con un equilibrio que alcanza por momentos imágenes donde la belleza está presente con su trasfondo luminoso". El diario Clarín, también de Buenos Aires, al referirse al contenido de "Cambio de Vida" expresó: "Este libro señala el camino soñado para una verdadera revolución: aquella en la que el hombre desciende hacia las profundidades de su alma".
    Autor también de ensayos literarios y libros de relatos, Morsella se hizo
    acreedor en l970 al Primer Premio Internacional de Ensayos otorgado por el Gobierno de la India por su estudio: "Gandhi y la Emancipación del Hombre", y en l994 al Primer Premio José Martí del Instituto de Cultura Hispánica de Houston, Estados Unidos, por su ensayo "Domingo S. Sarmiento, educador ejemplar de las Américas".
    Indice
    LOS QUE CREEN
    Los tontos
    Posible
    Cambio de vida
    Tiempo perdido
    Derechos adquiridos

    TRINIDADES
    Opción
    Lineal
    Paz

    CONFESIONAL
    Quizá mañanana
    Tú, Señor
    Edad
    Imposible
    Siempre igual

    MIOMITOS
    Ciudad
    Toca Pichuco
    Humphrey Bogart

    LOS JUSTOS
    Gandhi
    M. Luther King

    JUEGO DE NIÑOS


    LOS QUE CREEN
    Los rayos del sol
    no podían compartir el peso
    de su conciencia,
    de aflicción sin origen.
    MALCOM LOWRY

    Los tontos
    I
    Los que silban, los que en los caminos
    llevan y traen la música, son los que en las noches
    transitan todo el silencio sin barreras
    y llegan como consuelo del alba hacia los otros,
    los cansados de esperar el resultado de promesas
    y de los besos que vieron en el cine,
    final feliz entre el bochorno de las luces,
    el acomodador y otra vez hasta el domingo,
    sin siquiera silbar, ni llevar y traer algo
    los que esperan.
    II
    Los que cantan, a pesar de algunos cantos o himnos
    enarbolados antes o después de la batalla, los que son
    voz mezclada entre sonidos leyes de las hojas cuchicheantes,
    o balbuceos tiernos o brisas de las playas marginales,
    los que memoran la piel morosa de los diálogos
    y sus confluencias de alegría en el aire de las noches
    cuando las bocas cierran bocas o son párpados
    los que cantan.
    III

    Los que caminan sin ton ni son y viajan diariamente
    al cielo que nos tienes prometido, y vuelven enseguida
    confusos por las gentes en las calles,con la sorpresa
    de que hay una ciudad y en ella semejantes,
    los que se salen del cuadro y se ríen a destiempo
    y ven estúpidamente amor en todas las cosas de la vida,
    los que caminan asi o silban o cantan entre el ocio
    como si el tiempo no tuviera dueño y nada que hacer
    el salto en el espacio, las computadoras y el horario,
    los que abundan de este lado, junto a los estíos y los árboles,
    son los que andan sin saber para qué y sin embargo
    silban bajo el cielo que nos tienes prometido
    Sueños de los vivos y los tontos.
    Biografía - Indice - Inicio

    Posible
    Claroscuro
    en playas tan femeninas
    al sol, atareadas
    ante el antiguo asedio
    del mar,
    el venerable señor
    irascible y suave
    de costa a costa...
    ¿Recuerdas
    al buen mar que no hemos visto,
    y a su playa distinta,
    siempre la misma,
    la playa que tu andar no ha pisado,
    donde estuvo tu abrazo
    rodeándome sin tu cuerpo
    porque no estuvimos?
    ¡Qué inmenso fue
    volver y volver en el sol
    sin estar allí,
    mientras el mar demoraba
    su constancia azul
    sobre las piedras, aquellas
    a las que ahora volvemos,
    sin haber ido!
    Biografía - Indice - Inicio

    Cambio de vida
    Uno se sale
    se va
    se huye
    uno se parte
    se corta en dos
    se va dejando
    caer
    se cae
    y está alegre
    está bien
    come despacio
    y fuma
    porque uno brota
    otra vez
    uno se junta
    con uno
    y cree
    y es muy ingenuo
    es poeta
    tiene un mal saludable
    sube otra vez
    sube
    y sube
    y se sube a uno mismo
    se mira desde fuera
    porque qué cambiado estás
    y esas cosas
    que se dicen
    cuando uno es igual
    a uno
    y son dos.
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    Tiempo perdido
    Ofensivas hay para negarlo
    y para cercar su claridad
    entre todos los árboles
    muertos del destierro.
    El enemigo es su constancia,
    la agazapada cuchilla
    se ve en la sonrisa
    cotidiana de los otros
    y eI desierto amarillo
    rodea en vano al oasis
    porque siguen puras las aguas
    donde el amor bebe su violencia.
    Biografía - Indice - Inicio

    Derechos adquiridos
    Primeros adelantados
    los poetas
    la dejaron vacía
    el oro se llevaron
    el cuarto menguante
    los plenilunios
    Debussy
    la piel firme y suave
    de muchacha que tenía la Luna.
    Después
    encendieron la TV
    en la noche
    vía satélite
    y con la guitarra
    cantaron una balada
    ingenua
    sobre una muchacha.
    Biografía - Indice - Inicio


    TRINIDADES
    Opción
    Decidir
    Decir
    Dejar
    Renacer.
    Biografía - Indice - Inicio

    Lineal
    Medida
    Método
    Moderación
    Morirse.
    Biografía - Indice - Inicio

    Paz
    Comprensión
    Calidez
    Comunión
    Compañía.
    Biografía - Indice - Inicio


    CONFESIONAL
    Deja arder tu noche
    y apágala sin guardar
    ceniza alguna.

    Quizá mañana
    Entre confusiones
    y desdichados, existe
    un sosiego tenso,
    que aún no han matado
    los otros,
    los que tú no ves
    pero caminan suavemente
    entre las flores
    y el moroso susurro
    de doradas sobremesas,
    preparando noches
    muy prolongadas, noches
    sin guías ni estrella,
    para que los demás
    ignoren los ríos lejanos,
    las palabras,
    los compromisos lúcidos
    de una lucha
    que empieza a crecer
    como un secreto
    en un hombre,
    que ahora mira como nace
    el sol sobre las rocas.
    Biografía - Indice - Inicio

    Tú, Señor
    Señor,
    Tú, que has visto al hombre
    hurgar en el bosque como un lobo,
    a la pirámide sin luz
    bajo los ojos de los muertos
    que la levantaron;
    Tú, que has visto dar el beso
    mil veces repetido
    en distintos montes
    y a incontables dioses,
    Tú, que dejaste rasgar
    las vestiduras
    a los grandes desnudos
    en los templos
    y diste pan al amor
    y pan al odio;
    Tú, Señor,
    que mil veces fuiste
    la batalla final
    y aquel suicida
    que vuelca su razón
    sobre flores primeras
    y últimas flores.
    Tú, aparente contemplador
    callado,
    dime:
    ¿hay quizá un tiempo inmóvil
    para el hombre bueno?
    ¿O es llamado el niño
    desde su primer morada,
    a esperar el alba,
    la orden, el vamos final,
    la carga?
    Biografía - Indice - Inicio

    Edad
    a E.O.S.
    A veces es el agua del río
    la que aún pasa, sorprende y sigue
    con todos los pies alados dentro,
    y no hay ni un puente ni un salto
    hasta esto de hoy, con los mismos
    protagonistas del agua, detenidos
    en el dique, amontonados.
    Hazme un lugar en tu recuerdo,
    camina sobre las piedras puntudas
    y abandónate descalzo a desandar
    la tierra, y huye, huye del balazo de sal
    de los quinteros, mientras la siesta
    se hincha en el sueño y las ciruelas.
    Ahora, otra vez, demora el crecer
    ¿0 es que sirvió bajar de los árboles,
    salir de saco, recorrer la vida
    angustiada de los diarios
    y mirar como ajeno el territorio
    en que quedó solitario tu padre,
    cuanto te fuiste?
    Biografía - Indice - Inicio

    Imposible
    “No se lo digan a los niños: la séptima pelota no existe”.
    Romain Gary
    Salto de los atletas frescos
    entre los soles dorantes
    ¿para qué? ¿para qué, ideario
    de la Vieja Pretensión del hombre,
    si hasta el pincel cae vencido
    como esa mueca que son los epitafios?
    Desierto de nuevas páginas blancas
    entre la hazaña madura de armar
    las piezas deshabitadas de los mecanos,
    escapándose la luz entre las hojas
    finales de poemas sin vestir
    o alborotando los colores pródigos
    sobre telas asfixiadas de verdad,
    porque la séptima pelota lúdica
    de los malabaristas no ha nacido
    y la aventura será infinita.
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    Siempre igual
    Las palomas
    retornaron del sol,
    desconocidas.
    Una mano trazó un rio
    con su dedo azul
    y el desierto,
    por fin, mojó
    los devotos labios
    en la luz clara del agua.
    Lázaro, inmemorial,
    unió las sombras
    en su ancho sueño, mientras
    las bocas hallaban su Pan
    y el peregrino su estrella
    en el camino.
    Oh, la bella historia
    del hombre, tan ignota
    como un destino de golondrinas
    y tan callada.
    Milenios hemos probado
    con la oración,
    la dádiva y el tributo
    a los astros y al mar,
    a las aves degolladas
    y al pez ceremonial.
    Siempre las manos
    en la prosternación serena
    cuando la plaza arde
    y enciende el único ojo
    de la inmolada bruja.
    La batalla, después
    y antes, siempre fue
    desigual para el soldado.
    Por otros murió él
    sobre el cuerpo de su hermano,
    y la ballesta y la lanza
    y el arcabuz y la metralla
    fueron su danza,
    la ronda triunfal en el campo
    abierto de su inocencia.
    La noche vuelve por su mar,
    las pupilas por la luz,
    las palomas retornan
    del sol, desconocidas.
    Ante el altar de incienso
    se ha pagado el tributo
    y las flores crecen
    sobre el pecho muerto
    del soldado, caído
    de bruces
    sobre la vieja cruz
    de la victoria.
    Ahora nadie quedará:
    sólo la rata y el azufre,
    entre la invisible
    esquirla de los sabios nuevos.
    El silencio y los amontonados
    autos viejos, la basura y el viento.
    Edades, juntas y muertas,
    retroceden el tiempo.
    Del horizonte surge
    un dedo azul y traza el agua,
    arrima los peces desorbitados
    en las playas, los junta
    para que brillen y saluden
    al primer día.
    Las palomas retornan
    del sol, desconocidas.
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    MIOMITOS
    Ciudad
    La poesía es la medicina de la Ciudad:
    por ella sigue el oxigeno en la flor
    y, entre las monedas, fisuras del amor
    dejan pasar viajes, tareas y ternuras,
    abulias y responsos, y el aire, el aire
    encendido de la adolescencia, el canto
    casi callado de los tangos y los pájaros.
    Por eso no muere la Ciudad, ya tan yacente.
    Es que algo la recorre como un túnel,
    y es el hombre, solamente el hombre
    el mismo que la llena y la vacía,
    el que nunca aprenderá que los árboles
    retienen troncos bajo los muros,
    cerca de los antepasados y del agua
    que invertirá su curso y será lluvia
    un día muy hermoso de nuestra vida.
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    Toca Pichuco
    Ahora, conversando
    entre sombras,
    o bien parados
    como ante Dios,
    mientras todo
    se pierde en nadie
    y la nada baila
    su Tibidabo azul
    con cantor y orquesta.
    Ahora toca Pichuco
    y el templo hunde
    en sus silencios
    ruegos y creencias,
    respetuosos rincones
    de la noche, unidos
    en comunión silbada
    de recuerdos y de cosas
    que nunca, quizá
    nunca volverán.
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    Humphrey Bogart
    Promesas platinadas
    atenúan la metralla de tus ojos
    cansados de celdas y capillas,
    insomnes en la guarida sin flor
    y vueltos hacia adentro,
    hacia cualquier ternura inconfesable
    por tus hermanos caídos en el robo.
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    LOS JUSTOS
    Gandhi
    No nos dábamos cuenta
    que estaba con nosotros,
    que era de luz,
    de canto de la aurora.
    No nos dábamos cuenta.
    No nos dábamos cuenta
    de su paciencia de árbol
    y de su sabiduría
    de mil ancianos juntos.
    No nos dábamos cuenta.
    No nos dábamos cuenta
    de que era fuerte
    como la obstinación
    de no olvidar, y fecundo
    como una promesa.
    No nos dábamos cuenta.
    No nos dábamos cuenta
    que todo nuestro ser
    era su ayuno, todo el odio
    su lágrima.
    No nos dábamos cuenta.
    No nos dábamos cuenta
    que todos los silencios
    eran tu voz, todas nuestras
    vidas tu muerte.
    No nos dábamos cuenta.
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    M. Luther King
    I
    La muerte, que busca
    a los justos,
    es la ingenua
    enviada del odio.
    Tras ella, crece el césped
    sobre tumbas y tumbas,
    para repetir el duelo
    de bala y paloma.
    Y el justo, otra vez,
    se viste y sale
    y habla en la tribuna,
    mientras camina
    hacia él un fuego
    y lo mata,
    aquí y ahora.
    Pero tiempo del justo
    es el Tiempo,
    y en su pecho
    la contradictoria bala
    es semilla de nuevos
    tallos, silenciosos
    y altos, cada vez
    más altos,
    más altos.
    II
    Descansa en paz ahora,
    Luther King.
    El aire fresco
    de los álamos disipará
    de a poco la pólvora
    y todo tendrá un sentido.
    Luego, amanecerá.
     
    #1

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