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Atalán

Tema en 'Prosa: Infantiles' comenzado por miara, 25 de Febrero de 2016. Respuestas: 1 | Visitas: 1138

  1. miara

    miara Poeta asiduo al portal

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    En una madriguera, vivía una familia de conejos : la madre, era la señora Margareta Tobin; su marido, el señor Benjamin Tobin; y sus 6 hijos, Azazel, Azrael, Ariel, Asiel, Amiel, y Atalán. La señora Tobin era muy protectora para con su familia, pues siendo muy pequeña perdió a toda su familia a causa de un cazador. Siempre les advertía de los peligros que podían encontrar si se alejaban de la seguridad de su refugio, y repetía sus consejos una y otra vez. Sus cinco hijos mayores, siempre se guiaban por esa norma, pero Atalán, el más pequeño, siempre andaba con la cabeza en las nubes y sólo se dejaba llevar por su curiosidad y entusiasmo. Su madre siempre le reñía, dejándole sin su postre favorito, tarta de zanahoria, cuando se escapaba para fisgar lo que ocurría en las granjas cercanas al bosque. Se había hecho amigo del gallo de una de estas granjas, llamado Malaquías, que le contaba cosas de los humanos, de lo que hacían los cerdos, las gallinas, el perro Cancán , e incluso del gato Alambre, con el que se llevaba fatal.


    Atalán, siempre escondía a sus padres y a sus hermanos, estas escapadas, porque si lo descubriera la señora Tobin, no le dejaría salir de la madriguera y obligaría a su hermana mayor, Asiel, a que le acompañara a todas partes, y era una auténtica pesada, además de una creída. Así que a la menor oportunidad, se zafaba de su familia y se iba al bosque a explorar por su cuenta. La mañana era cálida, y las hojas de los árboles brillaban con las gotitas de la lluvia de la noche anterior. Atalán se detenía a cada paso, observando cada flor, cada insecto con el que se cruzaba, hasta que llegó al pie de un árbol y se quedó mirando una tela de araña que colgaba entre sus ramas. Suspiró asombrado, y aquello sobresaltó a la arañita autora de la obra.

    - !Perdón, no quería asustarla, señora araña!

    - ¡ Oh ,no pasa nada! Es que estaba absorbida intentando acabar mi tarea. ¿ Te gusta?- dijo la araña mientras señalaba con una de sus patas su inmensa tela.

    - ¡ Es preciosa, señora!. La más bonita telaraña que he visto.

    La araña sonrió orgullosa y le pidió que no fuera tan formal y que la llamase por su nombre, Rima.

    - Mi madre siempre decía que pusiera el corazón en todo lo que hiciese, aunque fuese algo trivial. Me gusta tejer. Lo llevo en la sangre- dijo satisfecha.- Me gustaría que ella pudiera verlo. Se llama Maraña y es muy constante, determinada en todo lo que hace. ¿Sabes que no paró hasta conseguir bailar claqué? Imagínalo. ¡Una araña!. Cuando me hice mayor, nos dijo a mí y a mis otras hermanas, que buscáramos nuestro camino, que no nos quedáramos en el jardín donde nacimos simplemente porque ella había decidido seguir allí, que su gusto no tenía porqué ser el nuestro. Que éramos libres para descubrir nuestro sendero vital. Pero que si un día decidíamos volver, ella se sentiría muy contenta de recibirnos de nuevo. Así que ya ves, aquí estoy, llevando a cabo la vida que deseo.

    Hablaron un rato más, hasta que a Atalán le entró la impaciencia que siempre le surgía cuando veía que el tiempo transcurría . El conejito, intentaba acumular el mayor número de experiencias posibles mientras el sol estuviese en lo alto. La oscuridad le daba miedo y le parecía que el dormir era una pérdida de oportunidades por descubrir.

    Corriendo, corriendo, se acercó a la granja donde vivía su amigo el gallo. En el prado delante de la misma, vio a un animal precioso, enorme, de color canela y blanco, con cuatro largas patas.

    - ¿Qué es eso?- dijo aproximándose con cautela al extraño animal.

    - ! Hola, conejito! . Nunca habías visto a un caballo, ¿verdad?. - el extraño animal se acercó a él y le tocó con su hocico.- No tengas miedo, no muerdo. Me acaban de comprar. No está mal este lugar. Hay mucho espacio donde poder trotar-dijo mirando el prado que se extendía frente a la granja.

    - !Qué alto eres! . Desde ahí arriba se deben ver las cosas diferentes. ¿Podría subirme a su lomo, señor?- preguntó ansioso.

    El caballo se agachó y Atalán se subió sobre él. El caballo se irguió. ¡ Qué bien se veía todo!. Hasta podía distinguir el lugar donde se hallaba su casa. Pero en aquel momento, salió Cancán corriendo detrás de Alambre, ladrando como un loco, mientras el gato maullaba como un poseído, con tan mala suerte que una de las patas del enfurecido gato arañó uno de los flancos del equino, que relinchó de dolor y salió galopando, asustado, con el pobre Atalán encima.

    - ¡Para, por favor!. ¡ Me voy a caer! ¡Mamá, tengo miedo!- con sus patas se agarró frenéticamente a la crin del animal. Estaba aterrorizado, su estómago se le estaba revolviendo. Ahora, se acordaba de las advertencias de su mamá. ¿Volvería a verla de nuevo?. Era el peor momento de su vida. Si caía al suelo, a la velocidad que iban, moriría aplastado, no había duda. Pasaron al lado de la charca donde se bañaban los patos y Atalán no se pudo sujetar por más tiempo; salió volando, pero tuvo la fortuna de acabar aterrizando sobre el agua. El caballo, al fin paró su galopada.

    - ¡Conejito, conejito! ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien?- Se aproximó al agua y sacó a Atalán cogiéndole de la cola. Atalán, escupió el agua que había tragado. Estaba mareado, magullado, pero podía mover todas sus patas y su cabeza seguía en su sitio.

    - Creo que sí, señor. Pero si no le molesta, creo que nunca más voy a volver a subirme encima de un caballo.

    El caballo se echó a reír, mientras Atalán se atusaba las orejas mojadas.

    - Eres muy simpático. ¿Cómo te llamas? Yo soy Aquiles. Encantado de conocerte. Y siento haberme desbocado; es un problema que sufrimos los de mi especie.

    - Soy Atalán. Y creo que es hora de volver con mi familia. He tenido más emociones de las que esperaba, señor Aquiles. Tenga buen día.

    Así, Atalán regresó al bosque tan deprisa como pudo con sus doloridas patas, preguntándose que escusa le diría a su madre para justificar su estado. Otra noche que se quedaría sin tarta de zanahorias. ¡Qué pena!. En fin, esta vez lo tenía más que merecido.
     
    #1
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  2. Valen_Tina

    Valen_Tina Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Encantada de leer a ATalán y sus aventuras.
    Saludos y buena tarde miara
     
    #2

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