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Autorretrato

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Luis Makianich, 9 de Julio de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 950

  1. Luis Makianich

    Luis Makianich Poeta recién llegado

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    3 de Julio de 2010
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    "Autorretrato" Pintura Digital de Luis Makianich, 2010.


    Siempre creí que con solo ver la cara de la gente, uno podría conocer lo esencial de su persona; que las huellas en su cutis eran señales de vida que podrían leerse como en un viejo papiro y en sus ojos, estaría la clave para penetrar en su conciencia y aprender todo lo referente a su reputación, aún sin hablar una sola palabra con ella. Con estas premisas anduve altivo por mi vida sabiéndome un conocedor de la cualidad humana. Sin temor a equivocarme taladré en la superficie del rostro de mis amigos y enemigos, mis amores y desamores hasta convencerme de sus cualidades, las que pretendí asociar a las mías en un juego de simbiosis y desaires, avenencias y discordias, las que incorporé a mis hábitos sociales cuando la providencia me convidó a asimilarlas.
    Como en un conjuro aterrador, hoy me encontré con el único rostro en este mundo que resultara impermeable a mi visión introspectiva…Me refiero a mi propia fisonomía. Luego de años de evitar la vista franca sobre el espejo, siempre empañado por las circunstancias que atenuasen mi semblante, o el ánimo inmerso en una mirada que opacase la imagen, hoy me he encontrado con un perfecto extraño, quien me observa desde el interior del cristal con la obvia intención de conocer mis debilidades; con esquivo aire intelectual pretende obstaculizar mi defensa provocando gestos en mi propia cara que evadan toda conclusión anticipada, para avanzar en una retrospectiva soñada, o simplemente establecer cuál será el perfil del combate que defina la faz más propicia de mi rostro, donde se establecerá el campo de batalla.
    Cada arruga en sus pómulos sugiere la fatiga del músculo que generó una sonrisa o un gesto amargo a lo largo de una vida, así como aquel destello en el iris configura una estrella que ha seguido eternamente en busca de algún sueño nunca cristalizado, y que ahora parece opacarse a la luz de esta pasmosa realidad, donde el dibujo de su semblante me devuelve hecho trizas, como un paño humedecido por el sudor de su frente.
    Ya desnudo de inquietudes, mi contendiente clama por su propia suerte desafiándome a liberarlo de mi semblante, entrecerrando los ojos a la luz de los recuerdos, hasta que nuestras pestañas tamizan las experiencias pasadas por el filtro de una ajetreada memoria, donde la juventud declama asiendo la bandera de la felicidad, y clavando el asta en el pecho de mi conciencia, que sangra su alegría sobre mis párpados, obligándome a cerrarlos definitivamente, hasta alcanzar otro sueño… que me permita vestir un nuevo aire en el ceño de mi incipiente vejez.
     
    #1

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